La acabo de dejar en el hotel, no quería hacerlo, quería tenerla conmigo, siempre, se sintió tan bien estar con ella hablando, mirando el cielo nocturno. Éramos solo ella y yo, solos en este universo.
El sólo hecho de que se vaya a ir en una semana, me rompe el corazón, sé que estoy entrando en terreno peligroso, y que probablemente salga herido, pero no puedo evitarlo. Tiene un magnetismo único, que me atrae, cada segundo que no paso con ella siento que me falta algo.
Extraño su tacto, cómo se siente, su manera de hablar, la imaginación que posee.
Ella es magia.
Hace que mi corazón se acelere, y mi mente se nuble, sólo puedo pensar en hacerla feliz
Sumergido en esos pensamientos, Jeremy bajó del auto. Al llegar a su apartamento, se arrojó a la cama vestido, mirando la nada. Cerró los ojos tratando de dormir, pero no tuvo mucho éxito, seguía recordando la maravillosa noche que vivió. La argentina había entrado en su piel. Iba a ser difícil sacarla.
Una vez en su habitación, no pudo conciliar el sueño. Se sentía una adolescente, porque no paraba de pensar en el maravilloso hombre que la acababa de dejar en la puerta del hotel. Caminó arrastrando los pies hasta la cama, se desplomó boca abajo, se dio vuelta y suspiró por unos instantes mirando el techo. Quiso dormir, pero no pudo. Sólo se daba el lujo de pensar en Jeremy o en nada. Así pasaron varias horas hasta que golpearon la puerta de su habitación.
- ¡Ah! Buen día Maty- Decepcionada, tenía la ilusión que fuera otra persona la que llamara a su puerta
- ¿¡Buen día!? ¿¡Buen día!? ¿¡Sabes lo preocupado que estaba!?
- Desapareciste. No sabía que te había pasado.
- Bueno, tú te fuiste, tampoco te hagas el que estabas muy preocupado.
- Bueno, ya... sí, estaba preocupado, pero sé que te puedes manejar bien
sola. Ahora dime ¿¡Dónde rayos te habías metido!?- Dijo Matt, exasperado.
- Me encontré con Jeremy en la fiesta, al parecer, era de un compañero del equipo, Steve Cobs.
- ¡Santos protones! - exclamó Matt olvidando la exasperación ¿¡Cómo es que estuve en la mansión de Cobs y recién me entero!?
- ¿En serio? ¿Eso es lo que te llama la atención de lo que te acabo de contar?
- Tienes razón, y dime, ¿Cómo te fue con el bombón Celta?
- Fue maravilloso, un caballero, me sentí segura, a pesar de la diferencia de idiomas nos entendimos bastante bien. Y antes de que preguntes, no pasamos de los besos, así que deja esa mente pervertida a un lado.
- ¡¡Aburrida!! ¿Y qué piensas hacer?
- Yo creo que tengo que frenar esto. Se está complicando, tengo que contarle acerca de Max y Zac. Y que sea lo que se- a- dijo Sam, mientras caminaba nerviosa por la habitación.
- ¡Quédate quieta mujer, me pones de los nervios! ¿Eso quiere decir que se volverán a ver?
- Si- contestó Sam con una sonrisa nerviosa- me dijo que sería mi guía, que me llevaría a conocer Boston...tengo un plan pero no estoy segura...
- ¿Sabes que no le debes ninguna explicación verdad? Que en una semana nos volvemos y que probablemente no lo vuelvas a ver..
- Si lo sé, pero me siento mal ocultando el hecho que soy casada y tengo un hijo. Pero tampoco quiero arruinarlo o que se sienta usado, o...
- Yo lo único que te digo es que va a terminar mal. Pero si tú quieres decirle, para dejar a tu conciencia tranquila, be my guest. Escoge el momento, no se lo arrojes como una bomba.
- Vamos, no es que este enamorado de mí, sé que solo quiere divertirse con la turista, y yo estoy bien con eso. Tal vez estoy exagerando. Pero tienes razón, no le debo explicaciones
- Entonces amiga ¡disfruta! Y, si es que llega el momento, le dices, y si no, no. Y ya. No le des vuelta al asunto. Recuerda, lo que pasa en Boston, se queda en Boston, cariño.
- Hmm, creo que tienes la ciudad incorrecta.
- Se aplica para todas, amiga.
- Aja, lo que digas- Voy a tomar un baño...- indicó Samantha para dejar en claro que esa conversación había terminado. Y, tomando su ropa interior fue a bañarse, mientras Matías se quedó en la cama mirando TV. "¿Entenderá algo de lo que ve?"- se preguntaba Sam " O... ¿Comprenderé yo algo de lo que me pasa?" Y ese pensamiento la acompañaba durante su ducha.
<< Es inútil seguir dando vueltas en mi cama, necesito verla. Sé que quedamos en vernos mañana, pero ya no puedo más. No tenemos mucho tiempo, y quiero aprovechar cada segundo con ella. >>