—¿Hola?
Alessia dejó escapar una pequeña risa al ver que Lily no había logrado su cometido de colgar a tiempo y quedó expectante a cómo continuaría la conversación. Sin embargo, después de dudar un momento, la chica decidió sucumbir ante el pánico y cerró su celular para colgar la llamada.
—¡Oye! ¿Por qué cortaste?—le reclamó Alessia al ver que su malicioso plan no había resultado.
—¡Pensará que soy una acosadora!
Alessia la observó un tanto decepcionada.
—¿Sabes, Lily? Si de verdad quieres algo, debes dar el primer paso.
—¿Qué se supone que quiero?—le preguntó un tanto molesta.
—Es obvio que te gusta—respondió en tono de obviedad.
—No necesito un novio, tendré mucho tiempo para pensar en eso cuando sea mayor.
—¿Mayor? ¿A qué edad se supone que tendrás tiempo?
—A los 30.—respondió Lily con una seriedad que su amiga encontró divertida; tanto como para soltar una carcajada y sentarse junto a ella para darle un tierno abrazo; de esos que tenía por costumbre Alessia y a los cuales Lily solo respondía con una cara de media alegría y medio disgusto.
—Cuando tengas 30 y hayas tenido mil novios estaré ahí para reírme en primera fila, justo cuando estés apagando las velitas de tu pastel, recuérdalo.—se burló la pelinegra.
Lily rodó los ojos con una sonrisa irónica y le devolvió el abrazo a su amiga.
—Más te vale estar ahí.
…
El fin de semana había pasado sin novedad para Lily. De hecho, parecía que lo más interesante en su vida en esos momentos era ir a la escuela para toparse con cierta persona; eso era lo que pensaba mientras recostaba su cabeza en la ventana del auto viendo a la gente pasar en la acera. Imaginaba los posibles escenarios y cómo reaccionaría en caso de ver a Ethan, y es que aún no superaba el hecho de haber estado en su casa dos días antes. Y no sólo eso, sino en su habitación, o más precisamente, debajo de su cama.
—¿Estás bien?—la pregunta de su madre silenció temporalmente sus pensamientos.—¿Tienes sueño?—preguntó al ver que su hija estaba menos conversadora de lo habitual.
—No, no… estoy bien—respondió con una sonrisa.
—¿Segura? ¿Hay algo que te preocupe?—insistió su madre.
—Mmmm…—Lily pensó por un momento su respuesta. No acostumbraba tocar temas sentimentales con su madre, principalmente porque nunca antes había estado en una situación que lo ameritara.—Nada en especial.
—Okay…—la señora Vásquez no sonaba nada convencida, pero sabía que no valía la pena ahondar si su hija no se sentía cómoda.
La distancia hacia la escuela pronto se redujo y fue cuestión de minutos para que el auto de la madre de Lily aparcara cerca de la misma. La fila indicaba que era la hora favorita de los padres para dejar a sus hijos, por lo que la chica se apresuró a bajar.
—Adiós mamá—dijo por la ventana antes de comenzar a alejarse y emprender su caminata hacia la puerta principal.
Lily no tenía muchos conocidos más allá de sus compañeros de salón, por lo que no se preocupaba mucho en ver a su alrededor para saludar. Sin embargo, a pocos pasos de la puerta fue sorprendida por un brazo que la rodeó repentinamente. El sobresalto fue tanto que estuvo a punto tropezarse con la grada de la entrada, pero logró mantener el equilibrio y voltear a ver a quien intentaba hacerse el gracioso.
—Me asustaste—dijo mientras que propinaba un pequeño golpe en el brazo a su amiga.
—¿Qué? ¿Pensaste que era alguien más?—respondió divertida. Lily no quiso decir nada más que alimentara sus burlas.
Las chicas comenzaron a avanzar juntas hacia su salón, pero en el trayecto no pudieron evitar notar algo extraño. En medio de su avance, sintieron un par de miradas que volteaban a verlas con cierta curiosidad, seguidas en un par de casos de susurros indiscretos.
Lily, como cualquier persona con ansiedad social, se agachó para ver disimuladamente su uniforme en busca de alguna anomalía y comenzó a limpiar nerviosa partes de su rostro, pensando que algo en su apariencia estaba llamando la atención.
Sin embargo, Alessia alcanzó a escuchar un susurro a poca distancia de una chica que obviaba la causa de las miradas: ”Ella lo golpeó…”
—Oye, ¿es mi imaginación o parece que algunos nos están viendo?
—No, ya lo noté—Interrumpió su amiga.—Deben ser los compañeros de Ethan, no se olvidaron del golpe que le diste a Roy.
—Qué bien, ahora pensarán que soy una loca.
—¿Qué? Ese idiota se lo merecía, si no lo golpeabas tú, yo lo hubiera hecho.
—Pues… no parece que todos piensen así—dijo desanimada Lily al tiempo que volteaba a ver a una las chicas que parecía susurrarle algo a su acompañante.
#18171 en Novela romántica
#3378 en Joven Adulto
romance juvenil primer amor, romance juvenil., humor amistad celos
Editado: 18.10.2024