Titanes Abisales: Runas perdidas

13. Nuevos amigos

El viaje de regreso se sintió mucho más corto, volviendo a la base casi sin darse cuenta esa misma noche. A la mañana siguiente, Valeria llenó la oficina con libros sobre armas y su funcionamiento, pasando toda la semana estudiando hasta entender y hacer suya la teoría.

—¿Cómo vas? —preguntó Carolina entrando a la oficina en esa fría mañana de sábado.

—Bien, bien...

Valeria tenía hilos de saliva seca en las mejillas, con sus ojos ojerosos enfocados en los libros, rodeada de botellas vacías de Vive 200. Carolina le quitó el libro y llamando su atencion con una arepa de huevo.

—Por lo menos desayuna.

—¡Pero...!

—El café con pan no es un desayuno, come algo de servicio por una vez.

—Sí, señora...

Carolina limpió un poco la oficina justo antes de que Luis y Yaya entraran.

—¡Adivinen quién volvió de una pieza! —exclamó Yaya, casi tumbando la puerta— ¿Cómo les... fue...? —viendo los libros por todos lados, intuyó con desgano la respuesta. Se levantó las mangas de la túnica y comenzó a revisar todo—. Supongo que no muy bien.

—Luego nos cuentan qué pasó... —comento Luis agotado— Por mientras, tenemos noticias... "Agradables" —Se apartó, dejando pasar a otra persona.

Entró un joven de piel morena con pelo corto del que salían delgadas patillas. Se veía algo fornido, pero su ropa holgada lo ocultaba. Con sus ojos marrones, vio la oficina desordenada.

—Tenemos un nuevo miembro —anunció Luis— Nos lo asignaron en el archipiélago, viene como representante de su Titán. Es el cabo Jhonatan Castillo, águila de Kukulkán; nos llevara donde necesitemos.

Valeria parecía no prestar atención, así que Carolina dio un paso al frente.

—Bienvenido, Ricardo me contó de tu llegada. —Estrechó su mano— Ansío trabajar contigo.

—Igualmente, me han hablado mucho de su unidad.

—Me lo imagino... —Mantuvo una sonrisa— Y ella es Valeria, la cerebrito detrás de toda la operación.

Carolina chasqueó los dedos, despertando a Valeria de su aparente trance, dándose cuenta de la presencia de todos.

—¿¡Qué!? ¿¡Cuándo volvieron!? —Valeria se levantó abrazando a Yaya mientras saludaba a Luis con la mano, y este le devolvió una sonrisa— ¿¡Cómo les fue!? ¿Qué descubrieron!?

—Ejem —la sargento llamó su atención.

—¿Eh? Oh... ¿Es un placer...?

Carolina estuvo a punto de repetir la presentación, pero Jhonatan se adelantó.

—Es un placer, cabo Castillo a tu servicio, me han hablado mucho de ti.

—¿De verdad?

—¡Claro! En el archipiélago no dejan de hablar de ustedes. La sacerdotisa que descubrió el abismo oculto... Es una historia apasionante.

—¡Bueno, jejeje, no es que sea la gran cosa! —Se sonrojó un poco. — Seguro tú también eres famoso por allá.

—Hago lo que puedo, como águila de Kukulkán me cuesta quedarme quieto.

—¿Águila de...? —No había prestado atención antes, pero su aspecto y acento le hicieron darse cuenta.— ¿¡Eres de Kukulkán!? ¿¡Cómo es!? ¿¡El aire sobre él es tan dulce como se dice!? ¿¡Hasta qué altura has volado!? ¿¡Qué tan fuertes son tus llamas!?

Su fatiga desapareció de golpe y empezó a bombardear con preguntas a su nuevo compañero. Carolina la apartó mientras ella seguía lanzando preguntas hasta que la metió en el taller.

—¿Suele ser tan animada? —preguntó Jhonatan.

—No tienes ni idea... —mencionó Yaya.

Más tarde, ese día, Jhonatan se acostumbraba a la vida en la base mientras Valeria y Yaya seguían trabajando en el taller.

—Ok... Empecemos.

Valeria desarmó un rifle de palanca con el manual al lado tratando de memorizar que hacia cada pieza para luego intentar reármalo.

Valeria desarmó un rifle de palanca con el manual al lado tratando de memorizar que hacia cada pieza para luego intentar reármalo

—Bien, entonces... —Al jalar el gatillo, se atascó— ¡Aaaaaaaaagh!

—¿Llevas mucho con eso?

—¡Sí! Llevo dos días tratando de entender el mecanismo interno de esta cosa, pero... ¡No sé! Creo que las armas no son mi fuerte...

—¿Rojas no debería ayudarte con esto?

—Pues sí, pero está muy ocupada entrenando a los reclutas...

—¿Pasó algo? —Luis entró al taller con su café en la mano, vio el rifle mal armado, por lo que se acercó.

—Nada, solo tengo un problema con...

Luis desarmó el rifle hasta encontrar la falla, y luego lo rearmó ágilmente en menos de un minuto.

—El martillo estaba mal puesto... —Se dio la vuelta tomando su café, viendo que Valeria y Yaya lo miraban sorprendidas— ¿Qué?

—¿¡Cómo hiciste eso!? —exclamó Valeria.

—¿Qué cosa?

—¡Eso!

—¿El rifle? Es entrenamiento estándar ¿Rojas no te enseñó?

—¡Sí, pero ella no sabe hacerlo tan rápido! —mencionó impresionada.

—Hm... Bueno, mis primeros tres años de servicio trabajé en la armería, preparando las municiones, reparando las armas, reciclando las piezas y otras cosas. Supongo que es por eso. —Dio otro sorbo.

—Enséñame.

—¿Qué?

—¡Enséñame!

Valeria lo tomó del cuello de la camisa. Al estar tan cerca, sus ojeras destacaron aún más junto a sus pupilas dilatadas por el Vive 200. Yaya tuvo que separarla.

—¿¡Pero a ti qué te pasa!?

—¡Tengo que entender cómo funciona el armamento lo antes posible! No tengo ninguna experiencia, así que te necesito. ¡Aprendo rápido! ¡Puedes preguntarle a mi...! ¡AH! —Al sentir el tirón de oreja, dejó de hablar— ¿¡Qué haces, Yaya!?

—Ya que la marimacho no está, me toca a mí pararte los pies, niña. —La alejó con un fuerte tirón y la soltó— Vamos a ver ¿Qué sucede, cariño?

—Bueno... —Valeria los puso al día de lo que les había encargado el cuarto cardenal y lo que había pasado en Ramiquiri— No hay fecha oficial para la segunda campaña en el mar profundo, pero... No creo que esperen a que terminemos el proyecto ¡Por eso debemos apurarnos!

—Seguramente solo seamos uno de tantos proyectos para preparar la campaña... —mencionó Luis— Pero conquistar el mar profundo... ¿Eso cómo va a parar la expansión?



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En el texto hay: fantasia, aventura accion drama, fantasía ficción

Editado: 18.05.2025

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