Time after Time

Recuerdo 26. Cruel realidad

Había mucha información por procesar y aún más por aceptar.

La música se escuchaba a su alrededor, las copas tintineaban cada vez que sus usuarios las chocaban, las conversaciones de todos esos ricos eran abrumadoras, sin mencionar, aquellas sanguijuelas que se pegaban a sus hermanos. Mónica se encontraba en un rincón mientras bebía una copa de vino, el cual era bastante barato.

—Pensé que odiabas el alcohol —comentó André con confusión, al pararse a su lado con dos vasos de sidra.

—Mónica adolescente odiaba el alcohol, esto es una vitamina para mí —masculló la muchacha mientras observaba la copa—. Es una broma —rectificó con una sonrisa en cuanto vio el rostro asustado de su amigo—, ¿verdad que te engañé? Solo quería probarlo un poco, ya sabes, para "entrar" en ambiente. Pero como es tan barato, sabe horrible. Se supone que esto también es una fiesta de compromiso, ¿dónde están las bebidas pagadas por los Price? ¿O se las escondieron para el acceso VIP?

—Moni, no es divertido —respondió el muchacho de cabello rizado con un suspiro—. Desde que llegaste a la fiesta, siento que estoy tratando con otra persona...

Por supuesto que lo hacía. En cuantos los recuerdos abrumaron su mente con afán de despertarla, era obvio, que aquella linda muchachita llena de inocencia moriría.

Las cosas no mejoraron cuando la dependiente explicó las cosas punto por punto. La pobre Lucille se negaba a creerlo y muchas de las veces, cuestionaba el razonamiento de la trabajadora y hasta daba a entender que tal vez consumía drogas. Por su parte, Mónica solo escuchaba y con lo que había en su cabeza, las piezas se acomodaban para dar una explicación lógica.

Odiaba esto.

—Moni, regresa. —La voz de André la regresó la realidad. El muchacho no dejaba ese insistente interrogatorio silencioso—. ¿Qué pasó en el hospital? ¿Tanto de conmocionó ver al chico que te gusta en una camilla?

—Ya deja de molestar —suplicó con cansancio—. ¿No ves que tengo cosas más importantes que pensar? Ve a ligar con Lucy o lo que sea que hagas con tu vida ahora.

Se alejó de ella, sus manos aún sostenían los vasos y no dejaban de temblar, en una distancia considerable, esa mirada profunda de color azul la estudiaba con mucho cuidado y atención. Mónica apretó los labios con aprensión y desvió sus ojos para no encararlo, para darle un buen sorbo a ese vino barato.

—¿Quién eres tú? —musitó él con voz trémula. Mónica no desistió de abandonar su copa, la cual, era la única que en ese momento mantenía su cordura en buena dirección. El muchacho dejó los vasos de sidra en el piso y tomó a su amiga por los hombros—. ¿Qué hiciste con Mónica? ¿También eres uno de ellos?

La chica castaña abrió los ojos de par en par.

—¿De ellos? —cuestionó con sorpresa—. ¿Tú los conoces? ¿Sabes lo que hacen?

—¿Eres de verdad Mónica? —corroboró con temor. Ella asintió con lentitud—. ¿Por qué te sientes tan diferente?

—Es una historia bastante larga —respondió con media sonrisa—. ¿Prometes escucharla sin tacharme de loca?

—Escapemos de esta aburrida fiesta y vamos a la Cuchara de Plata.

[...]

Recordaba con claridad como Mónica odiaba el café, no importaba la presentación en la que se lo dieran, a ella le causaba el mayor asco. Sin embargo, el detalle que ahora ella bebiera un americano sin ningún problema, carecía de importancia a lado de las palabras que salían de su boca.

Cuanto la conversación más avanzaba, André no podía evitar apretar su taza de chocolate con fuerza. De nuevo, su cuerpo comenzaba a temblar, sin embargo, no era de temor era de una rabia que atravesaba cada vena de su cuerpo y lo llenaba de un calor incomprensible.

—¡¿Cómo demonios fui tan imbécil para permitirte estar en una relación así?! —exclamó con la voz que temblaba de furia.

Mónica esbozó media sonrisa.

—Eres demasiado condescendiente conmigo —explicó ella con más calma—. Me he dado cuenta que odias llevarme la contraria, y más si eso me hace feliz de algún modo. La última vez que discutimos sobre ese tema dijiste: «Bien, hazte daño si eso te hace sentir bien. Pero no vengas llorando de nuevo, odio ver tus lágrimas y sentir esa impotencia porque no puedo hacer nada.»

André bajó la mirada y dio un sorbo a su chocolate.

—Suena a algo que te diría —musitó con desánimo.

Mónica desvió sus ojos chocolate donde apreciaba los bellos colores del piso.

Ahora que paraba a pensarlo, el lugar donde estaba sentada era el mismo donde rompió con Jared. Las luces neones aún se encontraban en las esquinas superiores de las paredes, la vieja rocola era nueva y los muebles también eran nuevos. Lo único que podría decirse diferente; era la barra que ahora era de color crema y la caja registradora era rosada.

Lanzó una ligera risa.

Si solo hubieran tenido una comida decente aquí, sin Lucille u otro tipo de discusión, aquel lugar sería perfecto.

—¿Fui estúpida? —cuestionó con voz quebrada.

—Más bien, usaste tu inteligencia de forma equivocada —respondió él con una ligera sorpresa—. Convenciste a tus hermanos, a tus padres, a mí, a Lucy, ¡convenciste a Lucy! ¡Convenciste a la chica que mataría al chico que te hiciera llorar! ¡Incluso ella te dejó en paz! —señaló con la misma sorpresa—. Eso requiere mucha terquedad, inteligencia y sentido de la persuasión.

—¿Qué puedo decir? Me gustaba demasiado...bueno...mejor olvídalo.

La mirada azul de André no dejaba de estudiar a su amiga. Entendía porque se sentía tan diferente; la felicidad que irradiaba ahora era cubierta por una enorme inseguridad, los ánimos que siempre regalaba ahora los ahogaba la tristeza, la indecisión que la abrigaba se negaba a desarraigarse de ella.

—¿No crees que esto sea bueno? —comentó el muchacho, al notar la claridad de la situación. Mónica lo observó con confusión, aquella acción hizo aparecer una sonrisa por parte de él—. Sin saber nada de la situación, comenzabas a enamorarte de él y para no repetir ese error tus recuerdos volvieron.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.