Tictac el juego acaba de empezar

Capítulo 1 Losing My Religion

Los ángeles se merecen el cielo.

Incluso los que han cometido algunos pecados

¿Quién eres tú para juzgarme?

¿Quién soy yo?

Por favor, dime quien soy.

 

Me dices que no soy un ángel.

Me dices que soy un monstruo.

Pero yo solo soy tu reflejo.

Acaso no lo ves… yo soy tú.

 

Yo soy el monstruo que hay en tu alma

Por favor, libérame de esta jaula

Por favor, dame otra oportunidad

Prometo no lastimar… bueno prometo intentarlo.

 

Libérame… libérame… libérame.

No puedes ignorar mis gritos, como ignoras tu dolor.

Es inútil que luches contra mí

Yo soy tú ¿Acaso no lo ves?

 

Solo soy un monstruo pidiendo perdón.

Acaso no te dijeron, acaso no te enteraste.

Soy un ángel caído del cielo.

Y todos los ángeles nos merecemos el cielo.

 

Veo mi reflejo en el espejo mientras me peino ¿Soy yo? Miro esos grandes ojos azules iguales a mis ojos, pero la mirada no es la misma. El reflejo no se parece a mí. Pero no puedo decirle eso a nadie, ya sé lo que pasa cuando alguien dice algo así. Yo no quiero terminar como ella, aquella chica con unos ojos azules iguales a mis ojos, pero sus ojos reflejaban la profunda tristeza que había en su alma. Aquella chica estaba completamente rota, ellos la rompieron y yo no quiero terminar como ella.

Mi hermana se para en el marco de la puerta y me sonríe.

-Jane, pensé que ya estabas lista-me regaña con una sonrisa-vamos, date prisa. Quiero terminar con esto lo antes posible.

Dejo la plancha para el cabello encima de mi cómoda y me giro para ver a Eleanor, mi querida hermana mayor.

-Vamos, Ely, no es para tanto.

Ella se cruza de brazos y frunce levemente el ceño.

-Él no va a ir a ningún lado-le digo para que se tranquilice.

Pero mis palabras no logran su objetivo.

-¿Cómo lo sabes?-me pregunta.

Me rió y me giro para seguir alisándome el cabello.

-Porque ha estado en el mismo lugar por años, si se hubiera querido ir, pudo hacerlo cuando aún tenía agilidad en su cuerpo.

Mi hermana se relaja y entra a mi cuarto. Camina hasta mi cama y toma el vestido blanco con flores que está en mi cama. Lo deja sobre la cama y pasa una mano por la falda para quitar algunas arrugas. Me termino de planchar el cabello y apago la plancha. Una música muy movida suena por los parlantes conectados a mi teléfono y yo le sonrió a Eleanor mientras tomo sus manos y la obligo a bailar por todo mi cuarto.

-Eres una buena persona-me dice ella de manera nostálgica.

-Bueno, esta familia está llena de buenas personas. Mamá era buena y tía Clara también.

Mi hermana pone los ojos en blanco.

-Tía Clara era buena en teoría-Ely se ríe-mamá si era buena y ya sabes cómo termino.

Suelto a Eleanor y me detengo. La música sigue sonando pero yo lo único que puedo escuchar son los lamentos de alguien que ya no está. Eleanor coloca sus manos en mis hombros y me zarandea un poco. Los lamentos se van y vuelvo a escuchar la alegre música. Sonrió y bailo por mi habitación, Eleanor me mira en silencio. Ella se queda quieta mirándome. Me observa de manera extraña.

-Estoy bien-le digo.

-Vamos-se limita ella a decirme-cámbiate rápido.

Ella se va de mi habitación y cierra la puerta. Corro a la puerta y le pongo seguro. Cierro los ojos un momento y pienso en mi reflejo en el espejo, pienso en aquellos lamentos y pienso en mi mamá. Pienso en mí, en quien era y en quien seré mañana.

Me pongo mi vestido y tomo mi abrigo rosa favorito. Miro como dejo mi habitación y salgo.

Eleanor está sentada en el mueble leyendo el periódico.

-Te das cuenta que hoy es el último día-le digo-mañana cada una tomara su propio camino.

En el fondo sé y entiendo que Eleanor se quiere ir desde hace mucho tiempo, está bien para mí, yo también quiero irme y empezar de nuevo.

-¿Crees que nos volvamos a encontrar?-me pregunta ella. Hay un trasfondo en su pregunta que no logro entender.

Me encojo de hombros y me siento a su lado. La abrazo.

-Serás una gran psicoanalista, lo sé-le digo.

-Y tú serás una gran escritora-me dice ella. Me da un beso en la frente y me sonríe. Eleanor se parece mucho a mi mamá físicamente, sus facciones son muy parecidas y las dos tienen el cabello negro liso, muy liso, siempre he sentido envidia del cabello de Eleanor. Mi cabello es ondulado, de un castaño muy claro. En lo único que nos parecemos es en el color de ojos, ambas tenemos ojos azules.




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