Titanium Heart

CAP. 16. CIUDAD DE LOS HUESOS

Ella caminaba sin rumbo fijo atrapada en lágrimas esperando salir, esperándolo a él y después volvía a darse cuenta de la soledad que ofrecía su mundo, el mundo en el que había sido encerrada.

Ella tenía sangre en los pies y las manos agarrotadas por el frio, ella se estaba volviendo loca, perdiendo cada parte de sí misma a medida que caminaba, más y más lejos de él pero al mismo tiempo, más cerca suyo también.

Así se sentía la bestia dentro de mí y casi podía verla llorando, rogando que yo me detuviese, pero no podía dejarla ir.

Así se sentía mi bestia y así se había sentido la primera Maga, la primera en encontrar magia y crear el caldero, un caldero que había ordenado ser creado.

—Sean respetuosos con la tierra que de ella viene su poder. Sean amables con su creación que ella son ustedes. Rueguen por su amor que solo los merecedores compartirán de su carga y premio. —había hablado Natalle junto a Netalla.

—Bienvenidos a la ciudad de los huesos.

El suelo brillaba como un reflejo del mismo firmamento copiando exactamente cada minúscula estrella. El viento se deslizaba entre sus grietas y la soledad así como melancolía estaba en todos lados.

La ciudad de los huesos era el cementerio de los magos, de la magia, un lugar sagrado a donde regresaba cada trozo de magia en el mundo.

Yo las observe siendo consciente de que la tumba de mis padres estaría en algún lugar y seria cualquier estrella en el suelo. Solté el aire que estaba reteniendo en mis pulmones y deje caer una oración así como todos los demás buscando las palabras al fondo de mi cabeza.

—Por favor a todas las generaciones Noite, bríndenme la fuerza para soportar la carga de mi decisión. —rece y cortando la palma de mi mano deje caer mi sangre sobre un cristal que imitaba el brillo de una estrella, dejando que la absolviera hasta tornarse roja y de nuevo blanca.

Por favor a la primera maga, permite que ella sea mi compañera. —hablo otra voz y en algún otro lugar otra estrella se tiño y volvió a su color.

Levante la cabeza buscando al dueño de aquella voz esperando encontrarlo pero no di con nadie porque todos hacían sus oraciones y peticiones, solo yo había escuchado una súplica así de dolorosa y me había sentido identificada, solo yo... pero... ¿por qué?

—Chicos, chicas, pueden visitar la Ciudad de los Huesos porque esta no se romperá o fracturara ya que esta destinada siempre solo a ustedes. Este será el escenario en donde se llevara a cabo la primera prueba a gobernador.

Los murmullos comenzaron y la ansiedad llenó a los cientos que nos encontrábamos ahí, cada uno pensando su estrategia en voz alta y cada uno buscando a quien eliminar primero.

Bien era conocido que la primera prueba siempre era una eliminación a gran escala en donde cada participante debía de eliminar a otro para pasar por lo que normalmente quedaba la mitad de los que competían o menos, esa regla había continuado por milenios.

—Se les explicaran los detalles el mismo día de la primera prueba, hasta entonces siéntanse libres de observar la zona.

—¿Iras a algún lugar en específico?. —pregunto Alma y yo asentí con la cabeza.

—Quiero ver a mis padres. —Alma no dijo nada y Juliete me dio dos palmadas en la espalda brindándome su apoyo antes de dejarme marchar sola.

Comencé a caminar, primero alejándome del grupo que comenzaba a dispersarse, sintiendo el suelo duro y punzante a cada paso irregular que daba, buscando la estrella Noite del antiguo líder del clan por más que sabía que no la encontraría.

Mis pasos se sintieron pesados a medida que la historia de la primera maga volvió a repetirse en mi cabeza y entonces, después de que me encontré alejada del grupo, reconociendo que no habían ningún lugar en donde esconderse, me puse de cuclillas.

Podía oler la magia aquí, tan fuerte que era loco el sentirse embriagado por ello, sí, eso era, me sentía borracha por sus olores en zona viva pero también muerta. Las estrellas encerraban cada alma que había desaparecido en el mundo de cada mago que había hecho su pago a la tierra.

La Ciudad de los Huesos.

—No creo que sea correcto llorar aquí, Lesa Noite. —hablo Nohan detrás mío y yo me gire a observarlo confundida.

—No estoy llorando. —él contemplo mis ojos un segundo antes de dejar escapar un suspiro.

—Si, tienes razón, me rectifico.

Guardo silencio y se quedó de pie detrás de mí esperando que yo terminara lo que sea que había empezado antes de que él me interrumpiera. Yo lo olvide sin poder retener el hilo de pensamiento que me habia poseído antes de que él apareciese.

—¿Qué quieres?. —pregunte poniéndome en pie.

—Advertirte. —él no parecio incomodo con su reciente interrupción.

—¿Sobre qué?. —volví a interrogar y él apretó la mandíbula desafiante.

Lo entendí, entendí su molestía por como lo trate, porque era el segundo en la línea de los Diena, de los Tag y por ello no podía sentirse menos en presencia de otro líder de clan, pero él no era un próximo lider en lo que respectaba a mi, por ello tenía menos estatus conmigo.



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En el texto hay: romance aventura, destinos enlazados, magia

Editado: 17.01.2020

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