Capítulo 8º Esperar

Cada nuevo día y cada noche Esteban me llama, hablamos un rato de lo más cotidiano de nuestros días, deseando ambos que por fin llegue el fin de semana para volver a estar juntos.

¿Es llevadero? Que contaros, para mi es una pesadilla, de la que quiero despertar, pero al mismo tiempo se, que he conocido a Esteban en esta situación, siendo cada uno de una ciudad distinta, y a tres horas de camino en tren.

¿Difícil? pues sí, no te terminas de acostumbrar, a no tener a esa persona, que tanto echas de menos, lejos de ti, en mi caso, me cuesta muchísimo y no soy una chica muy exigente, pero siento la necesidad de recolocar mi vida, junto a la persona que amo, quiero compartir mi día a día con él, lo quiero compartir todo.

He llevado siempre una vida muy tranquila, disfrutando de mi tranquilidad, mi trabajo, de mi caballo, alguna salida loca con alguna de mis amigas, las cuales tienen pareja ya, pero en esto del amor, para esto yo no tenía planes para el presente, más bien en un futuro lejano, hasta que ha aparecido Esteban en mi vida, y me ha descolocado totalmente, mi vida a cambiado y mi forma de ver las cosas también.

Ahora me veo en un presente firme, en el que tengo a una persona con la cual vivirlo, una persona que quiero ahora mismo conmigo y caminar juntos hacia donde nos dirija la batuta de la vida, sin dejar que nos lleve donde quiera el destino.

Quiero manejar las riendas de mi vida, por mí misma, se lo que quiero en mi vida y lo que no quiero, y nunca lo he tenido tan claro.

Sobre las diez de la mañana del sábado sonó el móvil, me apresuro a cogerlo, estoy deseando escuchar su voz.

—¡Hola, buenos días Eva! ¿Qué tal el sábado?

—¡Buenos días, mi amor! ¡Bien! ¿Estás en el almuerzo?

—¿Te apetece, tomar un café? ¿Cariño?

—¡Me gustaría tomarlo contigo! , estoy deseando que llegue la hora, para que estés, aquí junto a mí.

—¡Abre la puerta! ¿A qué esperas?

—¡Estebannnn, estas aquí! ¡Que sorpresa, amor mío!

—¿Te sorprendí? Aún tengo otra sorpresa para ti, mi reina.

—¡Pasa, pasa ...entremos dentro!

Lo que más deseo en la vida es tenerlo junto a mí y como cada fin de semana, Esteban viene a mi casa, pasamos los fines de semana juntos, abrazados, con noches de lujuria y pasión, donde los dos nos abandonamos y nuestros cuerpos dan riendas sueltas a nuestros impulsos, donde nuestros cuerpos juegan solos y se buscan, donde nuestros labios se juntan ardientes de pasión y descontrolados, donde cada noche que pasamos juntos es una aventura explorando nuevas sensaciones.

Los fines de semana son increíbles, cada vez estoy más segura, que no podre vivir sin él, me siento nueva, me siento otra persona, tenemos tantas cosas en común...

Vamos a restaurantes a comer, nos damos grandes caminatas por el parque cogidos de la mano, hacemos deporte, algo que nos apasiona a los dos, visitamos museos, nos gusta el mismo estilo de música e incluso vamos a bailes de salón, y todos los domingos me lleva el desayuno a la cama, unas veces bombones, otras tartas, otras frutas, y siempre con una bonita rosa roja sobre la bandeja.

Me siento la mujer más feliz del mundo...

Los lunes como siempre comienza una nueva semana, hasta el sábado que regresa de nuevo Esteban, pero estamos en contacto todos los días, por el móvil, es un sacrificio que tenemos que tener, el uno con el otro, y lo estamos llevando lo mejor que podemos.

Yo no me puedo mover de Torremolinos, porque tengo mi caballo, no lo puedo abandonar, es una responsabilidad, es una cosa que ya he hablado con Esteban y él me ha comprendido.

Cada domingo por la tarde cuando lo despido en la estación nos besamos apasionadamente, él siempre me susurra al oído.

"Tienes los labios que siempre querré besar, tú lo eres todo para mí, mi corazón es tuyo, te amo."

Ciertamente este chico me tiene loquita de amor por él.

¿Como no amar, a alguien así?

Las oportunidades, solamente pasan una vez en la vida, hay que subirse a ese tren y no dejarlo marchar, porque no volverá a pasar...