"Tengo que saber que no es un error, Giana.
Te quiero conmigo, como mi compañera de vida, ¿es mucho pedir?
Quiero que dejes de sufrir con esos tipos que tienes como familia. Al contarme tu secreto, supe que estaba viviendo una pesadilla, no porque sea malo, si no porque me queda saber que tú estás sufriendo.
Te veo llorar y no es necesario saber el porque.
Mi lado egoísta despertó contigo, ¿y sabes porque? Porque quiero encerrarte en una caja de cristal y ponerte en el edificio más alto del mundo para que nadie consiga hacerte más daño.
Me tienes atado de manos, Giana. Siento que si hago algo para salvarte voy a perderte porque tu vas a alejarte de mi y si no hago nada y me quedo cruzado de brazos, puedo perderte porque esos cabrones te mataran.
Iluminame, Guaina Raú.
Dime que hago para no perderte de ninguna manera.
Atentamente; Anónimo."
Mis lágrimas mojan la hoja de papel y entonces vuelvo a guardar la carta en su respectivo sobre. ¿Recuerdan cuando no había cartas de anónimo y me sentía vacía? Con esta carta compruebo el por qué. Creo que sin darme cuenta, me enamoré de anónimo. Por eso ahora duele como jamás imaginé el haberme despedido de él tras la carrera que gané. Le dije que me alejaría de su vida y por un momento creí que me detendría, pero, no fue así.
¿Y si realmente no vuelvo a verlo nunca más?
¿Que voy a hacer sin sus cartas y detalles?
Presiento desde ya que, me va a hacer mucha falta. Quiero regresar el tiempo al día de la fiesta. Deseo quedarme y verle; tocarle, abrazarle, hablarle, sonreír con él, decirle cuanto agradezco que se haya metido en mi vida. Deseo volver el tiempo atrás y abrazarlo un poco más. Deseo volver a hace unas horas y decirle que lo quiero.
¿Que voy a hacer ahora si es por él que he decidido escapar?
¿Que voy a hacer si desaparezco y él no va a estar ahí, escribiéndome?
Deseo tenerle en frente y gritarle a la cara que yo también lo quiero conmigo, que necesito su calor para sentirme en mi hogar. Ahora que lo amo, no lo tengo.
¡Que patético!
Con él me siento viva. Se ha metido en mi vida y no tengo la menor intención de sacarlo. Han sido sus palabras, la manera en que me trata, la manera en que se expresa. Todo eso me hizo amarlo sin darme cuenta.
Limpio mis lágrimas con mis manos para poder leer na siguiente carta.
"¿Sabes que?
Olvida todo lo que he escrito antes.
Solamente quiero que sepas que te amo. Que tú eres la única persona en quien yo pienso al despertar y también la última antes de cerrar los ojos y dormir.
Me gustas y lo escribo así, ahora y sin que nadie pueda interponerse. No hay nada que no me guste de ti. Me gustas como para verte cada día al abrir mis ojos y también la última persona en ver antes de morir.
Quiero llevarte de la mano a recorrer el mundo y presentarte con cada persona como la niña de mi corazón.
No pienso perderte y que sepas de una vez que tú vas a terminar tu vida a mi lado porque no me queda duda que tu serás por siempre y aun en otra vida, mi pareja ideal, mi otra mitad de alma.
Velando por ti y por nuestro amor;
Anónimo."
Estallo en lágrimas y enfadada lanzo la caja con las rosas al suelo mientras continuó sentada en el marco de mi ventana.
¿De verdad estoy dejándolo ir? ¡Soy tan egoísta!
Cubrió mi rostro con mis manos y me hago ovillo al mismo tiempo.
¿Que he hecho de mi vida?
He sido muy inestable en todos los sentidos. Un día digo que su y al siguiente ya no quiero. Hace unas horas dije que podría dejarlo sin ningún problema y ahora siento que no podré volver a sonreír porque él no estará más en mi vida.
Flash-back.
— Nunca me decepcionas. — Sonrío inevitablemente y extiendo mi mano hacia él, tal y como siempre lo he hecho con los que pierden ante mi.
Anónimo me abraza sin tomar mi mano y juro que casi me desvanezco al sentir su calor. Mis manos suben a su cintura por sobre su chaqueta u lo siento sonreír también.
— Anónimo, esto es un adiós. — Una lágrima resbala de mi ojo mientras hablo. — Voy a desaparecer de tu vida y de la del resto. Gracias por iluminar mi obscuridad. Gracias por sentarte a mi lado en las sombras, cobijarme con el calor de tus palabras y enseñarme a brillar. Por favor no apagues tu luz, por si acaso vuelvo, podré encontrarte con facilidad. — Me aparto un poco de él llevando mis manos hasta las bolsas de mi chaqueta.
Puedo ver en sus ojos el dolor y la angustia, finjo que no me importa y le doy la espalda dispuesta a irme cuánto antes.