Tiempo de gatos

Capítulo 2

El gato Sabio vociferaba algo en voz alta a la vez que movía nerviosamente sus manos delante de su rebelde alumno. Era un felino de la Base interestelar 500 que enseñaba a niños y jóvenes gatos. Los estudiantes del planeta eran adoctrinados en sus hogares y no acudían en masa a ningún centro de enseñanza, ya que en el planeta la educación era totalmente individualizada hasta la mayoría de edad. Se le consideraba sabio por los profundos conocimientos que atesoraba sobre materias diversas. Los enseñantes sabios gozaban, pues, de una excelente reputación.

Aunque su vocación por la enseñanza resultaba indiscutible, aquella mañana estaba deseando acabar ya con las clases. No era fácil educar al hijo del inspector Dundan, siendo sobre todo un adolescente cuyos intereses no coincidían con los del estudio de asignaturas como matemáticas, historia o lengua, sumamente aburridas para él. Hacía horas que había perdido la paciencia.  Ya no sabía qué hacer para que Hauska, que así se llamaba el muchacho, le prestase atención durante la clase de historia de los felinos. En un último intento por despertar su interés le dijo:

—A que no sabes cómo se originó nuestra especie. Vaya, creo que no…

—¡Pues sí que lo sé! ¡confía en mí alguna vez!

—¿Ah sí? ¿Qué pasó, entonces?

—Pues unos extraterrestres llegaron a la Tierra con sus naves espaciales y se encargaron de crear a los primeros gatos.

—Ya, cogieron barro y soplaron —señaló con ironía el Sabio.

—¡Que nooo! ¡Que fue con una simple varita mágica! Se la robaron al hada madrina de la Cenicienta Felina. Era totalmente digitalizada. Que hay que ser más moderno, ¿no crees?

 

En ese momento llegó el inspector Dundan, que saludando a su hijo se llevó al Sabio fuera de la habitación de estudio para poder hablar con él sin la presencia de su hijo.

—¿Cómo va todo? —quiso saber Dundan.

—Por desgracia, no tan bien como yo quisiera —respondió el Sabio un tanto decepcionado.

—¿Sabes, Sabio? Estoy pensando en llevarme a mi hijo conmigo en alguno de mis viajes de patrulla espacial.

—¿No es todavía demasiado joven para involucrarlo en peligros innecesarios?

—Quién sabe, tal vez así se despierte en él el sentido de la responsabilidad y de paso su interés por alguna profesión. —Mira Sabio, sé que haces lo que puedes por enderezar a Hauska, pero el tiempo pasa y ya se va haciendo más mayor. No quiero que se convierta en un gato sin expectativas en la vida. Ya lo he decidido. Su madre también está de acuerdo. Me lo llevaré en mi próximo viaje a Narcandia, que ya sabes que es un planeta muy cercano al nuestro y bastante seguro.

Pero a pesar de sus palabras, Dundan sabía que nunca se debía pensar que un planeta era lo suficientemente seguro. Cuando se despidió del gato Sabio, el inspector quedó sumido en una profunda preocupación.



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En el texto hay: profecias, planetas, gatos

Editado: 14.01.2024

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