Tiempo para amar

Capitulo 5

—¿Qué te parece este lugar? ¿Te gusta? —pregunto Jake dedicándome una mirada ansiosa 

—Mmm…sisisi esta bonito —dije con una sonrisa de labios cerrados

—Te dije que hoy estás hermosa? Ese vestido rojo se te ve espectacular

Un raspado de garganta invadió nuestra conversación, ambos nos giramos a ver, fue en ese preciso instante donde se formó un nudo en mi cuello.

¿Qué hacía él aquí? Pensé que no regresaría por mucho tiempo, mejor dicho… que nunca más lo volvería a ver.

Pero ahí estaba él con ese uniforme blanco, todo de él seguía igual; sus labios rojos carnosos, sus ojos cafés oscuros, cabello ondeado y su estupido piercing en su ceja izquierda, pero al bajar mi mirada a su cuello pude notar una marca roja, como si… se hubiera puesto una soga en él. 

Nuestros ojos se conectaron, ese brillo con el cual me miraba estando enamorado seguía ahí.

Dio un suspiro.

—Buenas noches, bienvenidos al restaurante “The Roses” Mi nombre es Adazel y seré su mozo, así que estoy a sus órdenes ¿Que desean pedir? —dijo desganado

—Buenas noches, dime ¿Qué nos recomiendas? —dice Jake revisando la carta

—La especialidad de la casa; espaguetis rojos, y comiendo acompañarlo con un vino tinto —sus ojos cristales se dirigieron a mi

—Perfecto, suena delicioso ¿Verdad amor?

Asentí levemente. 

Adazel recogió las cartas y se fue sin más, Jake continuó hablando, sin embargo yo no estaba del todo atenta, solo estaba ahogada en mis pensamientos.

Necesitaba hablar con él.

—Perdón ya vuelvo, voy al baño —indique, dirigiéndome hacia el bar del restaurante

—¿Dónde está?

—No se de quien hablas 

—Sabes muy bien de quien hablo Guss ¿Porque no me dijiste que él había regresado?

—No quería hacerte daño, soy tú amigo y lo que menos quiero es que sufras o vuelvas a dudar de tus sentimientos, te veo feliz con Jake

—Solo quiero saber porque me dejo…

—Pues averigualo, está afuera, sal por la puerta trasera —hice el ademán de dirigirme hacia ahí —Solo controla tus sentimientos, por mas que hayas pasado cosas con él, recuerda que hay un hombre esperando en aquella mesa

Al abrir esa puerta y verlo, fue lo que me destruyo, pero esta vez ya no podía caer.

—Que descarado eres al atender mi mesa —solte

Su cuerpo giró, y él no tardó en llegar hacia a mi y cubrirme con sus brazos

—Perdón, perdón, yo no quería dejarte a Aida. Te extrañe cada segundo —me presionó más contra el

Lo alejé con brusquedad.

—Pero lo hiciste, me dejaste, tu “perdón” no sirve de nada Adazel 

—Necesito que me escuches, que sepas mis razones del porque me fui

—¿Y eso cambiaría algo? Piensas que volveré a ti, estoy saliendo con alguien

Pasó una mano por su cabello.

—¿Lo amas? 

—Si lo amo —dije mirando hacia un lado 

—Ven y dimelo a los ojos, dime que ya me olvidaste, dime que ya no me amas, dime que ya no recuerdas todo lo que pasamos

Di unos cuantos pasos hacia él, levanté mi mirada y lo afronte.

—Cómo puedo seguir amando a alguien que me dejo sin ninguna explicación —mis lagrimas ya no se pudieron contener así que brotaron de mis ojos

Adazel me tomó del rostro, se acercó a mis labios, podía sentir su respiración.

—Si es que ya me olvidaste ¿Porque no haces nada para alejarte? —susurro en mis labios

 




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