Lagos de color rosa como tus labios gemelos,
como campos lavanda en tu cuerpo páramo.
Precioso arcoíris que baila entre montañas.
Alma gemela de mis somnolencias y mis llantos.
Ojos azules del mar caspio entre lianas de tu pelo largo.
Tú extraviada como aroma entre la brisa inmensa
y el carpir del viento entre túneles de amores ucranianos,
abandonada entre antiquísimas vías ferroviales.
A veces toco tu espalda sentada entre rocas verdes.
Entonces, desvaneces en túneles vegetales como nubes verdes.
¿Estarás perdida en bóvedas forestales de un sueño mancebo?
Cuevas de hielo bajo Mendenhall de tus labios fríos y caídos.
Solo cubierta por cerezos, en túneles de flores, en Bonn,
me besas, descalza sobre playa roja, has tocado mi barbilla,
donde brotan las sargadillas, más arriba esta mi boca.
Brotan besos en abril, brotan en mayo.
Como verdosa de verano, otoño de rojo
y el perfume se va como sus labios de mi boca.
Pero no la melancolía, ni el anhelo de besarla.
Todo se va como rama perdida, perdida en la nada,
como imagen bizarra de un triste sueño.
Fantasía surrealista de alma,
cuelga un beso de mi boca en las mañanas…
Ojos azules, cámaras de cristales como reflejos ilustrados,
grillete bajo la prisión de papel crespón, quemado por el viento.
Termina la penumbra de la noche aquel bosque verde,
bosque rojo, bosque negro y pesadillas.
Perdido en el pueblo rosado de la pernera de tu pantalón blanco,
en el nido del pernil, algas y nenúfares,
espasmo de tu cuerpo frio como la nieve más blanca
y el rosado de tus labios que se tornan violeta y gris.
Humareda de mis sueños en nubes negras
y los campos lavanda, que claman al olvido.
Artículos frutales de mente infectada, corrompida, sin alas.
Solo te veo en mis sueños de madrugada
y no duermo, sufro de insomnio.