Lukas ha provocado en mi, muchas cosas...
Como por ejemplo, marcas de mordiscos, brazos amoratados con golpes y arañazos, dolor en los oídos por sus gritos y dolor en la espalda por ser lanzado contra la pared más de una vez... por día.
Cuando dije que le ayudaría con su adicción al poder nunca mencioné que sería fácil.
Ser adicto al poder es como ser adicto a las drogas, se tiene que pasar por un proceso en el que el cuerpo se desprenda de lo que le hace mal y en este caso, de lo que le da poder al cuerpo.
Así que encerré a Lukas en una habitación parecida a la que contenía a Cody en sus días en el búnker y claro, me he metido con él para ayudarlo de cerca.
Los primeros días fueron los más fáciles ya que sólo nos la pasábamos gastando su energía con hechizos complicados que tomaban mucha fuerza y poder de él.
Lo peor vino cuando lo drené de energía, no tomándola como mía sino haciéndolo gastar la suya mediante esos hechizos. Entonces fue cuando el infierno se desató.
Ansiedad.
Era la palabra perfecta para describir a su primera fase.
Lukas ansiaba poder por lo que haría cualquier cosa para obtenerla. Ahí empezaron a aparecer los hematomas en mi piel.
Coraje.
Fue la segunda etapa.
Lukas había empezado a hacerse daño a sí mismo, amenazándome para que lo dejara obtener aunque sea un pequeño destello de poder.
Limpieza.
Su cuerpo empezó a amoldarse a su nuevo él, por loo que tuvo que limpiarse antes mediante vómitos fuertes. Era su cuerpo acostumbrándose a la falta de tanto poder y lo último de esa energía robada aferrándose a sus huesos.
Luego de varias semanas, él por fin había dejado de hacerse o hacerme daño pero no era sólo por su fuerza de voluntad sino porque su cuerpo apenas y podía hacerlo girarse en su catre. (Catre que fue lanzado hacia mi más veces de las que he sido besado)
Y ahora, en estos últimos días se ha estado reponiendo.
Su cuerpo ha empezado a formular su propia energía vital. Limpia, pura.
Hemos llevado las cosas con calma, no lo he dejado usar magia para no gastar la poca energía que tiene pero dentro de un par de semanas más, él podrá hacerlo, ajustarse a esa parte otra vez.
Fue difícil para mi verlo en ese estado, me hizo recordar a mis tiempos difíciles y en lo único que podía pensar era en que no quería que él fuera como yo.
Lo que me lleva a otro tema.... Y es que al parecer me he perdido un poco en el camino.
Por tanto tiempo he estado tan metido en mi papel como líder que olvidé al chico debajo de él. No al hombre que debe formular planes, proteger a centenares de personas o encargarse de que no falte comida para nadie, sino el hombre de veintiún años que.... Que no ha hecho más que acumular peso en sus hombros.
Me he dejado consumir, esta vez no por poder sino por un papel.
Elis me había preguntado qué quería hacer luego de que esta batalla terminara. No le di una respuesta concreta y yo hacía como si no lo supiera. La respuesta siempre estuvo clara, al menos hasta ahora.
Pero ahora, pensando con más claridad.¿Seguir en el poder es lo que quiero una vez y esto pase? ¿Por el resto de mi vida?
Sabía que cada quien tomaría caminos distintos.
Jordy iba a irse con Sabrina a empezar una nueva vida lejos, la madre y el padre de Abby tomarían un camino distinto que el de sus dos hijos. Diablos, sabía que incluso Abby quería retirarse del campo de batalla una vez y todo esto terminara, ella era sabia, sensata y tenía sueños que cumplir, sueños que ni siquiera esta guerra ha logrado borrar.
Todos iban a tomar caminos diferentes en algún momento, así como antes había pasado cuando la guerra contra los cazadores terminó, sólo unos pocos habíamos quedado juntos pero era porque las cosas no habían terminado aún y porque no teníamos qué otro camino tomar.
Ahora las cosas eran diferentes.
Jordy encontró una pareja, Elías un nuevo propósito, Aria se fue, volviéndose una villana y Natasha... ella estaba muerta.
Incluso yo sé que por muy unidos que fuéramos no podíamos vivir en el mismo techo por siempre. Sabía que ese día llegaría, el día en que todos volaríamos a un lugar diferente, por una vida diferente.
Pero¿Y yo?¿Acaso no podré volar?
Ya no estoy seguro de querer ser alguien con poder de dirigir toda mi vida. De hecho, quiero una vida después de esto.
Fue algo tan abrupto, como despertar de un sueño.
He estado tomando decisiones sin ver que muchas de las consecuencias recaían en mi.
Todo tiene su límite y el mío está justo en arriesgar mi vida en esta última guerra.
He pasado semanas pensando en esto, doy gracias a Dios porque no ha ocurrido nada terrible porque mi cabeza está en otro lado y sin duda no estaría listo para planear nada en este estado.
Sin embargo sigo aterrado, es lo que pasa cuando toda tu vida haz ido en una sola dirección y luego decides desviarte para probar otro camino y siempre se corre el riesgo de que este sea peor y más complicado que el anterior.