Tiempo

Capítulo dos

Cuando ya tuve gran parte de mi recuperada comencé a jugar con el Vatn. Siempre sentí que utilizar Galdur en el agua era demasiado natural, como si una extensión de mi estuviese en ella.

Al sentir el Máttur seres Töfrandi, o individuos que les gustaba mucho la magia, comenzaron a aparecer. Siempre en los cuatro elementos habría criaturas mágicas, así que, invariablemente cerca de algún bosque o fuente de agua verían a alguna familia de Norn o galdramaður.

Comenzaron a aparecer hadas, duendes, gnomos, Ondinas, Sílfides, Dríadas, Elfos; a lo lejos pude deslumbrar una Dama de los bosques junto a un Ent, que posiblemente son Roxery y Jarden, además de animalitos propios del bosque atraídos por la Galdur. Había vivido toda mi vida en esta parte de Alabring, así que conocía este bosque tan bien como la palma de mi mano, así también sus habitantes; digo casi porqué el otro día juro haber encontrado una línea en mi mano que a antes no estaba, mi mamá no me creyó, pero la tía Cassie dijo que tenía toda la razón. 

Los pobladores de este bosque son amigos leales y compañías excelentes, a ellos los atrae la magia del lugar, y la "carga" que tenga un sitio será crucial para los tipos de moradores, un ejemplo claro es que si va un loco y se pone a matar en masa en un bosque o cerca de un lago obviamente va a llamar a gritos a alguna Banshee, Trolls malos, Estirges, Ghouls, Doxys, Driders, Orcos, Drows, Sátiros tirados más a su lado malvado, etcétera obviamente estoy generalizando ya que si hay algunos seres de estos que están del lado del bien, pero son poquísimos. Así que con ellos llegando, adiós a la paz y tranquilidad del bosque, y hola a extrañas desapariciones que terminaran echando a la cárcel a algún humano estúpido engañado por algún Incubo o Sucubu a contrata.

Las hadas comenzaron a danzar en el agua que iba levantando con magia, y a jugar con las Ondinas que salían a la superficie; a estos les gusta que maneje el agua, así que intento venir a menudo. Normalmente a las hadas les gusta estar en su forma pequeña, pero para cosas oficiales poden llegar a medir como cualquier hombre, generalmente son demasiado amigables y juguetonas, pero no los tomes de las alas, son rencorosos y pueden hacer que te golpees o te caigas "accidentalmente". Por otro lado, las Ondinas miden como un humano promedio, sólo cuando se ven en peligro de morir o ser descubiertas adoptan su forma de pez total, pero les carga hacer esto, ya que pueden pasar años para que vuelvan a estar como antes.

Los duendes y gnomos también se aventuraron al agua, pero solo en la orilla, no son del todo nadadores. Estos en particular me encantan, siempre son muy serviciales y cordiales, además de que tienen un sentido del humor demasiado bueno, hace poco presentaron una pequeña obra (no es por el tamaño que ellos tienen en absoluto) y fue un éxito total, todo el mundo la paso de maravilla, incluso ya están planeando otra función y me pidieron ayuda con mi celular para ver algunas ideas en internet (internet les cambio la vida), me sentí importante y parte del teatro.

Los Elfos, Dríadas y Sílfifes comenzaron a tocar música y a bailar en la orilla. Me encantaban estas fiestas espontáneas.

Onrn, un Elfo, se apartó del grupo y vino nadando hacia mi apenas hicimos contacto visual, aparte la mirada de inmediato, no se veía del todo feliz, algo que los Elfos hacían muy mal era fingir con su cara, eran como un libro abierto en términos a muecas.

- ¡Hey!

- ¿Qué tal Onrn?

Me miró feo. No es por nada, pero siempre creí que a Onrn le atraía un poquito; cada vez que se me acercaba me sentía tremendamente halagada, ya que no se da mucho con la gente; lamentablemente yo lo veía solo como un amigo, aunque ganas no me faltaron de que fuese él y no Rodrigo mi flechazo de adolescente.

-Nada de qué tal, dime ¿qué fue esa mancha negra horrible y por qué Alltaf se veía tan demacrado?, tenía un amarillo ceniciento, cómo de muerte y unas manchas negras horribles, como si fuese una peste.

-Yo lo veo celeste.

-Señorita la de me hago la interesante, desembuche.

-No fue nada Onrn, no te preocupes y diviértete viejo amargado. - Le tiré agua en la cara para despistarlo. Le cargaba que le dijiste viejo, en eso los Elfos son bien vanidosos; les encantaba verse jóvenes y cómo vivían varias décadas como si aún tuviesen la juventud en las venas que alguien les dijiste viejo era una ofensa total; ahora entre amigos era una simple pulla.

Onrn no se hizo esperar ante la batalla y comenzó a lanzarme agua también, al enfocarme en otra cosa deje de hacer ondas con el agua, de este modo de un momento a otro todo el mundo jugaba a la guerra de agua, incluso los músicos se unieron al agua y al combate.

Escuché mi nombre a lo lejos pero no le di importancia hasta que un gran estruendo nos paralizó a todos, alarmados vimos arriba de nosotros una mancha azul con una cara. Diablos, era la abuela.

- ¡Danara Cathrina! Basta de juguetear y vente a casa ¡ahora! Tú profesor ha llamado y tus notas no se oyen muy alentadoras. - Y tan pronto como llegó se fue.




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