Unos días después de que la Máquina de diferencial se hizo cargo, Tirso invitó a Plinio a su rancho a una partida de Póquer.
—¿No te parece que esa estúpida máquina, considera que el comendador debe vivir como un emperador y nosotros en la miseria? –preguntó Tirso mientras jugaban al póquer.
—Uno vez escuche a alguien decir –respondió Plinio- que es mejor adaptarse al mundo que esperar a que este se adapte a nosotros.
—¿No has leído el Telesforo? –continuó Plinio- Hay un grupo de forajidos que se hacen llamar “La resistencia”, le están haciendo la vida imposible al comendador, falta poco para que lo derroquen.
—Le cedimos el destino de nuestras vidas a una máquina, porque queríamos que otro se hiciera cargo nuestro ¿Y ahora esperamos a que otro solucione el problema?
—No veo que hay de malo en ello.