Thunder

2. Speculo

El estruendoso sonido de una canción de Rock me saca por completo de mi—no tan profundo sueño—como pensaba, así que visualizo mi despertador descubriendo que apenas son las seis de la mañana y al notar que las notas musicales van cada vez en ascenso en lugar de desaparecer me tengo que levantar de la cama.

Con flojera me encamino hasta el salón principal de la planta donde soy consciente de que camino como si estuviera borracha, pero la realidad es que no he podido dormir ni un poco y estoy hecha un asco.

La puerta de la habitación de mi hermana mayor se abre con fuerza dejándome ver que no es ella quien ha puesto la música a todo volumen tan temprano, mucho menos porque parece completamente enfurecida y también a punto de atacar.

Debería huir, pero creo que soy demasiado lenta porque alcanza a tocarme el hombro con fuerza así que tengo que girarme para encararla.

—¿Qué demonios es esto? —grita tratando de que pueda escucharla a pesar de que la música continúa.

Ella lleva una pijama en color marrón y ha caminado completamente descalza mientras comparo que en mis pies hay un calcetín y el otro está descubierto como cada mañana.

—Seguro que es Brigitte la que ha puesto la canción—le señalo la única puerta que aún se mantiene cerrada, mi hermana mayor despega su cabello corto castaño de su cara para mirarme inquisitivamente.

 

¿Ahora qué?

 

—Sí, seguro que Brigitte la ha puesto y tú has llegado ebria a casa ¿o me equivoco? —me dice mientras se cruza de brazos y solo puedo rodar los ojos ante su declaración.

—¿Qué dices? —le exclamo—. No estoy borracha sólo no podía dormir— aclaro mientras me llevo las manos a los oídos tratando de aminorar lo sonorosa que puede resultar la melodía.

—Llegaste en la madrugada— me indica mirándome con una sonrisa de autosuficiencia, ¿Cuándo entenderá que no tengo cinco años para que vigile si estoy dentro de mi habitación?

Entonces ¿Qué esperas para decirle? ¡Oye hermana estaba despidiendo a una mujer de la vida!
 

Lo normal.

 

—¿No es más importante que Brigitte quite esa canción y nos deje dormir a gusto? —le sugiero retándola con la mirada mientras ella suelta un largo suspiro.

Charlotte arrastra los pies hasta llegar a la puerta en color rosa, decorada con miles de flores y mariposas que, por supuesto indica la habitación de mi hermana menor quién no tiene idea de lo que se le viene encima, una hermana mayor gruñona.

—¡Brigitte Keller abre la maldita puerta! —dice golpeando con fuerza la madera mientras me acerco para escuchar cualquiera que sea la respuesta de ahí dentro, pero mientras estoy tratando de escuchar Charlotte está por golpear mi ojo.

Me separo de inmediato asustada mientras la miro de manera desencajada y ella me observa como si yo tuviera la culpa, lo cual me ofende muchísimo.

No tengo la culpa de que no pueda controlar sus impulsos.

—¡Brigitte! —vuelve a gritar con desespero Charlotte y en este momento por lo que más ruego es que la pequeña de la familia no se oponga o diga algo en contra de la mayor que parece estar dispuesta a derribar inclusive la puerta si es posible.

—¡No! —grita con fuerza Brigitte.

Cierro los ojos y me llevo una mano a la cabeza.

Adiós Gi

—¿Qué has dicho? —grita Lottie contrariada mientras se toma con fuerza el cabello, puedo decir que esa ha sido una de las principales razones por la que ha decidido cortarlo drásticamente.

Charlotte quien es mi hermana mayor es más baja que yo, supongo que tiene los genes de mi madre apenas llegando a un metro sesenta y dos, solía llevar su cabello castaño oscuro en una larga melena hasta la cintura misma que desapareció hace unos cuatro meses. Ahora lleva el cabello ondulado hasta los hombros y sus facciones son un poco más toscas entre las hermanas, quizá eso es herencia de papá al igual que el carácter, pero podemos rescatar que lleva el mejor cuerpo y unos ojos bonitos en color café lo que no le provoca tantos fallos en la vista o irritación con el sol que es una completa tortura para el resto.

A pesar de tener su carácter, es una gran hermana y a su manera es afectuosa, pues defiende a su familia ante todos, sin duda es de vociferar que es la hermana más inteligente y sensata, eso llamaba mi padre ventaja mientras mi madre le decía que le llevaría muchos problemas.

Pero creo que quien resultó teniendo más razón era mi padre pues a sus apenas veintiséis años Lottie se ha colocado como una gran nutrióloga, es por lo que dentro de casa han establecido un millón de reglas para cuidar nuestra figura «Que no tengo por cierto» y hemos ejercido como sus pruebas de laboratorio, por no decir ratas para saber si sus creaciones realmente funcionan.

Aún así aquella prueba que le hice de pequeñas sigue siendo memorable, supongo que el sabor del jabón jamás la abandonará y no creo que sea parte de una dieta porque terminamos en el hospital.

—Tenemos que calmarnos vale—le digo a Lottie mientras coloco mis brazos en sus hombros para separarla de la puerta antes de que pueda terminar lastimada.

Por la forma que lleva su mirada sé que ha sucedido algo más en estos días, he notado la rivalidad que crece entre Lottie con Brigitte y eso me preocupa.

—¿Calmarnos? —dice en un tono incrédulo—. Si son las seis de la mañana y tengo que irme a trabajar ¡Joder! — menciona enfadada y lo cierto es que entiendo que se encuentre de ese modo porque todos sabemos que odia levantarse temprano, mucho más porque suele ser adicta a su trabajo.

Me acerco hasta la puerta de mi hermana Brigitte nuevamente mientras toco con suavidad la madera buscando  que de ese modo pueda abrirme la puerta.

—¡Brigitte abre la puerta anda! ¡O coloca el volumen más bajo por favor! —le grito mientras Charlotte revolotea los ojos manteniéndose a una distancia prudente.

Ambas estamos atentas a la puerta de la menor, pero el paso de los segundos nos hace reconocer que sigue haciendo de las suyas.




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