Tierra Y Sangre yawar pacha, la guerra vampírica evanescente

Capitulo III: El gran plan.

III

El gran plan

Mientras el ejército entrenaba, se debatía la orden sobre la guerra y el plan que deberían seguir después de recuperar Camún. Ideas se propusieron, sin embargo, nadie tenía seguridad de no fallar. Después de un rato, las propuestas parecían efectivas. Sin embargo, poseían defectos notables, así que pasaban a ser descartadas. De pronto, todos quedaron en silencio, pensando en una mejor estrategia.

Akarian habló dirigiéndose a los presentes:

—! ¡Si queremos destruir la Fuente, tenemos que tener el camino libre y sin interrupciones! ¡Tenemos que obligar que todas, o casi todas, esas criaturas salgan de su ciudad! Pero pregunto, ¿cómo podríamos hacerlo?

—Tenemos, primero que recuperar Camún, pero sin aniquilar a todos los invasores —dijo Gabriel serenamente.

—¿¡Para que!? —replicó el general Mintor, sorprendido y agregó—, seria provocarlos y revelar nuestra posición, seria suicidio.

Antes de que empiece algún alboroto por la propuesta, Gabriel comenzó a explicarles con voz firme:

— Cuando ataquemos, dejaremos que unos cuantos escapen, de forma que su líder Crión sepa nuestra ubicación exacta.

— Pero como puedes pensar en eso, tal vez no sobrevivamos a la recuperación de Camún, recuerda que los vampiros son más fuertes que los humanos, la verdad es que siento que la misión fracasará — respondió el general Mintor.

Mintor no conseguía convencer a Gabriel y reflexionaba, “¿cómo podía decir todo eso tan tranquilo?, sabiendo que definitivamente eso destruiría a nuestro pobre ejercito e incluso a ellos, ¿o acaso era un plan de ellos para destruir a Esmirna? Mintor deseaba hablar, pero no pudo, en su mente se escenificaba la posible masacre, esa idea era descabellada, provocaría, muerte, sangre y todos sus guerreros caídos atravesados por espadas.

Gabriel miró a Mintor, el cual también lo observaba, pero no menciono palabra alguna.

— Esto no es una estupidez —aclaró Gabriel—, haremos que centren toda su atención en nosotros, en Camún, ellos sabrán que somos de Esmirna y no desaprovecharán esa gran oportunidad. Lo cual se convertiría en realidad si no luchamos con todas nuestras fuerzas. Y la idea sería que ellos descuiden a La Fuente.

Akarian interrumpió:

— Si la Fuente es tan poderosa, ¿cómo saber si nuestras armas serán suficientes para destruirla?

— No te preocupes —dijo Gabriel—, existen aquellas armas; no la tengo conmigo en este momento, pero mi compañero la traerá y así comenzará la caída de los vampiros.

Las palabras de Gabriel sorprendieron increíblemente ya que no imaginaban siquiera que existiese algo que podría destruir a la fuente, se aliviaron un tanto a los presentes, disminuyendo así la tensión, aunque todavía se notaba inseguridad en los presentes, sin embargo, los iluminados estaban recios; si, ellos eran excelentes guerreros.

— Discúlpeme —interrumpió Mintor dirigiéndose a Gabriel desconfiado—, por favor explíquenos detalladamente su plan y como conteste, ¿por qué está tan seguro que los vampiros dejarán Escránican?

Gabriel, sumisamente empezó con la exposición:

— El plan empezaría el día que ataquemos para la recuperación de Camún Será lógico que los vampiros se enteren tarde o temprano. Ahora bien, la idea de destruir Esmirna e ingresar a Antahuaylla es muy tentadora, pero arriesgada; podrían advertir a los vampiros que se encuentren cerca. Ellos debilitarían sus posiciones en las otras fronteras, sería una desventaja, una mala elección invadir una nueva región y perder la antes tomada. Así que, no se puede mandar a los que estén cerca ya que cumplen una función importante. Y tampoco se puede desaprovechar la oportunidad de tomar otra región, entonces se verían obligados a enviar a los vampiros que se encuentren, según Crión, en un lugar que no necesita ser cuidado por el momento, ese lugar es Escránican, el lugar donde guardan la fuente.

Gabriel tomo un respiro y continuó:

— Entonces, habiendo atraído su atención, otros guerreros irán a Escránican. Cuando la batalla en Camún empiece, nuestros guerreros deberían estar en la ciudad de los vampiros, entrarán al castillo de Crión, buscaran la Fuente y al encontrarla la destruirán. Y todo esto se haría antes del amanecer. Porque si lo hacen después, ustedes ya saben el gran poder que toman los vampiros; cuando amanece, a ellos les bastaría poco tiempo para destruirnos — respiro hondamente y miró a todos los presentes—, de manera que tiene que atacarse antes de que salga el sol.

Ese era el plan de Gabriel. Suponía con ello que derrotarían a los vampiros y devolver la paz.

— La reunión ha concluido —dijo Gabriel poniéndose de pie—. Vayan y asegúrense que el ejército esté en un óptimo estado para la batalla en Camún.

Todos se levantaron y retiraron, menos Gabriel. El rey también se retiró, y se dio cuenta de que Gabriel necesitaba quedarse solo: el rey le tenía mucho respeto y lo entendió.

Cuando todos cruzaban por la puerta, Gabriel llamó a Sadquiel, le dijo algo al oído y presuroso, Sadquiel; salió del castillo, tomo un grifo, una criatura halada con cuerpo de león y cabeza de águila, lo monto y partió con dirección desconocida, al parecer era misión secreta, porque después de salir del salón donde recibió la orden de Gabriel, se fue hacia el establo donde se encontraban los grifos, y sin mencionar palabra alguna ni despedirse ni de sus compañeros, simplemente se fue.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.