Después de pasar unos días inconsciente, por la mordida, Tirso se despertó y dijo:
—¿CUANTOS DÍAS HAN PASADO?
—Cinco –respondió Kkravito.
—¡LOS HOMBRES DEL COMENDADOR ESTÁN POR VENIR! ¡TENEMOS QUE PREPARARNOS!
Tirso les ordenó a los Kks, que cavaran un hoyo en el túnel que conducía a la superficie, luego clavaran huesos astillados en el hoyo, y finalmente que cubrieran el hoyo con una maya de cabello humano cubierta con tierra. Los Kks siguieron sus instrucciones.
Después de preparar la defensa, Kkravito y Tirso se ocultaron cerca del hoyo, armados con macanas de hueso, y empezaron a esperar.