¿tienes mi corazón?

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Abrí los ojos lentamente para acostumbrarme a la luz diurna que se filtraba entre las cortinas y llegaba hasta mis ojos, terminando con mi ciclo de sueño incompleto. La noche anterior había dedicado todo mi esfuerzo y dedicación a estudiar para mi evaluación final de la carrera.

Flashback

Mis ojos pasaban vagamente por las palabras del libro. Saltándose algunas por cuanto pesaban. Cansada no tanto por la hora, si no por el tiempo que había permanecido despierta.

Mi poca concentración se perdió por el sonido escandaloso de mi celular, deduje que era una llamada. Le di la vuelta. “Abril” era el nombre que aparecía en la pantalla.

— ¿Sí? — contesté.

—Sara, estamos cerca de tu casa—detrás de la línea se escuchaban muchas risas—podemos pasar por ti y hacer algo esta noche.

—Abril, tu sabes qué... ——no pude terminar mi oración por que sentí que me interrumpían.

—Sí—hizo una pausa—. Lo sé—bufó. —¿Sabes?, olvídalo, no sé ni porque pensé que irías—suspiró y continuó—es una pena que no vivas tu vida—tuvo una corta pausa—Deberías agradecerme por ayudarte a vivirla.

FIN FLASHBACK

En todo ese período de tiempo no era la primera vez que alguien decía que necesitaba efectuar algunos cambios en mi vida. Simplemente no ponía atención a ello.

Vamos, ¿Cómo esperaban que dijera que sí?, mañana era un día importantísimo como para beberlo un día anterior y consumirlo en estupideces.

Mi espalda dolía mucho. Lo último que quería era levantarme, pero no todo puede ser siempre lo que quieres. Me levanté de mi cama. Rellené el plato de comida de mi perrita. Empezó la misma rutina de siempre.

Por ultimo me paré enfrente del espejo. Saqué mi maquillaje, después de una media hora ya estaba lista para salir.

El día no ameritaba mucho. Después del examen volvería a casa pronto. Por lo que opte por un jean rosa claro, una camisa gris y unos tacones bajos afelpados.

Mi perrita kylie quien había adoptado dos años atrás. Me miraba con sus ojitos suplicándome que no me fuera. Pero debía hacerlo. De lo contrario la velada de ayer no tendría sentido. Como pude salí de casa. Fui directamente a la universidad en mi motocicleta.

Mi moto, era lo único que me hacía sentir verdadera libertad. El viento en mi cara era un sentir completamente libre. Un pensamiento agolpó entonces mi mente, Abril diciendo “es una pena que no vivas no tu vida”, escuchaba eso en mi cabeza una y otra vez. Para intentar sacar ese pensamiento, aceleré la velocidad como nunca antes lo había hecho.

Por unos instantes lo logré. Sentí que lo que acababa de hacer no era para nada aburrido. La felicidad se fue de mi rostro cuando a lo lejos vi a una persona que cruzaba la calle. Mi primera reacción fue paralizarme. Pero luego, cambiar de dirección repentinamente e intentar frenar poco a poco. Ya que hacerlo en seco terminaría en el piso.

No alcancé a frenar lo suficientemente rápido. El pánico me obligó a saltar de la moto al concreto. Como alguna vez lo había visto en alguna película. Cerré los ojos por un momento el impacto fue un poco doloroso, pero era algo soportable. Utilicé mis manos como apoyo en la caída, estas terminaron raspadas.

Gente se empezó a acercar e innumerables veces les dije que estaba bien. Volteé a ver mi moto, estaba en el piso. Tenía un visible desgaste en la pintura y acabados junto con unos rayones.

Simplemente me levanté del suelo y seguí.

Apagué la moto en el estacionamiento con algo de afán ya que se me hacía tarde.

Al llegar todos voltearon a verme, el profesor no hizo más que mirarme por fuera de sus gafas. Acomodárselas y no decir nada.

Tomé un respiro, cerré los ojos y me di ánimos a mí misma. Me senté en la silla mientras el profesor ya repartía las pruebas.

Una tras otra, personas se paraban de sus asientos indicando que habían finalizado la prueba. Eso me asustaba. Me estresaba tanto que había perdido mi concentración. Solo pensaba en todas las personas entregando y yo sin finalizar aún.

Al momento de levantarme de mi silla para entregar el examen, solo quedaba con otros dos chicos.

La única clase del día era esa. Me dirigí al baño. Entré directamente a uno de los cubículos del baño.




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