Tierra Y Sangre - Los cristales del portal oscuro

Capítulo 10: ¿Un dingo?

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¿Un dingo?

— ¡Releo Puñal contra Jageth Niraldan! —  gritó el presentador.

La lluvia había menguado hasta que gradualmente dejaron de caer gotas del cielo. Pero el público aún no se animaba a venir, para esta pelea, como en la anterior ya no iba a haber público, además tampoco los participantes estarían presentes ya que este sería el último encuentro del evento.

Jageth respiró profundamente un par de veces para luego dirigirse al cuadrilátero, pero su mente y mirada aun seguían distraídas. Si se analizaba el combate que venía a continuación de manera detallada siguiendo las sospechas de Jageth, en realidad, este combateno tendría a un sujeto con habilidades extrañas, pero si se era mas especifico de todas maneras en este encuentro final si había un participante sobrehumano, si se consideraba a Jageth con sus cualidades de licántropo, esto era confuso para Jageth, lo cual lo llevaría a pensar en que desde el principio estaba selecto para pasar de esta fase, sin embargo lo curioso de su combate podría llevarlo a eventos que tal vez él no podría predecir al igual que los anteriores muy sospechosos.

Releo ya lo estaba esperando, los dos se pusieron en guardia, con su vara cada uno. El anunciador dio la señal para comenzar y comenzaron a luchar, no había público, lo cual era muy lamentable ya que se perdían de un espectáculo difícil de poder encontrarlo con tanta facilidad y es que simplemente la destreza de ambos peleadores era sorprendente, sin duda este encuentro era superior con respecto a sus habilidades y ambos lo eran, sus movimientos eran notablemente extraordinarios, seguramente que el presentador y los que anotaban los nombres se daban cuenta que la facilidad de movimiento de ambos era de un nivel difícil de alcanzar para jóvenes como ellos.

—  Tus deseos de derrotarme no serán suficientes, así que ni siquiera pienses en ganar, tú que eres un ser inferior a mi —  dijo Releo con una sonrisa fría y escabrosa comparada a la de un asesino.

—  Pues no pienso darme por vencido —  respondió Jageth y se preguntaba por qué le dijo “ser inferior”, al fin y al cabo ambos parecían humanos.

De pronto pasó algo fugaz por su mente, un pensamiento descabellado que se añadirían a las posibilidades de sus sospechas. Piensen ustedes, ¿y si no solo eran cuatro los humanos con poderes? Y si en realidad son 8, eso tal vez quería decir que los que ganaron sin mostrar sus poderes, en realidad no los necesitaban. Entonces no podría descartar que el oponente de Jageth, Releo, rebelaría sus poderes cuando esté en dificultades. Jageth sentía que estaba descartado, era una posibilidad imposible ya que él lo hubiese sabido. Jageth tenía temor, pero a toda costa no quería perder, él debía ganar. Considerar el logro de un reto como un deber antes que un querer, hace que la persona en cuestión no pueda rendirse, aunque quisiera. Complicado, pero totalmente aceptable. Si las sospechas eran correctas, Jageth tendría que sobrepasar su límite, pero si por lo contrario Releo no tendría poderes, de todos modos, tenía que estar preparado para lo peor.

Jageth vio una abertura en la defensa de Releo.

“Esta es mi oportunidad” —  pensó y le acertó el golpe —  “si puedo derrotarlo rápido sacándolo del cuadrilátero, lo lograré” —  seguía peleando —  “los anteriores cometieron el error de quedar asombrados con el poder que veían, pero yo actuaré rápido”

Otra abertura en la defensa de Releo que Jageth notó y…

“Este será con mucha fuerza para terminar esto de una vez” —  pensó Jageth

Golpeo a Releo en el rostro con la vara y los huesos de su cuello tronaron, por efecto del golpe, cayó al suelo como un costal lleno de algo, con el rostro mirando al lado opuesto de donde recibió el golpe, Releo no se movía, parecía que el golpe le había roto el cuello.

“Cielos, creo que lo maté” ______  pensó Jageth atemorizado con remordimiento y culpa.

Jageth empalideció y no se movía, vio a Releo, el cual estaba con la boca abierta y los ojos volteados. Jageth estaba asustado y sus ojos parecían salirse de orbita, nunca había matado a nadie y sin duda la sensación que experimentaba era totalmente desagradable, algo repugnante. Con sus ojos aun sin pestañear miró estupefacto a Releo, miró su cara, no respiraba, su mirada bajaba lentamente, sintió que el presentador se acercaba. De pronto vio algo, que de cierta forma le causó alivio, un leve movimiento de la mano de Releo, a continuación, los ojos del supuesto cadáver regresaron a su normalidad y aspiró aire con brusquedad como si hubiera aguantado la respiración por mucho tiempo.

Releo comenzaba a levantarse, pero su cabeza aún seguía torcida como le puso el golpe, se sentó, tomó con sus manos: su mentón y nuca, lo giró bruscamente hacia el lado opuesto para que regresase a la normalidad y se escuchó el sonido del crujir de los huesos del cuello. El anunciador que se acercaba se detuvo sorprendido y retrocedió para que continúe la pelea.

—  Eres fuerte — se rio Releo y agregó — pero acabo de darme cuenta de algo muy interesante con respecto a ti, Jageth — se levantó y continuo hablando con una sonrisa dibujada en su cara que poco a poco iba creciendo — por tu comportamiento sé que no has matado a nadie — y se rio a carcajadas — pero yo sí.

— ¿Cuál es la gracia? —  preguntó Jageth.

— Ahora ya podrás confirmarlo — respiró hondo y agregó sin quitar la sonrisa enfermiza de su rostro______  si tenias algún pequeño brillo de esperanza para que puedas creer que me ganarías, te aseguro que ahora no tienes ninguna posibilidad, ya que para ganarme tendrías que hacer algo que nunca has hecho: matar, matarme y no podrás hacerlo, además quiero que sepas que no recibirás compasión de mi cuando te encuentre en la misma posición, ya que te rematare para asegurarme que nunca más te vuelvas a levantar —  comenzó a reírse tan fuerte y tenebrosamente.




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