The Young

Capítulo 24

Parte 1        

 

『Renato: ¡¿Q-Que—¡?』

Abrió sus ojos de par en par, observando la grotesca escena que estaba frente a él.

La puerta no estaba abierta del todo, pero era suficiente para que las luces del sol penetraran hacia dentro del lugar, iluminando los cuerpos babosos de las criaturas arrastrándose lentamente sobre el piso.

Renato dio un pequeño brinco viendo la baba de las criaturas llegando a sus pies, haciéndolo caer al piso de trasero y totalmente estupefacto.

『Renato: ¡Apesta!』

El intento cubrirse la nariz con ambas manos, pero el olor fétido ya había llegado por sus orificios nasales, haciendo que incluso lagrimeen sus ojos.

El extraño liquido tenía un color trasparente con un olor muy fuerte a podrido, era lo último que quisieras encontrarte en un establo.

Borgo había ignorado por completo el desagradable olor, como si se hubiera acostumbrado por completo.

 Estaba sentado en cuclillas observando a las babosas que median no más de un metro de largo y de ancho. Y comparado con la secreción que se expandía cada vez más y más, las babosas no se escondían del sol. Tampoco era como si les importase, si se trataran de simples babosas y dejando a un lado sus tamaños, tendrían que buscar la temperatura de humedad correcta para sobrevivir, y el establo era el lugar perfecto.

La secreción liquida también era expulsada por sus bocas, y sus antenas se movían de un lado a otro viendo cada movimiento que hacia Renato.

『Borgo: ¿Renato?』

Cuando Borgo se dio cuenta que se trataba de Renato, se puso de pie algo confundido por la llegada del joven.

『Borgo: ¿Qué estas haciendo aquí?』

Él extendió su mano para ayudar a Renato. Y Renato aun confundido, le devolvió el gesto tomando su gentil proposición.

Durante un segundo, Renato no podía mover ningún musculo de su cuerpo, se había quedado inmóvil y una gota de sudor bajaba por su frente.

『Borgo: ¿Estas bien?』

Viendo el extraño trance de Renato, Borgo le dio una palmada en la espalda, y Renato volvió a la realidad.

Tragó saliva y afirmo con la cabeza.

『Renato: ¿Qué… que está pasando aquí? 』

『Borgo: Antes de responder tu pregunta. Debo pensar que los demás están contigo, ¿cierto? 』

『Renato: Si』

Borgo parpadeo. Tenía una mirada de preocupación en sus ojos, pero intentaba alejar esos pensamientos de su mente.

『Borgo: Lo mejor seria reunirnos todos, este lugar esta maldito』

『Renato: ¡¿P-Pero que estas diciendo?! ¿Qué son estas cosas?』

『Borgo: Todo está bien, no debes alarmarte』

Borgo se dio la vuelta hacia una esquina, en ese momento, una babosa estaba cerca de allí.

Renato encogió sus hombros haciendo muecas de repulsión, pero Borgo caminaba de forma natural hacia la criatura.

Había una posibilidad de que esas cosas sean venenosas. Renato ya había pisado la baba, pero no había sucedido nada gracias a su zapato el cual impidió el contacto con su piel.

Pero ahora mismo, Borgo se acercaba hacia una de esas cosas, podrían atacarlo, incluso aunque sean criaturas lentas, no se sabía si el mas mínimo roce con su piel, sería el final de Borgo.

En ese momento, la babosa que estaba desplazándose mirando al piso, alzo su cabeza y se detuvo al ver a Borgo acercarse.

Pero Borgo no se inmuto, levanto su mano y acaricio la piel babosa del animal.

『Borgo: No son peligrosas』

Cuando Borgo toco a la babosa, la reacción de este era como la de un animal cualquiera. No había prestado atención hacia el hombre, lo había ignorado. No le tenía miedo, y simplemente dejo que su mano desnuda toque su piel.

Cunado Borgo lo dejo, alzo su mano “infectada” mostrándole a Renato que no había pasado nada.

La palma de su mano estaba completamente seca, ningún rastro de baba o humedad, el resultado de una extraña interacción.

『Borgo: ¿Ves? No me ha sucedido nada. Les explicare todo. Ahora mismo estoy esperando a un doctor. Dobur está muy enfermo, no hay tiempo que perder』

Renato asintió con la cabeza respondiendo un débil “Si”. Él fue el primero en salir, no podía aguantar el olor y ver a esas criaturas desplazándose, pero el verdadero motivo de su veloz huida fue la prioridad de buscar a Carucius quien probablemente estaría buscando a alguien para abrir el establo.

Borgo lo siguió. Estaba a punto de cerrar la puerta cuando en aquel momento, la babosa que hacía unos minutos había tocado, lo miraba desde el mismo lugar de donde estaba.

No se podría decir que la babosa intentara decirle algo, tenía una antena hacia arriba y la otra cayendo.




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