The Young

Capitulo 38

Parte 1

Después de que Renato había preguntado sobre el “Nosotros”, Jordanus sonrió maliciosamente.

 Muy dentro suyo sabía que el monstruo ya no sentía absolutamente nada por la luz del celular. La confianza que sentía consigo mismo parecía nunca haber desaparecido. Ya no mostraba ese comportamiento sumiso, su sed de sangre parecía haber aumentado.

Sus brazos son lo suficientemente largos para alcanzarlo con tan solo un leve movimiento desde su antebrazo, no, incluso si no puede estirar sus brazos hay una cosa que puede hacer, algo que le permitiría matar a ese chico sin esfuerzo alguno.

Su poder.

Jordanus tiene la habilidad de controlar el veneno, pero no es un veneno común y corriente. No se compara en lo más mínimo al veneno de una cobra real o de la rana Phyllobates, es algo más terrorífico que eso, y “eso” estaba vinculado con su propia sangre.

Con tan solo una gota es capaz de matar a cualquier ser vivo sin importar su tamaño o destruir cualquier objeto del mismo modo.

Podría destruir fácilmente un edificio de 50 metros de altura. Derretiría incluso el acero o hasta la armadura más resistente de todas.

Y esto es algo que Renato sabe muy bien, sabe que no tiene oportunidad contra Jordanus, la única determinación que lo ha estado manteniendo de pie es el de salvar a dos chicas inocentes y re encontrarse con sus camaradas, aun si eso implique enfrentarse a ese monstruo sacrificándose a sí mismo.

Su plan consistía en mantenerse a la defensiva y ganar tiempo. Para eso, estaba usando la linterna de su celular como algún arma por si Jordanus quería acercársele.

Por algún motivo esto había funcionado.

Después de lo sucedido en su primer “enfrentamiento”, la granada aturdidora personalizada había dejado una gran marca dentro del Goblin. Esa era la razón por la cual Renato se mantenía como un segador vigilando a su víctima, observando cada movimiento suyo y manteniendo su compostura para que este no sospechara de su pavor. Pero más allá del cómo se sentía, el miedo que comenzaba a rasguñarle las entrañas no provenía del poder destructivo de ese monstruo ni mucho menos de su apariencia invencible.

—¿…Q-Que quieres decir?

El trago saliva luego de preguntarle directamente.

Pero eso no le afecta en lo más mínimo al Goblin, no parece estar asustado o intimidado. Esto no era una conversación casual, pero la forma en como estaba ahora mismo daba la impresión que esto no era realmente un problema para él. Por su parte, Jordanus Inclina levemente la cabeza como si no entendiera su pregunta.

—No juegues conmigo. Acabas de decir algo sobre “nosotros”. ¿Qué se supone que significa eso?

—Eres sorprendentemente predecible. —Jordanus suelta un largo suspiro mientras baja la mirada. —¿Acaso no está todo claro? No importa si algo me llegara a pasar, mi plan seguirá en marcha. Da igual si alguien acaba conmigo o con el resto, esto no es mas que un capricho para nosotros, los goblins, pero para la mala suerte de Zarazor también es un interés para alguien importante del culto.

Se dice que en el culto del nigromante existen diferentes personalidades que son importantes para que este se mantenga, por decirlo así, ellos vendrían a ser los pilares que sostienen ese grupo. Nadie exactamente sabia quienes eran o como lucían, al menos las personas comunes y corrientes no tenían idea de lo que era el culto en realidad. Pocas personas sabían quienes lo conformaban, en pocas ciudades donde hubo destrozos luchas pasadas que ocurrieron a través de la historia de este lugar, solo dejaron marcas y pocas pistas de quienes eran en realidad.

—Da igual si nos parecemos físicamente o si nuestros poderes puedan llegar a ser beneficiosos los unos a los otros. El culto no tiene el mínimo interés en formar amistades o algún tipo de lazo que conlleve a volvernos más cercanos. Lo único que nos ata en el mismo bando son nuestras necesidades, mientras haya algún deseo colectivo nuestras fuerzas aumentaran tanto como sea necesario para llegar a ese propósito. Somos Goblins, no somos como ustedes. —Dice Jordanus levantando una mano, estira un poco sus dedos verificando sus huesos. —¿No lo viste tú mismo? Una mirada de falsedad, tienen títulos y muchas riquezas. Un espécimen de hombre excelente, eso es lo que es un noble, muchas personas no estarán de acuerdos con ellos o con su forma de hacer las cosas, pero aun con pensamientos de imparcialidad, no hay nada que ninguna persona pueda hacer en contra de ellos. Cada uno vive en una burbuja de mezquindad observando los movimientos de los demás para así descubrir alguna debilidad que les permita ponerse por encima de ellos. Esta es la realidad, hasta un caballero tendría este tipo de pensamientos, nadie quiere verse agobiado estando estancado en el mismo lugar. Al final, nadie está conforme con lo que tiene y ahí es donde sacas la verdadera naturaleza que te hace querer evolucionar.

Él tenía una experiencia conociendo el comportamiento de los demás. No solo por las incontables batallas que se había librado, y tampoco era como si solo conociera a los humanos. Jordanus conocía muy bien el razonamiento y la naturaleza de los seres vivos en general. Cuando el obtenía la energía de ellos mediante su poder, una extraña sensación de resonancia pasaba por su cerebro, no eran recuerdos o algo parecido, era lo que él llamaba el “sabor” de la energía de un oponente.

Al principio Jordanus pensaba que eso estaba vinculado con el último deseo de sus víctimas, pero al mismo tiempo era imposible.




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