Me encontraba frente al Topo, contra mi voluntad, ya que Missi me ordenó preguntarle sobre los puntos específicos de la evaluación de pre- aplazado. Por suerte no estuve sola, el alegre y holgazán Fabricio iba a estar ese día en la batalla también. El castaño era más adepto a las clases artísticas, ninguna clase en la que hubiera fórmulas matemáticas era su fuerte, o más bien, él aprovechaba ese tiempo para hacer otras cosas que no involucraban estudiar esas materias. Él quería ser pintor y ni bien terminara la preparatoria él decía que iba a ir a la Universidad de Bellas Artes y se haría famoso. Pero mientras tanto estaba aquí dando exámenes de pre-aplazado y esta vez junto a mí. El Topo solo nos dijo que nos concentráramos en cinco temas más importantes y la nomenclatura de los compuestos.
Sí muy fácil, maldito topo.
Era viernes y no había hablado con Britany, bueno, solo había trascurrido un día y yo le rehuía. Nick ya no me reprochaba nada porque sabía de ante mano que yo traería a colación a Anthony y eso le hacía mantener la boca cerrada.
Como me había quedado a esperar al Topo después de la clase, Nick se había adelantado al comedor, seguramente ya estaba en la mesa junto a los hermanos.
Caminé con paso lento hacia el comedor, hablar con el Topo siempre me desanimaba. Al llegar al segundo corredor divisé a Tony, mis ojos lo encontraban en dónde sea que él estaba, parecían radares programados. Maldita sea.
Él salía de una clase junto a sus amigos y nuestras miradas se cruzaron. A pesar de su seriedad, sentí que él me sonreía con sus ojos. ¿O tal vez era mi imaginación? No importaba. Lo que haya sido me había animado. Otra vez, maldita sea...
Me senté en la mesa junto a los chicos, poco a poco estamos entrando en confianza y eso era agradable. Hasta Alan se notaba más natural al hablar con nosotros y Milton ya no se ponía en modo perro- rabioso, bueno, la mayoría de veces.
Estaba dándole un mordisco a mi tostada cuando mi celular sobre la mesa vibró. Era un mensaje de mamá. Lo leí me mentalmente:
<<Mamá: "¡Tu hermano acaba de dar su primer beso! ¡Más bien se lo han robado! ¡Me lo acaba de contar! >>
Estampé mi mano en mi cara. Sentí vergüenza ajena y no respondí el mensaje. Pobre Jonathan, eso sería el tema de conversación por más de un mes...
Nick se alarmó un poco por mi reacción y me preguntó qué era lo que ocurría, así que yo le mostré el mensaje.
— ¡Qué! ¿Y cuántos años tiene tu hermano? —Preguntó casi gritando.
— ¡No grites!... Tiene doce —le regañé. Milton, Missi y Alan se notaron intrigados y fue Alan el que se atrevió a preguntar qué pasaba.
— ¡Al hermano de Jess le acaban de robar un beso! ¡A sus doce años! ¡Es todo un campeón! —Respondió Nick socarronamente.
— ¡Nick! ¿No quieres un micrófono? —Gruñí, eso es parte de la intimidad de mi hermano. Sospeché que la niña que se lo robó fue Danna, ella siempre se comportaba extraña cuando mi hermano rondaba a su alrededor.
— ¡Ay! ¡El primer beso! Que recuerdo... —suspiró Nick y se recostó sobre la mesa con una sonrisa satisfactoria.
— Tu hermano es muy precoz —señaló Milton—, debes tener cuidado —. Missi asintió y agregó:
— Sino se volverá un gigoló como mi hermano.
Nick y yo nos burlamos en su cara, Alan se rió entre dientes, seguro temía que Milton le regalase una mirada asesina. A mí ya no me importaba eso, yo ya tenía hasta una tarjeta de membresía por ese servicio y de cliente regular. Missi sonrió con burla, pero luego le pidió disculpa porque él dijo:
— Creo que hoy alguien se irá caminando a casa cargando sus pesados libros...
De cualquier manera, el ambiente estaba agradable y Nick, como siempre, desvió el tema a otro lado.
— ¿A qué edad dieron su primer beso? —Preguntó con curiosidad. Me miró y agregó— tú no me digas Jess porque yo ya lo sé. Yo lo di a los 11 con una chica de 13 años —. Y sin darle la autorización de contarlo, él les dijo que yo había dado mi primer beso a los 15 con un chico de mi anterior colegio.
— No me hagas recordarlo —susurré con molestia.
— ¿Y bien? ¿Sherman, tú cuándo? —Replicó, al instante miró a Alan, Milton y Missi, pero ellos no se veían con las ganas de responder.
Sherman dijo que él nunca había besado a nadie. Nick se sintió mal por preguntarle y hasta sentí que Missi y Milton le dieron una patada "disimulada" por debajo de la mesa. Entonces él dijo:
— ¿Nunca? Ya veo... ¡Yo te puedo ayudar! ¿No quieres intentarlo ahora, es fácil?
Missi y yo entrecerramos los ojos. A Milton casi se le escapa una risa burlona y Alan no pudo evitar ruborizarse.