Theria Volumen 0.0: El niño de cabello violeta

La mascara de plata

—Aquí —la voz gruesa de Leyi llamo a Kein desde el interior de una tienda. Después de salir del gremio y acordar que partirían en dos días, el grupo se separo en dos: por una parte se fueron Zalia, Ci y Nierya a comprar provisiones y artículos de primera necesidad para el viaje y por el otro lado se fueron Kein y Leyi, a comprar una armadura para el chico, ya que era el único que no poseía ningún medio de protección entre los cinco.

Marie, sin que nadie supiera el porque, se fue con ellos dos, Nierya también intento ir con Kein, no quería quedarse sola, pero las otras dos se la llevaron casi a rastras.

—¿Que buscamos? —pregunto el chico al entrar junto en la tienda.

—Algo para tu protección. Las ropas que llevas ahora no te servirán durante mucho tiempo —contesto el hombre.

Marie se separo de ellos y comenzó a mirar los artículos de la tienda, comprobando cada cosa minuciosamente, aunque sin desaparecer ni un momento de la vista, pues Leyi estaba completamente atento a ella.

—Esto te quedaría bien —comento Leyi, señalando una capa negra—. Pero aún no sé bien que sabes hacer, niño.

—Ya te dije —contesto Kein, suspirando—. Soy solo una especie de carguero, lo único que poseo es magia espacial. Aunque eso si, puedo llevar a otros conmigo.

En cuanto dijo eso Marie dejo caer un casco que se estaba probando.

—Eso es imposible —murmuro la chica.

—Concuerdo con ella —dijo Leyi—. A menos que sepas crear portales, es imposible que te puedas mover con alguien más.

Kein volvió a suspirar, si no le iban a creer, lo mejor seria mostrárselos. Miro a su alrededor, al ver que nadie los veía tomo a Leyi del brazo y a Marie de la mano y se teletransporto unos metros hacia delante.

—¿Ven?

Los otros dos se quedaron sin habla, pero Kein, sin importarle mucho, siguió examinando las capas y túnicas, así como las armaduras mas pesadas, mientras seguía hablando.

—Esa es mi especialidad, pero a cambio no puedo usar ningún otro tipo de magia.

—¡Y eso que! —exclamo Leyi, riendo—. ¡Es increíble! ¡Si tú cuidas al objetivo y nos vemos en problemas, podrías huir con ella y sacarla del peligro!

Kein se quedo pensativo un momento.

—No es mala idea, siempre que no me separe de ella, podría sacarla de cualquier aprieto.

—Pero entonces necesitaras algo ligero, pero que sea resistente... ¿Que tal esto? —comento Leyi, mostrándole al chico una túnica de color ceniza.

—No combina con su cabello —dijo Marie, quien seguía algo sorprendida por la habilidad de Kein.

—No tiene porque combinar —dijo Kein—. Me cubriré mi cabeza como hasta ahora, así que eso da igual.

—Es una lástima... —murmuro Marie.

—¿Entonces porque no esté. —Leyi le enseño de nuevo aquella capa negra con capucha.

—Lo he intentado antes, no lo cubre por completo y puede llegarse a caer. Además están mis ojos, también destacan mucho.

—¡Lo tengo! —exclamo Marie—. ¡Tú, vistete con lo que te escogió el otro tipo! ¡Enseguida vuelvo!

—Tenemos nombres... —dijo Kein, irritado, pero ella ya se había ido.

—No importa,  chico. Pruébate la capa y la túnica, anda.

No le quedaban mal. Se inspeccionó ante un espejo de plata, ciertamente el conjunto lucia increíble, pero el pañuelo en la cabeza del chico desentonaba mucho.

—¡Aquí esta! —Marie regreso con una mascara plateada en sus manos. No poseía expresiones, era muy simple—. Pontela.

Kein la obedeció, se quito el pañuelo y se puso la mascara, después oculto su cabello con la capucha. Al verse en el espejo se sorprendió, si fuera mas alto intimidaría a cualquiera.

—Nada mal, nada mal, pero así llamarás mucho la atención —comentó Leyi, sonriendo.

—Aunque menos que con mi cabello a la vista —le respondió el chico, también sonriendo bajo la máscara.

—Me agrada, que lo conserve —intervino Marie, un poco altanera.

Kein iba a replicarle a la chica debido a su tono, pero lo pensó mejor y decidio ignorarla. En su reflejo se dio cuenta que no se podían ver sus expresiones, eso lo complacía.

—¡Ahora ayúdenme a buscar una buena armadura! —exclamo de pronto Marie.

Aunque no le agradaba que le diera ordenes, esta vez fue bueno, Kein estaba tan concentrado en su figura que estuvo a punto de crear algunos cuchillos para que flotaran a su alrededor, ya que se preguntaba como se vería.

Aunque no había mucho problema con que algunos supieran su habilidad de teletransporte, Caín le advirtió que por ningún motivo dijera las otras cosas que podía hacer, eso llamaría la atención de gente indeseada.

Bueno, lo probaría en cuanto no estuviera a la vista, tal vez durante el ataque de un monstruo o algo así.

—¿Y para que quieres una armadura? —pregunto Kein, mirando a la joven a través de la máscara.

—No es para mi —respondió Marie—. Tengo un prometido allá en casa y quiero llevarle algo, lo conozco desde que eramos niños y lo he extrañado mucho todo este tiempo, al igual que a mi familia

—Esta bien, ¿cuales son sus gustos? —pregunto Leyi.

Familia.

Marie comenzó a hablar de una forma incesante, pero el chico no la escucho. Ante las palabras de la joven en su mente se formo la imagen de su familia, sobretodo de sus hermanas.

Que rayos hago pensando en estas tonteríasdebería ir a casa ya.

No sabia cuanto tiempo le tomaría regresar a casa. Había leído el texto de la misión y sabia que los llevaría hacia el sur, su casa estaba en esa dirección, así que no debería haber problema. Sin embargo en su interior sabia que había un problema, pero aun no descubría cual era.

—Discúlpenme —dijo el chico, algo brusco—. Te lo encargo desde aquí, Leyi, los veré en el gremio por la tarde.



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En el texto hay: theria

Editado: 17.07.2020

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