En las oficinas del refugio militar, Mildred se encontraba acomodando varios documentos, Paola estaba llenando unos formularios en el escritorio de enfrente, cuando una explosión y un gran escándalo se hicieron presentes, en ese momento dejaron de lado todo lo que estaban haciendo y salieron a ver lo que estaba pasando, para su sorpresa vieron que, no muy lejos de donde se encontraban, había un gran agujero en el muro por donde estaban entrando una gran cantidad de mercenarios, la gente que estaba ahí huía lo más rápido posible mientras esquivaban las balas, al mismo tiempo, algunos soldados se dirigían al lugar para contraatacar. Por su parte Mildred y Paola corrieron hacia una zona más segura, para poder pensar en lo que harían, entraron en un edificio, y sonó una segunda explosión, más fuerte que la primera.
- El ataque parece estar siendo contenido por los soldados, pero no creo que duren mucho bajo estas circunstancias, sin duda sabían lo que estaban haciendo – Paola analizaba todo lo que estaba sucediendo, para intentar predecir el tiempo que tenían hasta que los mercenarios se adentraran completamente en las instalaciones.
- Tienes razón, primero debemos dirigirnos hacia el comedor, ahí están Carlos y Fernanda, después iremos a la granja, donde están Ángela y Marco, y por último iremos a la central eléctrica, donde están nuestros esposos – el plan de Mildred estaba perfectamente estructurado, y la ubicación de todos era inusualmente conveniente.
- Me parece bien, andando – salieron del edificio y se dirigieron hacia el comedor, pero el caos hacía difícil moverse por el lugar.
De camino al comedor, se encontraron con sus esposos, los cuales estaban disparando a los mercenarios que se les interponían, cuando ellos las vieron fueron lo antes posible con ellas.
- ¿Qué hacen aquí? ¿no deberían estar esperándonos en la central? – Mildred no entendía porque estaban ahí, si su esposo conocía el plan a seguir en caso de emergencias.
- Atacaron la central poco después de que sucediera la primera explosión, tendremos que hacer un cambio de planes y escapar por la granja o la zona de entrenamiento – Robert le informo a su esposa.
- Lo importante ahora es ir por los niños, según parece estaban por hacer volar la central – Jonathan, el esposo de Paola, las puso al tanto de la situación.
- Bien, vayamos por Carlos y Fernanda – Paola fue la primera en entrar en acción, y tomo una de las armas que tenía su esposo.
Mildred también tomo un arma y se dirigieron todos juntos hacia el comedor, pero en el camino se encontraban con diversas dificultades, por lo que, tenían que esconderse constantemente, y pelear en otras ocasiones, hasta que explotó el generador, creando un gran estruendo y dejando el lugar a obscuras, lo que facilitó llegar hasta el comedor. Cuando llegaron encendieron sus linternas y comenzaron a buscar a sus hijos, pero solo encontraron una marca sobre la mesa de la cocina.
- Amor, mira – Mildred le mostro la marca a su esposo.
- Ya veo, en ese caso deberíamos ir a la granja, seguramente ellos ya deben estar en camino a la cueva – la conversación entre Robert y Mildred confundía a Jonathan y Paola.
- ¿De qué están hablando? – Paola pregunto, ya que deseaba saber dónde estaban sus hijos.
- Tenemos un plan en caso de emergencias, el cual Ángela conoce perfectamente, y para este tipo de situaciones tenemos preparado un refugio no muy lejos de aquí, y esta marca de aquí – Mildred señalo la marca en la mesa – la dejo Ángela, y significa que están todos juntos y se dirigen hacia allá –
- Ya veo, ustedes sí que son precavidos – Jonathan se sentía impresionado.
- Hemos tenido malas experiencias, así que apresurémonos, si corremos podríamos alcanzarlos – el comentario de Robert fue lo último que dijeron antes de salir del comedor.
Al salir la situación se había vuelto más complicada, los mercenarios se habían apoderado por completo del lugar, y no había forma de ir hacia la granja, por lo que tuvieron que ir en dirección contraria y buscar una salida.
Cuando llegaron al muro, buscaron alguna abertura, pero la única que encontraron estaba vigilada por un par de mercenarios. Se acercaron sigilosamente, les dispararon y salieron corriendo hacia el bosque.
Algunos de los mercenarios que los perseguían les estaban pisando los talones, por lo que tuvieron que idear un plan para asesinarlos sin revelar su posición.
Afilaron algunas ramas para hacer unas lanzas, y se escondieron en el follaje de los árboles. Sus ataques fueron efectivos y certeros, por lo que lograron deshacerse de su mayor problema sin alertar al resto. Pasaron la noche en estado de alerta, siempre preparados para atacar, por suerte ya no tuvieron mayores inconvenientes.
- Entonces, ustedes tenían todo planeado para una situación como esta… - Paola comprendió porque Mildred sabía exactamente qué hacer.
- Así es, debido a varios incidentes Mildred comenzó a crear un plan en caso de que algo así pasara, por eso busco agruparnos lo más posible. Perdón por hacerlo sin preguntarles – Robert hablaba tan serio como siempre.
- Al contrario, les agradecemos por considerarnos en sus planes, de no ser así no sabríamos donde se encuentran nuestros hijos – Jonathan les agradeció con una sonrisa en su rostro.
- En verdad somos afortunados, ahora solo debemos ir hasta dónde están – Paola se sentía muy aliviada ahora que conocía los detalles de la situación.
- Aunque no podemos ir de inmediato, seguramente habrá muchos mercenarios rondando por el lugar, así que deberíamos esperar a que las cosas se tranquilicen – Mildred ya había elaborado otro plan.
- Tienes razón, esperemos – Paola estaba totalmente de acuerdo, ahora confiaba bastante en ella.
Pasaron dos días tranquilos, pero al tercero los mercenarios comenzaron a acercarse a donde estaban, así que se alejaron lo más que pudieron, y después de un día de viaje, lograron perderlos de vista. Después de tres días decidieron ir hacia la cueva, les tomó un día llegar hasta lo que antes era el refugio militar, y en la noche lograron llegar hasta la cueva, pero al llegar notaron que estaba vacía, y había una marca en la pared.