Capital de Andromeda - Legion Kronos
<<¡Si! Lo sabia, ¡sabia que Zeta sentía el mismo amor que yo siento!>>
La alegría en mi interior era tan grande que bailaba por el camino que conduce al club, como una loca.
<<¿Y si me vuelvo su amante?>>
Pensé al subirle el volumen a la música que escuchaba desde mis auriculares.
<<Mejor amigos con derecho, aunque... se que podría molestarle la idea de ser el segundo en mi cama>>
Estaba tan distraída con la música, los pasos de baile y mis pensamientos que no preste atención a la tensión de el ambiente.
<<¿Amigos con derecho? Idiota ¿¡Con derecho a que!? Si hacemos de todo>>
Una explosión me bajo de las nubes antes de que pusiera un pie en la esquina.
<<¡Mierda!>>
Tuve que rodar por el suelo para no ser alcanzada por las esferas de fuego que estallaban tras encontrarse con las paredes.
—¡No dejen a nadie con vida! —Ordeno una voz en un grito, y las avenidas se convirtieron en una zona de guerra, con lanzas de relámpago y esferas de fuego y hielo explotando por doquier.
<<¿¡Que diablos esta pasando!? >>
Me pregunte alarmada mientras me ponía a cubierto tras de un escudo de energía, el enemigo intensificaba sus ataques desde varias direcciones, lo que hasta hace un momento era una calle tranquila, ahora era un montón de escombros cubierto por una neblina grisácea.
Di un gran salto que me elevo por los cielos, mis alas demoníacas se manifestaron y de inmediato me convertí en el blanco de todos los ataques.
—¡HELL FIURY! —Grite y una serpiente de energía escarlata salio disparada desde mis manos, divise al ejercito enemigo que estaba en los techos y ventanas del edificio del frente y la serpiente que invoque fue tras ellos.
El ambiente fue llenado de gritos y ordenes incomprensibles mientras el edificio se desplomaba: entre la polvareda relucieron unos cuantos círculos mágicos que apuntaban en mi dirección varios hechizos de alto nivel, pero antes de que dispararan, una tormenta de balas, misiles y relámpagos carmesí, vinieron desde el frente. El daño que recibieron fue mucho mayor puesto no había señales de vida en el lado enemigo.
Tras la llegada de la caballería, fui en busca de sobrevivientes, y antes de tan siquiera mover un escombro, fui sorprendida por la amenazante presencia de una asesina profesional que salio del montón de escombros.
—¡Espera! —Chille antes de que abriera fuego— Se termino... ya los derrotamos... se acabo... —Dije tratando de calmarla.
Ella bajo su rifle lentamente mientras intentaba calmar su respiración, sus ojos llorosos me suplicaban por un abrazo y no se lo negué, acaricie su pelo corto mientras que mi magia curaba las cortadas de su piel.
—¿Había alguien mas contigo? —Interrogue, la pequeña rubia conocida bajo el nombre de Marlene asintió con la cabeza.
—¡Si! ufff... solo estábamos nosotras tres —Dijo alguien desde el interior del club, saliendo desde la tierra— ¿Te importaría curarnos? por favor.
Eran Carmella y Priscila las dos guardias del camerino, una sostenía el brazo ensangrentado mientras la otra se quitaba el polvo de encima.
No dude en ayudarlas, sanando sus heridas leves.
Estefani la golpeadora y Esmeralda la mariposa de fuego, aparecieron desde la derecha.
Bonie la tigresa y Genova la sombra, llegaron desde la izquierda, y así poco a poco nuestro ejercito fue reuniéndose para el contra ataque.
. . .
—Dime ¿Averiguaron algo sobre los tipos que querían matarnos? —Interrogue al sentarme al lado de Rhianna: una mujer de tez albina, uno setenta de altura y ojos grandes del color azul claro.
—¿Que crees? Nuestros imbéciles pertenecen a la nueva competencia —Contesto la barby urbana, mostrándome la pantalla de su laptod.
—¿Competencia? No sabia que sabia que habían mas nighclubs en la ciudad —Al ver el nombre de aquel club, me sentí indignada y traicionada por quien alguna vez sentí algo especial.
No podía creerlo, el imbécil de Skye lo había hecho otra vez. Como si no fuese suficiente el haberme jodido la vida y la de mi familia, ahora también tenia que joder la única forma de ganarse la vida de todas las chicas a las que e llegado a querer como a unas hermanas.
Skye, como único señor de las tierras de Andromeda, tendría el poder de autorizar el funcionamiento de otro nighclub, dejando el honor de la raza de los dragones y los demonios marinos, por los suelos. Y lo peor de todo es que no sabia el por que deseaba tener otro lugar de entretenimiento para sus seguidores ¿acaso, quería deshacerse de nosotras?
—Al parecer este es el segundo después de nosotras, ¿y a que no adivinas quien es la dueña del lugar?
—Muéstrame... —Dije en un suspiro, Rhianna tecleo un poco y la imagen de mi mayor nemesis apareció en pantalla.
—¿Sorprendida? —Se mofo mientras se bebía un sordo del whisky que había sobre la barra.
—No, solo estoy decepcionada del que se hace llamar mi esposo, ella no representa ninguna amenaza para mi —Dije aun pasmada por lo que mis ojos veían.
—¿¡Pero que dices!? ¡Cryss! esa tipa es la reina de las perras, su trasero tiene poder y no me sorprendería que se arrastre tras el pájaro de tu principito y de nuestros mayores clientes.
Editado: 15.12.2021