Y en la soledad de mi habitación
Me pregunto si te acuerdas de mí
Quizás aún recuerdes cuanto te quise
Quizás ya no pienses en mí.
No puedo evitar pensar que quizás…
Creo que todos merecemos un amor
Un amor que sea eterno
Tú eres el mío… pero yo no soy el tuyo
Quizás en algún momento
Nos volvamos a encontrar y quizás
Tan solo quizás, me des un beso en la mejilla
Y me invites un café…
Pero si no nos volvemos a ver
Cada martes a las tres
Tomare un café pensando en ti
Anhelando verte, anhelando tenerte.
Almas, almas, almas-repito en voz alta. Tengo la manía de repetir ciertas palabras cuando estoy pensando en algo- almas, almas, almas.
La palabra tristeza, tiene algo de triste, la palabra nostalgia es algo nostálgica y la palabra alegría es alegre, pero la palabra alma no sé cómo definirla, es tan... ¿peculiar? quizás, pero no tanto.
Estoy sentada en la colina que está cerca del hospital. Me gusta este lugar, es tan solitario. Me gusta estar sola, disfruto mucho de la soledad. Después de todo siempre estado sola, me he acostumbrado a la soledad, incluso le he llegado a tomar cariño. No me gusta mucho estar con otras personas. A mí me gusta hablar conmigo misma, creo que si hay alguien que me puede comprender soy yo, además nadie me conoce mejor que yo. Si las personas se conocieran mejor también disfrutarían de la soledad. Cuando estas solo no tienes que fingir sonrisas, no tienes que fingir que te interesa lo que la otra persona habla, cuando estas solo puedes ser tú mismo.
Sentí su presencia junto a mí. Jared, está parado detrás de mí, lo sé. No me giro y no le digo nada.
-Lamento venir de esta manera-me dice con tristeza-lamento haberme ido de esa manera. Sé que te perdí, pero necesitaba irme.
No debemos enamorarnos del otoño, son solo hojas secas que caen cuando el viento sopla muy fuerte. No debemos enamorarnos de la primavera porque todas esas hermosas flores se marchitan. No debemos enamorarnos de estaciones que desaparecen después de un tiempo. Si nos enamoramos del invierno, extrañaremos el frío cuando sea verano. Jared se enamoró de mi invierno, me quiso cuando todo estaba frío en mi vida, pero cuando empecé a ser primavera, él se alejó y volvió en mi otoño, cuando el viento golpeo fuerte y arranco mis hojas, él se volvió a ir. Nunca estuvo en mi verano, solo en mi invierno. Yo no necesito esto. Yo no quiero esto.
-No soy primavera, Jared-le digo-solo soy flores marchitas en una fría noche de diciembre.
Una risa amarga sale de mi garganta.
-Vamos, recoge todas las piezas de mi corazón que han quedado en el camino, regresa tus pasos y busca todas las piezas, date cuenta como algunas piezas son solo cenizas ahora. Intenta reconstruirlo, intenta tapar las heridas y cuando te des cuenta que no es posible reconstruir un corazón roto entonces entenderás porque me perdiste, quizás ahí entiendas el dolor que estoy sintiendo ahora. No me digas que no luche por ti… por nosotros, porque lo hice.
Exhalo. Inhalo.
Tengo que dejarlo ir-me digo-tengo que hacerlo. A pesar que aún lo amo, tengo que dejarlo ir.
-Lo hubiera hecho todo por ti-me grita-haría cualquier cosa por ti, sería lo que tú quisieras… porque te amo. Pero mi amor nunca te importo-cierra las manos en puño. Su cálida mirada no está, no me sorprende, siempre he tenido el poder de sacar lo peor de las personas, sabía que él no era la excepción- solo sonreía para ti, pero eso tampoco te importo ¡maldición! Te amo tanto que desde que te conocí no he mirado a nadie como te miro a ti, solo existes tú para mí, pero nada de eso te importa. Incluso en el amor eres egoísta-que puedo decirle si él tiene razón-estas tan rota… y yo he tratado de curarte, he tratado de sanar tus heridas-agacho la cabeza, no puedo seguir mirando aquellos ojos que me miraban con amor y ahora me miran con odio y rencor-me arranque parte de mi alma para sanar la tuya ¿te importo? No, ni siquiera me agradeciste. Pero a mí eso no me importo, porque te amo y quiero verte feliz. Pero no me culpes por haberme ido, yo también merezco ser feliz, merezco alguien que me quiera, Elizabeth.
Lloro. Ahí parada frente a él, lloro como nunca antes he llorado en mi vida. Lloro de dolor, de coraje, lloro por tantas cosas que llevo reprimiendo.
-Soy un desastre por dentro y por fuera-grito mientras caigo de rodillas-y tú te fuiste cuando más te necesitaba.
-No ve vengas con esta mierda, Elizabeth, siempre estado contigo, siempre te he querido, pero tú…
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Editado: 01.07.2018