"Generaciones atrás, a lo largo de las tierras del viejo mundo, aparecieron los abismos: Gigantes agujeros sin fondo que fueron expuestos por fuertes terremotos. Los exploradores de ese entonces, guiados por su curiosidad o quizás por sus egos, se aventuraron al interior de los abismos con la firme intención de encontrar la fuente de los terremotos y descubrir los secretos escondidos en la profunda oscuridad de los abismos. Muchos entraron, pero los pocos que lograron volver ya no eran los mismos, acosados por las alucinaciones de su propia mente. Los exploradores fueron incapaces de explicar lo que habían visto dentro de la oscuridad, llevándose sus descubrimientos a la tumba. Sin embargo, los secretos del abismo resultaron más seductores de lo que muchos creían, atrayendo nuevos exploradores cada año hasta que lo inevitable sucedió. Se cree que finalmente algún explorador logró llegar al fondo del abismo, liberando aquello que nunca debió ver la luz. Los abismos se transformaron en geiseres que expulsaron un agua espesa y contaminada que, en cuestión de meses, inundó el mundo contaminando los mares y matando toda la vida. Los supervivientes huyeron a tierras altas escapando del recién formado mar abisal, viéndose obligados a luchar entre ellos por los pocos recursos que quedaban, con la vaga esperanza de vivir un día más hasta que de los mares abisales surgieron los Titanes. Seres majestuosos de infinito poder y conocimiento que rescataron a los humanos, permitiéndoles vivir en sus espaldas lejos de los mares abisales, devolviéndoles la posibilidad de prosperar en este nuevo mundo tan inhóspito.
Sin embargo, los mares abisales resguardaban algo aún más terrible: Las sanguijuelas, bestias cuyo único propósito es saciar su hambre infinita alimentándose de los Titanes. Con su llegada, los humanos entendieron su papel. Podrían vivir sobre las espaldas de sus salvadores, pero a cambio tendrían que defenderlos de estas bestias con el poder de las runas entregadas por los Titanes, hasta que algún día los mares sean habitables una vez más."
Tras repasar el último pasaje, la joven, envuelta en sus sábanas, apagó la luz de su mesita hasta que una voz familiar llamo su atencion.
—Psss... Vali... Valeria~
Se trataba de su hermana mayor que la llamaba desde su ventana. Valeria se levantó para abrir la ventana justo antes de que Mónica la sacara con un jalón, quedando ambas sobre el techo del portico de la casa.
—¡Tienes que ver algo, pero urgente!
—¿A dónde...? —Se acomodo las gafas. — Es tarde, Moni... Y hace frío.
—Sí, sí, no chilles. ¡Vamos al mirador, no te arrepentirás!
Mónica la tomó de la mano para saltar juntas del techo, cayendo sobre un sofá viejo y rápidamente se escondieron en el follaje, No era su primera escapada juntas, por lo que esquivaban fácilmente a los vigilantes que patrullaban la granja. Llegaron a la cerca, Mónica movió una pila de hojas, desvelando un pequeño túnel que usaron para pasar debajo de la cerca, entrando al bosque. A pesar de las quejas, Mónica la seguía impulsando a seguir hasta llegar al mirador. Mónica se apoyó en la cerca de piedra mientras Valeria recuperaba el aliento.
—Era mi pijama favorita...
—Vali... Acércate.
Valeria levantó la mirada para ser recibida por ese bello horizonte. Alcanzaba a ver las luces de las ciudades lejanas, el gran río que dividía su tierra, los cristales místicos que crecían del suelo y, muy a lo lejos, la luz de la torre del oyente posada sobre la cabeza del titán.
—Es muy lindo, pero...
—Eso no. —Señaló a la torre mientras sacaba un catalejo. — Mira con atención.
Valeria usó el catalejo. Pudo ver con claridad el cristal gigante que flotaba sobre la torre, cuya luz parecía titilar levemente. La luz del cristal comenzo intensificarse justo antes de que un rayo de luz celeste fuera disparado hacia el cielo por este. Esta luz fue tan fuerte que, por unos momentos, alcanzó todo el lomo del titán, hasta estabilizarse formando la baliza. Pasados unos momentos, en el horizonte del mar abisal, comenzaron a aparecer más balizas: una roja, una verde y una gris. Las balizas destacaron, eliminando parte de la fría oscuridad. Estas luces parecían desprender pequeños destellos comp pequeñas estrellas. Era una vista hermosa; pocas veces se podía ser testigo de la luz de los 4 Titanes con tanta claridad.