Titanic

Parte 5

A las 00:25, se ordenó subir primero a las mujeres y niños en los botes salvavidas.​ Al mismo tiempo, la orquesta comenzó a tocar aparentemente en la parte delantera de la cubierta de botes por órdenes del capitán Smith, quien quería así evitar el pánico.​ Estos 8 hombres sabían que su fin estaba cerca, pero no pensaron en eso, quisieron ayudar a quienes estaban en cubierta, con su música, para que los que estaban por morir, pudieran estar más tranquilas.

La pequeña Eva tampoco sintió cuando el barco chocaba contra el famoso iceberg. Su padre llegó en ese momento, después de abrigar a su hija con una manta, la llevó a la cubierta del barco. Allí, Benjamín, el varón, dejó a su esposa e hija en un bote.

— Mi niña, toma la mano de mami, y sé una buena niña.

Cuando estaban bajando el barco del Titanic, un oficial disparó a un hombre que quiso entra sin el permiso correspondiente, ya que solo estaban embarcando mujeres y niños. Esto asustó mucho a la niña.

— No le dispare a mi papá — rogó, asustada.

— Cariño, solo está tratando que esa persona no haga algo malo — le explicó la mamá, eso la calmó un poco.

— Me duele — cuando la embarcaron se golpeó en el estómago, por eso empezó a vomitar.

Un oficial de guardia a bordo del Californian vio las bengalas del Titanic, pero no entendió su sentido de urgencia, solo le comentó al capitán de su barco.

— Señor, luces blancas desde el Titanic.

— Deben ser fuegos artificiales para entretener a los ricachones, odio esos cruceros de lujo.

El operador de radio de ese buque se había acostado poco antes del momento en que el mensaje de socorro del Titanic fue enviado, por eso no supieron la verdad.

Entre los buques que sí recibieron la llamada de ayuda, estaba el Olympic, pero se encontraba a más de 926 km, por lo que le era imposible llegar a tiempo.​ También el Mount Temple lo escuchó, pero también se encontraba lejos,​​ mientras que el Frankfurt estaba a 246 km, los buques Birma, y Virginian estaban a unos 243.​​​ Se continuaron lanzando bengalas a intervalos regulares hasta las 1:40. 

Luego que el capitán había ordenado que se iniciaran los preparativos para botar los botes salvavidas fue al cuarto de radiotelegrafía, y les ordenó a los operadores prepararan para el envío de la señal de socorro de ese momento, CQD.

— Phillips ¿Y si la intercalamos con la nueva?

— ¿La SOS?

— Sí, así sabrán que esto es en verdad urgente.

Luego de un rato, en que parecía que solo ellos estaban en ese lugar, recibieron una respuesta.

— Capitán Smith, el Carpathia informa que vendrá a apoyarnos, se demorará cuatro horas en llegar.

— Dele las gracias.

Siguieron mandando las señales hasta las 2:17 am.

Los oficiales encargados de la preparación de los botes se vieron forzados a gritar o comunicarse por señas, por el ruido de las explosiones que ocurrían en las calderas.​ El sonido fue disminuyendo gradualmente, hasta desaparecer a las 00:40, pero eso no fue lo único que retraso el desalojo en los botes, a los trabajadores del Titanic jamás se les instruyó sobre como hacer una evacuación, con suerte se les dijo verbalmente que hacer.

La Srta. Gibson, la actriz y su madre habían estado en jugando al Brigde, antes de ir a acostarse, con esas mismas personas lograron escaparon en uno de los bote salvavidas, el primero que fue lanzado.

Poco tiempo después, Smith comenzó a comprender el alcance catastrófico del desastre que estaba a punto de ocurrir, ya que no había botes salvavidas suficientes para todos los pasajeros. Aparentemente quedó paralizado por la indecisión y se concentró en las primeras maniobras de abandono. Tras la preparación de los botes, el capitán no dio ninguna orden para la evacuación,​ tampoco dio órdenes directas a sus oficiales para que llenasen los botes, y no compartió informaciones cruciales, dando algunas veces órdenes ambiguas o impracticables. Incluso algunos de sus compañeros oficiales estuvieron durante buena parte del tiempo sin saber de la seriedad de la colisión, muchos supieron que se hundirían solo una hora antes de que eso ocurriera. Incluso el contramaestre llegó a telefonear al puente preguntando por qué los botes salvavidas habían sido botados al mar, ya que según lo que le habían dicho no era tan grave la situación.

Smith había ordenado que se llevarán los cohetes de emergencia a popa y se comenzarán a lanzar, cuando se dio cuenta que si no recibían ayuda ese naufragio sería un gran desastre. 

El Californian estaba aproximadamente a 16 km. del lugar, algunos oficiales del Titanic creyeron ver señales luminosas desde éste, albergando la esperanza de que el navío respondiera a las luces de lanzaban, pero no sucedió nada, ya que el capitán de ese barco seguía pensando que eran fuegos artificiales los que veían.

Cuando el Capitán Smith logro recuperarse aparentemente de su indecisión, intentó ayudar a todos para la evacuación. La superviviente Ella White dijo que vio al capitán ir hasta la escalinata principal para pedir a los pasajeros que acudieran a los botes,​ mientras Arthur Godfrey Peuchen afirmó que "estaba haciendo todo lo que podía para llevar a las mujeres a los botes y que fueran botados apropiadamente".​

El Titanic  solo disponía de 20 botes salvavidas para un total de 1178 personas​, cuando el total de los pasajeros que viajaban allí era 2208. Los botes de los números 1 y 2 podían contener a 40 personas,​ y los numerados del 3 al 16 tenían una capacidad para 65 personas.​ El buque también contaba con 4 botes plegables identificados por las letras A, B, C y D que podían albergar a 47 personas. No se quiso poner más botes para no tapar la vista a los viajeros de los de primera clase, y que los pasillos quedarán más despejados. Nadie se preocupó ya que se seguía pensando que era insumergible, ni por asomo los dueños del barco se preocuparon que pudiera ocurrir una tragedia de esa envergadura.



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En el texto hay: esperanza, viaje, muerte

Editado: 02.06.2021

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