Derek
Las puertas del ascensor se cierran, salvándome una vez más de darle una respuesta a Ivy y de mi boca salvaje que no se puede mantener cerrada cuando ella está a mi alrededor. Cada vez que está cerca, me convierto en esta persona que trata de hacer cualquier cosa para que ella no esté mal o salga afectada. Es lo que estuve haciendo los últimos días y creo que también gran parte del último año, cada pelea que tuve en la pista de hielo o fuera de ella fueron por Ivy.
Sí, todas mis peleas no fueron solo por Ivy algunas de ellas fueron por nunca poder hacerme un lugar en este equipo. Desde el principio fui hecho a un lado por los demás jugadores y todo por John Dawson mi rival desde siempre. La verdad es que ya perdí la cuenta de las peleas que tuvimos y cómo empezó todo este estúpido conflicto. Pero sí sé que todo esto me llevó a donde estoy ahora.
No me arrepiento de las veces en que me enfrente a John y a sus estúpidos amigos en defensa de Ivy. Nunca podría arrepentirme de algo que tenga que ver con ella. La verdad era que ya no podía mirar hacia otro lado cuando se trataba de ella. Me gustaba, sinceramente, creo que me empezó a gustar mucho antes de llegar a este equipo y creo que fue por eso que la mantuve alejada. Lo cual fue un grave error. Había rechazado a Ivy cuando acepté venir a este equipo. Mi representante sería ella, pero yo, siendo el estúpido de siempre, la había rechazado porque no mezclas trabajo con amor. No puedo crucificarme por ese error. Mis padres me habían criado así a no cruzar las cosas. Mis padres nunca hablaron de trabajo cuando estábamos en la casa y mucho menos en la mesa. Estaba prohibido.
Cuando fui vendido a los Raptors y mi representante sería la chica de vestido azul que años atrás me había mantenido tonto toda la cena de la gala benéfica, sería mi representante la próxima temporada, la rechacé. Porque Derek Hischier no mezclaba el trabajo con el amor. Aunque estaba más que claro que no tendría ni una oportunidad con la chica, la había rechazado aun sabiendo que era lo mejor para mi carrera porque Ivy Abrams no era solo una cara bonita, era la mejor en su trabajo hasta que se enamoró de John.
Su enamoramiento por John la hizo olvidarse de su propia carrera para enfocarse solamente en la de él. Cada vez que pienso en Ivy puedo parecer un acosador porque la verdad es que sé cosas que no debería, pero no creo que sea mi culpa. Me enteré de su relación secreta cuando vine a vivir a este nuevo edificio. Mi otra representante, Gabriella, la cual ahora mismo estaba intentando que la echara para poder demandarme, me había recomendado este edificio cuando, en un estado de desesperación de no querer seguir viviendo en el lugar en el que estaba, le pregunté si sabía de algún lugar donde pueda mudarme que los fanáticos del hockey no puedan encontrarme.
Los malos fanáticos, los que no me quieren.
Un pequeño grupo había encontrado el lugar donde vivía y estuvieron varios días molestándome cada vez que entraba o salía de mi hogar, metiéndose continuamente conmigo. No podía reaccionar de igual manera contra ellos, porque cuando la noticia llegó a los medios, todas las cámaras estaban esperando que Rip atacará contra ellos. No puedo enojarme, yo mismo me había ganado ese apodo luego de mandar al hospital a dos jugadores en una pelea en la pista y todo porque no me habían pasado el puck.
Cada día que estaba en la pista, mi carrera se hundía un poco más.
Por eso fui ese día fui a su oficina y no me quede en mi casa a ahogarme en mi miseria porque quería tener otra oportunidad con Ivy quería que sea mi representante estaba perdiendo mi cabeza cada día que pasaba ya no sabía qué hacer para salvar mi carrera y ella era la única que podía ayudarme no había otras personas todo el que me veía solo se quedaba con lo malo. Ya nadie recordaba que una vez fui bueno en este deporte, solo Ivy. Ella sola podía verlo en mí, porque a veces hasta yo mismo dudo de ser bueno en el hockey. Solo que en vez de pedirle que sea mi representante, me ofrecí a ser su novio falso para que pueda vengarse de John. Desde el primer momento en el que descubrí su relación secreta, supe que él no le era fiel. Vivíamos en el mismo lugar, más de una vez vi salir distintas chicas de su departamento y el rostro de Ivy esta mañana en su oficina solo significaba una cosa que había descubierto a John.
Lo único que podía hacer era ayudar a Ivy no perdía nada con intentarlo. Mi carrera ya estaba en ruinas, mi reputación o lo que digan los medios sobre mí nunca me preocupó demasiado. Al menos hasta ahora, porque sé a Ivy si podía llegar a molestarle el paquete de cosas malas que venía conmigo.
Y si a Ivy le molestaba eso, me empezaría a molestar a mi también. Debo cambiar eso rápido.
Pero para eso primero tenía que descansar porque mi cuerpo estaba demasiado adolorido por mi pelea de hoy temprano, así que cuando el ascensor me dejó en mi piso, lo único que pude hacer es acostarme en mi cama, que hasta ahora era lo único que tenía este lugar. Hace más de tres meses que estaba usando este lugar y seguía sin poner ni un solo mueble. Otra cosa que debería cambiar si algún día Ivy quiere visitarme.
Entonces cuando los mensajes de ivy empezaron a llegar a la primera hora del día tuve que ignorarlos porque si iba a hacer esto con ella primero tenía que resolver varios problemas que había en mi vida como por ejemplo Gabriella, me había dado cuenta de que estaba tratando de que la despida ayer no fue la primera vez que me deja con Ivy o cancela nuestras reuniones de un día para otro. O peor aún, le vendía mi información de dónde me encontraba a los medios. No la culpaba por querer deshacerme de mi, pero no me gustaba que la forma en la que lo estaba haciendo. No había necesidad de que se buscara un abogado para poder conseguir algo de dinero. Si ella quería dejarme y a la vez conseguir un poco de dinero, podía tranquilamente pedírmelo. No le pondría ninguna traba. Así que esta mañana mandé a uno de los abogados de mi padre a hablar con Gabriella para arreglar este pequeño problema. Para esta noche, ella dejaría de ser mi representante y tendría su dinero y puede que consiga que mi cara no aparezca en ninguna revista bajo el título de que mi representante me había demandado.