—¿Interrumpo algo?
La repentina pregunta sobresaltó a ambos y los hizo voltear al mismo lugar al mismo tiempo. La paz del momento había terminado con la presencia de Camila, que no encontró otro camino más que en medio de ambos para ir a recoger sus cosas. Detrás de ella llegó el profesor Robin a darle salida a los chicos.
—¿Estás bien?—le preguntó Lily a la chica.
—Solo necesitaba lavarse con un poco de agua—el profesor respondió su pregunta después de unos segundos en los que Camila parecía haberla ignorado.—¿Donde está Roy?—había inspeccionado el salón pero no veía rastros de su alumno más problemático.
—Se sentía un poco mal, así que se fue antes, pero ya terminamos de limpiar todo—le respondió de inmediato Ethan. Lily lo observó extrañada, pensando en que probablemente era costumbre tener que mentir por su hermanastro.
A pesar de que el profesor no creía para nada en la excusa, decidió no hacer mayor problema, ya había tenido suficiente por ese día. Terminó de cerrar el salón y despidió a los chicos.
La tensión entre los tres era palpable mientras caminaban juntos hasta la salida. Lily había apresurado un poco el paso para guardar distancia entre ellos, pero Ethan parecía querer igualar su ritmo.
—¿Y cómo van tus lecciones de piano? ¿Tienes clase hoy?—intentó hacer algo de conversación Camila.
—No, hoy no—respondió él sin más detalle.
—¿Y el examen de admisión? ¿Cómo vas con el estudio?—insistió—Yo tengo tutoría de matemática, sabes que no se me da muy bien…
—¿Admisión?—Lily cayó en cuenta de que Ethan iniciaría la universidad el siguiente año. Pensó en preguntarle por ello, pero sentía que sobraba en esa conversación.
—Estoy bien, estudiando a diario, como siempre.
—Mi mamá vendrá a recogerme en unos minutos, ¿te parece si vas con nosotras y nos deja en la biblioteca para estudiar?—sugirió sonriente Camila.—Me vendría bien un poco de ayuda.
—¿Ese era su plan al venir?—pensó Lily al escuchar la propuesta.
A juzgar por la expresión de Ethan, no le apetecía mucho decir que sí, y es que no era la primera vez que Camila usaba el estudio como excusa para retenerlo por horas.
—Yo…—empezó a decir el chico, dándose tiempo para idear alguna excusa—De hecho, necesito acompañar a Lily ahora.
La susodicha se giró a verlo de inmediato. Su mirada parecía preguntarle a qué se refería con eso, mientras que la de Ethan parecía pedirle auxilio.
—¿Qué?—la sorpresa de Camila era tan obvia como su indignación—¿Y qué planes tienen?
—Vamos a comprar… algunas cosas—fue lo primero que llegó a su mente.
—¿Comprar? ¿Comprar qué?
—Cosas para…—se detuvo antes de terminar la oración. Mentir no era precisamente su fuerte.
—Un par de cosas para el club de atletismo—Lily decidió intervenir para ayudarlo, cosa que él agradeció internamente—Iremos al centro comercial, a la plaza—decidió agregar la chica.
Camila se giró a verla, de alguna forma ofendida, pues no era a ella a quien le había pedido una respuesta.
—Ya veo….—se limitó a decir antes de guardar silencio por el resto del camino.
En cuestión de minutos se encontraron en la puerta de salida, para alivio de Lily, que no consideraba que el ambiente entre ellos fuese muy amigable. Camila se detuvo y sacó su celular para ver sus últimos mensajes.
—¿Ya viene tu mamá?—se interesó Ethan.
—Sí, no tarda—respondió cortante.
—Bien… Entonces, nos vemos—se despidió con la mano y comenzó a caminar con intención de ir a la parada de bus, seguido por Lily.
Sin embargo, ella notó que Camila permanecía en la acera observándolos fijamente. Pronto llegaron a su parada, pero Lily sabía que no podían quedarse ahí si querían mantener apariencias.
—Aún está viendo…—dijo en voz baja, como si Camila pudiese escucharla a la distancia.
—¿Qué?—preguntó confundido Ethan.
—Tu amiga, nos está viendo, la plaza queda por allá—señaló hacia adelante para indicarle hasta donde tenían que caminar. Fue entonces cuando el chico también comprendió que no podrían quedarse a esperar el bus.
Los dos continuaron avanzando, preguntándose qué tan lejos tendrían que ir.
—¿Aún no se ha ido?—preguntó Lily al ver que debían doblar en la siguiente esquina si querían seguir con la mentira.
—No lo creo…—dijo mientras giraba disimuladamente, fingiendo ver algo en su zapato.
—Oye… Si no te agrada estar con ella ¿por qué no le dices?—la pregunta tomó por sopresa a Ethan.
—N-no es que no me agrade—llevó su mano a la nuca—Pero… a veces no me deja ir y… tengo que hacer otras cosas.
—Entiendo…—respondió mirando al suelo—¿Son muy amigos?
—Pues, creo que sí—dijo Ethan después de una pequeña pausa. Nunca se había tomado el tiempo de analizar su relación con ella—Su mamá es muy amiga de mi madrastra—explicó, llamando la atención de Lily—Se conocen desde hace mucho tiempo, son amigas de la familia.
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Editado: 18.10.2024