Ya había pasado una semana desde su regreso del archipiélago. Valeria, con un pincel delgado, pintaba su brazo, supervisada por Yaya, la cual a su vez era supervisada por la sargento.
—Aquí, esta línea está torcida. —Apuntó Yaya. — No, mejor bórrala, si el flujo sigue por aquí puede cruzarse y sobrecargarse.
—Ya lo tuve en cuenta, implementé dos salidas para distribuir todo correctamente.
—¿De verdad tienes que usar tu propio brazo para probar esto? —Preguntó la sargento.
—Yo inventé esto, así que es más fácil si yo lo pruebo. —Afirmó Valeria. Concentro su poder haciendo la tinta brillar desde su antebrazo, logrando manifestar una bola de fuego en su palma. Esta se mantenía más consistente mientras chasqueaba los dedos, generando otras dos que orbitaron alrededor de su puño. —Ok... Prueba 23. —Con su otra mano sacó una grabadora. — Prueba 23. El poder del titán se manifiesta de forma estable; conseguimos estabilizar tres bolas de fuego simultáneamente.
Valeria describió la prueba a detalle, mientras Yaya fue a preparar más tinta. El silencio se rompió cuando Ricardo entró con un folder en la mano.
—¿No te cansas de ser mensajero? —Mencionó la sargento.
—También es un gusto verte. —Dejó el folder en la mesa. Levantó la mirada viendo las bolas de fuego. —Parece que han avanzado bastante, menos mal nosotros también. —Abrió el folder. —Este es el informe de la estatua que trajeron; los chicos del laboratorio se desvelaron haciéndole de todo.
Valeria hizo desaparecer las bolas de fuego para tomar el reporte antes que Yaya. Revisó las páginas rápidamente, terminando la lectura frustrada.
—¿¡Resultado inconcluso!? ¿¡Es en serio!?
—Es el informe preliminar. Las pruebas se extenderán mucho más hasta entender qué es esa cosa...
—Esto no es un informe, parece un manifiesto conspirativo. Teorizan que esta energía púrpura tiene propiedades similares al poder de los Titanes. Solo existen cuatro titanes; ¿¡acaso se dan cuenta de lo que están sugiriendo!?
—¡Valeria! Mantén la compostura, son solo teorías. —Le aclaro Carolina.
Valeria dejó el informe y volvió a lo suyo, molesta. Yaya y Carolina también lo leyeron mientras Ricardo miraba los bocetos en los tableros, clavando la mirada en los bocetos de armas con nuevos patrones rúnicos.
—¿Están trabajando en varias ideas?
—¿Qué? Ah, sí, es solo un concepto. Con los nuevos sistemas que estamos trabajando, creemos que quizás podamos crear un sistema de almacenamiento que permita mantener un arma de fuego potenciada y estabilizada para que un soldado sin forma titán sea capaz de usarla.
—Perdón, ¿puedes repetirlo?
—Claro, creemos que...
—Lo último.
—Que una persona sin forma titán podría usar armas de fuego.
—¿Eso es posible...? —Meditó por un segundo, sorprendido por las posibilidades que una niña tan joven traía a la mesa. — Enfócate en este proyecto, por mucho es el más importante.
—Bueno, de hecho estamos en medio de...
—No te estoy preguntando. Esto cambiará el panorama a nuestro favor si lo llevas a buen puerto. Hablaré con el cardenal y conseguiré los recur...
—Ricardo. —La sargento se interpuso. — Ya oíste a la niña; tenemos proyectos más realistas y seguros entre manos.
—¿Tenemos? —Preguntó Yaya, pero Valeria la hizo callar con una palmada.
—Carol, solo piénsalo, quizás con esto pueda...
—No. —Negó rotunda. —Perdiste tu forma titán por una razón Ricardo, no fuerces las cosas... O harás que te maten.
—Tch... —Ricardo no pudo sostenerle la mirada, así que se fue dejando un grave silencio.
—¿Qué fue eso...? —preguntó Valeria.
—Son solo viejas heridas... que no han terminado de sanar.
—¿Se pueden perder las formas titán?
—Sí, si un guerrero pierde la voluntad de luchar, pues... ya no tendrá la fuerza para manifestar su forma titán. En esos casos, es mejor que el soldado se retire por la seguridad de todos.
—Entonces... ¿Cómo la perdió?
—Es una larga historia...
—Tenemos tiempo. —mencionó Yaya.
La sargento ni la miró, pues luchaba por resistir la mirada curiosa y expectante de Valeria.
—Fue... durante nuestra última misión, el primer y último exterminio del mar profundo. —Se tomó un momento para sentarse mientras buscaba las palabras correctas.
– • –
Desde el principio sabíamos que era peligroso, pero teníamos una racha de tres exterminios exitosos y eso nos hizo ambiciosos. Nuestros líderes organizaron la primera campaña en el mar profundo, el mar más peligroso de todos. El primer paso sería destruir el nido localizado en la ciudad sin nombre. Viajamos en el buque de guerra Bendición de Zoé BG-1, el primer buque construido en el astillero en la cola del titán. Nos reuniríamos con la flota de Ngai y Pachamama. Las tropas de Ngai llevarían la ofensiva, nosotros estableceríamos el perímetro que encerraría al objetivo, y los de Pachamama protegerían la retaguardia. La estrategia estándar.
—¿Cómo te sientes? —Ricardo fue a acompañarme en mi guardia en cubierta con un paquete de cigarrillos. Solíamos fumar juntos antes de cada despliegue, era nuestro ritual.
—Nerviosa... —Tomé un cigarrillo y fumamos juntos.
—No olvides que te cubro la espalda. —Levantó su rifle. —Con la nueva mira x6 seré como tu ángel guardián.
Ricardo presumía mucho de su puntería con esa cosa, no podía decirle nada porque no lo había visto fallar un solo tiro desde nuestro segundo despliegue.
—Ya lo sé... ¿Crees que esto será suficiente?
El buque fue equipado con enormes cañones de artillería para destruir cualquier cosa en su camino, una maravilla tecnológica recién recuperada del viejo mundo. Con esa cosa nos abriríamos camino en el mar profundo; esculpir las municiones tomó varios meses. Habíamos invertido mucho en esa operación, pero aun así... no fue suficiente.