—¿Y estas bien? —pregunto Jake
—Si, verlo fue… doloroso pero estoy bien, descuida si —dije tomando de su mano
Al final de todo, yo siempre termino contando toda la verdad, no podía mentirle a Jake, no podía ser tan descarada, así que confesarle sobre el regreso de Adazel me pareció algo importante de decir.
Quería que esta relación fuera a base de confianza, comunicación y sinceridad.
—Te amo Aida, lo hice desde la primera vez que te mire, al verte sentí esa necesidad de querer cuidarte de todos, no quería que te hicieran daño, en este tiempo que hemos estado juntos yo nunca te he llenado por completo y tal vez nunca logre hacerlo, porque aunque tú no lo aceptes aun estas enamorada de él
—No, no es cierto —solté rápido
Inclinó su rostro, dedicándome una sonrisa de consuelo, luego acarició mi mejilla con delicadeza.
—Cuando hablas de él te brillan los ojos, y lo sé porque ese brillo que tú tienes yo los tengo por ti. Y me duele aceptar que esa mirada con lo que lo miras o piensas en él nunca será para mi
—¿Me quieres terminar? —solloce
—Siento que es lo correcto
Baje la mirada.
suspiro —Pero yo nunca hago lo correcto, así que te seguiré amando con la misma intensidad aunque tú no lo hagas. Soló prometeme que evitaras tener contacto con él
—Lo prometo
Y un beso selló aquella promesa.