21 - Ella

Ella aparición un día. Yo le robé un beso,
sin saber que en su boca guardaba un veneno.
Ella era prohibida aun vendiéndose mía
y en su inocencia, su maldad escondía.

Ella vino a mí aquel día con cara de inocente,
escondiendo su rostro delante de la gente;
no le di importancia y besé sus labios
sin saber que cometía aquel agravio.

Hoy arrepiento de usurpar su bendita boca
y de que aquella noche se volviera loca.
Había tomado sus besos incontables veces
sin saber que me mintió por varios meses.

 He cargado con la culpa de aquel encuentro,
cuando recorrí de su piel todo su epicentro:
es lamentable, él no merecía que ella hiciera eso.
Pensé que era soltera cuando tomé sus besos.

Ella decía que me amaba, que era su potro;
pero fue tan ingrata que se acostó con otro.
Él por fin descubrió toda su alevosía
y la botó de casa como ella merecía.