(Narrador omnisciente)
El viaje pasó en un parpadeo para Samantha, a pesar de las escalas, horas de espera y retrasos a causa del clima, la ansiedad, su alegría, habían hecho que todo lo anterior sea insignificante, además con su gran amigo le resultaba imposible aburrirse.
Al llegar al aeropuerto Logan, fueron recibidos por Joham, él sería el encargado de su estadía en la ciudad, mostrarles la empresa y su funcionamiento, tenían el auto de la compañía disponible para llevarlos al hotel, una vez instalados les comunica que la reunión y la visita a la empresa seria en 2 días, tendrían tiempo libre hasta entonces. Sin más que decir Johan se despide no sin antes mencionar que espera con gran expectativa trabajar con ellos las próximas semanas.
Los amigos, viendo el tiempo de ocio con el que contaban, aprovechan para disfrutar de las calles cercanas al hotel, al pasar estadio de los Celtics, Matías nota que hay un juego el sábado próximo, no era muy fan del deporte, pero por otro lado, quería aprovechar la experiencia al máximo y disfrutar ese momento con su amiga, después de todo no sabía cuándo se iba a volver a presentar una oportunidad de tener otro viaje juntos.
Luego de realizar la compra y seguir con su rumbo, una Samantha distraída colisiona a metros, por un momento pensó que había chocado con una columna, pero no, era un ser humano, alto, muy alto, si bien ella no era de baja estatura, esta persona sin duda le llevaría como 20 cm. Al darse cuenta que era un hombre, guapo, bien fornido, una muy avergonzada chica, pide disculpas
El desconocido la observa, cuando sus miradas se cruzan, se queda estático, no podía emitir sonido
Sam carraspea y lo saca de su trance
Ella ya se encontraba un poco lejos, pero lo pudo escuchar y le respondió
- sorry, no...bye – aun extrañada por la situación, ya que nunca nadie le había solicitado nunca su número, menos en la calle-
Matías veía entretenido el intercambio que estos dos le brindaban
Al avanzar unas manzanas se dirige a su amiga, aun divertido
Este ve a su amiga con los ojos entre abiertos le responde
- No sé si es tu sarcasmo el que habla o la fascinación por películas románticas de Hallmark que te hicieron responder eso
- Bue, ya, dejémonos de divagar y vamos por un café de la sirenita.- Indica Sam sin poder evitar reírse de la situación generada, y aun nerviosa, por lo anteriormente ocurrido
Debía admitirse que la situación con el hombre misterioso, la dejo un tanto descolocada, era muy raro lo que le había hecho sentir este cuando sus miradas se cruzaron.
Sacudió la cabeza, arrojo todos sus pensamientos y emociones bien al fondo de su cerebro, y siguió su camino al café, total, que probabilidades habría que lo volviera a ver y hablar con aquel extraño.