To love you

Capítulo 16: La sustituta

— Ya no irás más a fiestas los sábados, por el momento —sentenció mamá.

— ¡¿Por qué?! —Chillé abriendo la boca y creo que dejé a la vista mi pan levemente masticado. Observé de reojo al pequeño Yojo que sonreía con maldad y con aires de superioridad.

— ¿Todavía preguntas por qué, Jess? —Respondió mi indignada madre— Eso es porque cada vez que regresas de una fiesta traes una cara de velorio, parece que vienes peor que antes y sobre todo abusas de la hora. Además... Hija, de las fiestas no sacas nada bueno.

No la contradije, sola la miré descontenta y seguí comiendo velozmente mi desayuno, porque si no llegaría tarde a la preparatoria. Tienen razón sus palabras, esas últimas fiestas a las que había asistido no me hicieron divertirme, más bien me dieron más cosas problemáticas en las cuales pensar.

Al terminar, me despedí de mamá y de Yojo, la mañana estaba un poco fría, así que mamá me ordenó ponerme una casaca. Yo solo traía puesto unos leggins negros y una floja camiseta roja a cuadros.

Cuando llegué al salón, Nick ya estaba allí. Fui a su dirección y me senté a su costado. Él estaba ansioso por escuchar como fue el 'rescate' de Milton, lo cual yo negué y le conté lo que había pasado. Le recalqué que no había sido ningún rescate, más bien fue una total imprudencia. No le conté sobre Anthony, no quería hacerlo por mí ya que si lo mencionaba yo misma perturbaría mi mañana.

Al terminar la clase, Cinthia me llamó a un lado y con una gran sonrisa me pidió que ayudara en la coreografía que se presentaría para inaugurar la Feria de Ciencias.

— Más bien, serías un reemplazo —agregó jugando con sus manos.

No me interesaba mucho la idea de participar porque invertiría tiempo y tal vez dinero, así que le pregunté mientras buscaba una excusa para decir no— ¿Reemplazo de quién?

— De Christina —respondió—, ella por el momento —en voz baja agregó— por lo que te conté, no puede hacer muchos movimientos.

Oh rayos.

— Está bien —dije tragándome las ganas de decir que no.

— ¡Gracias! —Exclamó abrazándome— Sería un problema pedirle a otra persona y explicar porque Chris, que siempre baila, ya no podrá hacerlo. También como ha dejado las prácticas de vóley, las cosas se volverán un poco ruidosas...

— Ya lo creo —asentí.

— Bueno, las prácticas son tres horas, todos los viernes, pero como tú debes aprenderte la coreo desde el inicio necesitaremos trabajar más seguido. ¿Te parece si nos reunimos hoy en la tarde en el coliseo?

— Okey, no hay problema —respondí con una sonrisa tranquilizadora.

Volví a mi asiento y Nick me preguntó:

— ¿Qué quería Cinthia?

— Me pidió que bailase en lugar de Chris en la coreografía para la feria de Ciencias.

— Oh, ya veo —y con cara de duda, en si decirme o no, Nick agregó— ¿Has oído lo que están diciendo sobre Christina?

— ¿Qué cosa? —Repliqué.

— Dicen que la vieron saliendo de un hospital, en donde generalmente hacen abortos...

Contuve un poco mi sorpresa, no por lo del aborto sino porque ya se estaban esparciendo rumores. ¿Qué debía hacer? Yo sabía la verdad, ¿tenía que contársela a mi mejor amigo? Sí podía hacerlo, pero conocía a Nick, a él se le saldría y esto era algo muy delicado.

— No, no sabía. Pero no es bueno hacerle caso a los chismes —alegué.

— Eso mismo pienso, amiga. Bien, ¿vamos a comer algo?

Nos dirigimos al comedor y Sherman, Milton y Missi ya estaban degustando sus comidas.

Mi mirada se cruzó automática con la de Milton y él se mantuvo fijo en mí hasta que me senté.

— ¡Uy! ¡Que rico se ve! ¿Aún queda pastel de fresa? —Preguntó Nick, parecía en cualquier momento su saliva caería de su boca como una cascada.

— No, yo fui la última —respondió Missi.

Murmuré entre dientes— Me hubieses comprado uno, yo te hubiese pagado luego.

— Sí lo hice —me dijo Missi. Automáticamente mi rostro se iluminó—, pero Milton se lo comió.

— ¿Qué? ¿Por qué lo dejaste, Missi? —Reproché.

— Porque yo quise comerlo —respondió él.

— Lo siento, Jess —se limitó a decir su hermana.

— Entonces les quitaremos una cucharada a cada uno —espetó Nick, se sintió indignado porque nadie se acordó de comprarle una tajada a él.

Primero Missi nos invitó, luego Alan y al final Milton. Comí de su misma cuchara. ¿Beso indirecto? No, parecía una niña pensando de esa manera, pero luego de haber probado bocado de esa cuchara Milton no dejó que Nick la tomara y le obligó coger el pedazo de pastel con su mano.




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