El arma del mercenario descendía hacia Angela, con la única intención de terminar con su vida, pero a medio camino se vio interrumpido, pues una bala perforó el costado del mercenario, ocasionando que perdiera fuerza y soltara el arma, a la par que caía al suelo con una mirada confundida.
Los otros mercenarios presentes buscaron con la mirada el origen del disparo, pero sus reacciones no fueron lo suficientemente rápidas, pues uno a uno comenzaron a caer, y sin haber logrado ubicar a su enemigo todos fueron aniquilados en el acto.
Angela seguía fuera de sí, contemplando el cuerpo inerte de la joven, que hace no mucho consideraba uno de los suyos, mientas Marco estaba completamente confundido por todo lo que había pasado.
No paso mucho tiempo cuando los padres de los jóvenes aparecieron por la entrada del refugio, y fue entonces cuando Marco logro comprender todo, y Angela reacciono nuevamente. Ambos sintieron una alegría indescriptible dentro de sus corazones, pero Angela, a diferencia de Marco, pudo sentir alivio y la libertad de dejar salir todo el dolor que había experimentado en ese momento, por lo que comenzó a llorar y abrazo a su padre en cuanto le fue posible.
Disfrutaron de ese momento tanto como les fue posible, pero sabían que había un asunto más importante que debían atender.
- ¿En dónde están sus hermanos? – les pregunto Jonathan a los chicos.
- Están a salvo, con nuestras mamás y otros sobrevivientes – la respuesta de Marco tranquilizo a su padre.
- ¿Saben dónde están? – Marco asintió ante la pregunta de Robert – Bien, vayamos con ellos –
Tras unos minutos de camino se encontraron con Mildred y Paola, que los recibieron con gran afecto y gozo. Finalmente, estando toda la familia reunida, y tras haberse expresado todo el cariño y amor que acompañan a un reencuentro de ese tipo, platicaron sobre todo lo que habían pasado. Los primeros fueron los niños, comenzando su historia desde el momento en que hubo la explosión en el campamento, los padres escucharon atónicos el relato, y, con gran asombro y orgullo, se dieron cuenta que sus hijos eran unos auténticos sobrevivientes, luego de terminar su relato, Paola y Mildred contaron su historia, dejando así a Robert y Jonathan hasta el final, quienes contaron sus vivencias con lujo de detalle, y al escuchar sobre el teniente y Esteban todos quedaron sorprendidos.
<< Sabia que ese hombre era fuerte, pero nunca me imaginé que tanto>>
- Parece ser que le debemos mucho a ese hombre – la gratitud de Paola se notaba en el tono de sus voz.
- Tengo la impresión de que todos le deben mucho a ese hombre – las palabras de Robert, junto con su mirada, expresaban una gran confusión.
- ¿Creen que el haya planeado todo esto? – aunque esa era una duda que todos tenían, solo Fernanda se atrevió a expresarla.
- No lo creo, eso sería imposible ¿cierto? – Carlos intento refutar la idea, pero incluso él tenía sus dudas.
<< ¿Realmente sería imposible?>>
La platica familiar fue interrumpida por Stephanie, quien deseaba confirmar el estado de Marco y Ángela, y recibir instrucciones sobre lo que debían hacer los sobrevivientes.
- Lamento interrumpir; sé que deben estar cansados, pero quisiera preguntarle a Ángela cual es el siguiente paso a realizar, los sobrevivientes están ansiosos y no sé qué decirles – Stephanie miro a Ángela y espero paciente sus instrucciones.
- No te preocupes Stephanie, en un momento iré a hablar con ellos, por ahora diles que descansen y coman algo – Ángela hablo lo más tranquila posible, pese a que aún estaba bastante alterada por todo lo que había pasado recientemente.
- Entendido, yo les informare; muchas gracias – les respondió Stephanie
- Al contrario, gracias a ti, nos has apoyado bastante – le contesto Marco.
Stephanie se retiró e hizo lo indicado, por su parte las dos familias comenzaron a discutir sobre lo que debían hacer, y tras una larga charla, en la cual Ángela no participo muy activamente, decidieron ir hacia Toluca, pues ya varias personas les habían comentado que era un lugar más seguro que otros, entre ellos Esteban, en quien tenían depositada una gran confianza; habiendo tomado la decisión acordaron que era Ángela quien debía informar del plan de acción a los sobrevivientes, pues ella era en quien más confiaban.
Habiendo terminado de hablar, Ángela fue con el grupo de sobrevivientes y les dijo el lugar al que pensaban dirigirse, la ruta que seguirían y el tiempo que demorarían en llegar.
- Se que este será un viaje muy largo, y aunque no tienen la obligación de seguirnos, son bienvenidos si desean hacerlo. Por ahora volvamos al campamento, limpiemos el lugar, y preparemos las cosas para comenzar el viaje lo antes posible – Ángela hablo algo distraída y distante, aunque los únicos que lo notaron fueron sus padres y Marco, por lo que todos los demás hicieron lo indicado.
Al caer la noche todos se fueron a dormir, excepto por Ángela, quien estaba sentada junto a un árbol, observando las estrellas; sin que ella lo notara llegó Marco y se sentó a su lado, sin decir una sola palabra, entonces Ángela recargo su cabeza sobre el hombro del chico y un par de lágrimas rodaron por sus mejillas.
- Yo podría haber terminado igual que ella – la voz de Ángela sonaba entrecortada, y al instante Marco comprendió lo que pasaba.
- Tú no eres igual que ella – respondió Marco dulcemente.
- ¿Como lo sabes?, yo sería capaz de cualquier cosa para salvarlos a ustedes, incluso si eso implica sacrificar a otros <<Al hacer eso yo no sería distinta de esos mercenarios>> - Ángela estaba notablemente afligida.
- Yo sé que tú nunca dañarías a una persona inocente, buscarías alguna forma alternativa que a nadie más se le ocurriría, con tal de proteger a todos los que te sean posibles – Marco sonaba confiado en sus afirmaciones.