Tirso y el misterio de las reses desaparecidas

Las trampas

—Vamos a desollar las ratas que han caído en las trampas –exclamó Kkravito.

Kkaravito empezó a caminar y Tirso lo siguió. Después de un rato llegaron hasta unos chorotes de barro enterrados, y dentro de los cuales habían ratas vivas. Kkravito sacó una de las ratas tomándola por la cola, y cuando esta se volvió para morderlo, la golpeó en la cabeza con una macana de hueso. La rata se murió al instante. Luego repitió el procedimiento hasta que se acumularon cinco cadáveres de rata.

—Ayúdame a llevar las ratas a la despensa –exclamó Kkravito.

Tirso levantó dos ratas y Kkravito las demás, y empezaron a desplazarse.

—¿Que significa el tipo que llevas machado en el pecho? –preguntó Kkravito mientras se desplazaban.

—Es Jesucristo, murió por nosotros.

—¿Murió por nosotros? ¿A que te refieres?

—Olvídalo, digamos que es un adorno.

Después de caminar un rato Kkravito y Tirso llegaron a la despensa.




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