To love you

Capítulo 7: Power Ranger Red y Power Ranger Rebelde

Al parecer tener un mejor amigo hombre no era problema para un padre como el mío, aunque creí que, en el momento en que nos recibió en la puerta, él confundiría a Nick con el novio que engañó a su hija

Nick estaba de lo más fresco, hasta le preguntó a mi padre, cuando le saludó, si no veía mal nuestra relación y mi padre le respondió:

— Niño, no tengo ningún problema con ello. Además en sus caras se refleja que el tren de la infidelidad les ha pasado por encima. ¿Quién les manda a tener novio a esta edad?

Golpe bajo para los dos.

— Novia, señor —le corrigió Nick. Mi padre soltó un bufido y lo invitó al patio donde Chaser y Jonathan estaban jugando con Sam y Fito.

Me reuní con mamá en la cocina, ella ya conocía a Nick y además me prometió que castigaría a mi padre por ser tan poco cuidadoso en la selección de sus palabras. ¿Cuál sería ese castigo? Pues no quería imaginármelo. Aunque no me molestó mucho ese comentario, más bien lo tomé con humor. Uno doloroso.

Chase y Nick ya se conocían. Chaser era solo dos años mayor que yo, por lo que el año pasado él estudiaba en la misma preparatoria que nosotros y jugaba en el mismo equipo de fútbol, allí fue donde conoció a Nick.

— ¡Eh! ¡Pelirrojo! ¡Pásala aquí! —Oía gritar a Nick. Papá, Chase, Jonatán y Nick comenzaron a jugar fútbol. Y la fácil adaptabilidad de mi amigo me seguía sorprendiendo.

— ¡Jonathan, no dejes que Nicolson te quite la pelota! —Vociferaba mi padre.

Mamá preparaba una cena ligera: café con leche y pan integral; además, estaba la lasaña que mis queridos hombrecitos prepararon. ¡Ya estaba harta de la lasaña! ¡Ni Garfield podría soportar tanta lasaña como lo hacía yo!

— ¿Chaser, también juegas fútbol en la universidad? —Preguntó Nick. Ya todos estábamos en la mesa con las bocas llenas.

— No, aunque a veces por diversión voy a las prácticas. No es mi sueño ser un jugador profesional —respondió mi hermano.

— En cambio, yo sí quiero. ¡Algún día llegaré a jugar representando a mi país! —Proclamó Nick con alegría rebosante en sus ojos. Yo estaba segura que así sería. Nick moría por el fútbol, era su pasión.

— Deberás esforzaré mucho más, Nicolson —dijo mi padre—. Eres bueno, pero puedes ser mejor.

— Todo depende de ti, Nick —agregó mi madre—. Sé fuerte de aquí y de aquí —. Ella señaló su cabeza y su corazón con su dedo índice. Nick captó el mensaje y le agradeció.

— ¿Cómo es mi hermana en la preparatoria? —Preguntó Jonathan, quien hasta hacía un momento no hablaba ni para pedir que le alcancen la azucarera.

— Uhm... ¿Te refieres a cómo se comporta? —Replicó Nick con cierta duda— No lo sé, normal.

— Ya veo, gran información —. Yojo le habló con el mismo tono petulante con el que me hablaba a mí. Le clavé mis ojos encima y él me estaba retando con los suyos. ¿Cuándo será el día en que nos llevaremos bien?

Miré a Nick para disculparme por el comportamiento de mi pequeño hermano, pero él tenía la expresión de "se me ocurrió algo" plasmada en su rostro.

— ¿Jess, qué tal si Chase es el Power Ranger Rojo? ¡Le quedaría perfecto!

— No lo sé, Nick... —balbuceé. ¿Mi hermano como un Ranger? Eso significaría compartir información valiosa y ser un equipo, ya tengo que aguantar mucho de él siendo mi hermano. Estaba por negarme, pero el pelirrojo abrió su boca.

— ¡Claro que sí! ¡Yo seré el líder! —Aulló como si hubiese ganado un premio.

—Un momento —paré el tema, no quería que Chaser sea el Red...

— Sí, alto —espetó mi hermano menor. ¡Por fin me ayudaba en algo! — ¿Por qué tiene que ser él, el rojo?

Me di una cachetada mental por mi ingenuidad. Tal vez el día en que Yojo estuviera de mi lado, no era ese día.

Y al final, sin querer queriendo y sin meditarlo como se debía, Chaser, el pelirrojo iba a ser el Ranger Red. Y mi pequeño hermano el Ranger Red y medio.

Rayos.

Al terminar la cena ya eran las ocho de la noche. Nick ya debía irse. Lo acompañé hasta la entrada y me disculpé por lo imprudente de los comentarios de mi padre.

— No te preocupes —me respondió—. Aunque no sabía que le habías contado a tus padres lo que pasó...

— No, yo solo le conté a mi madre —le dije reprimiendo un cansado suspiro—. Y los demás se enteraron por diversos medios. ¿Acaso tú no le has contado nada a los tuyos?

— ¿Qué les iba a decir? "Papi, mami, mi novia me engañó; vengan a defenderme" —dijo imitando una voz de niño mimado.




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