Jueves 8 de Agosto.
"Querido anónimo;
Mi vida sigue dando giros de una manera en que no puedes imaginar. Odio haber tomado decisiones que nos afectan y que no me permiten verte como yo lo sueño.
¿Sabes? Creo que me preocupo demasiado al creerme enamorada de ti. Es demasiado pronto para decir que siento amor por ti.
Te mentiría, te mentiría porque especialmente hoy, hay alguien más que me hace soñar despierta.
Y no, no es Rogelio, lo aclaro.
Ha pasado un tiempo y realmente no te había escrito hasta ahora, hasta ahora porque creó que ya ha sido suficiente.
He pasado buenos momentos a su lado y cada uno ha sido completamente inesperado. Tal vez sea muy egoísta de mi parte decirlo, pero, su compañía ha sido suficiente para mi. Estas últimas semanas ha superado todas mis expectativas sobre él.
Voy a contarte que denuncié a mi familia por eso estoy huyendo, porque ellos están desaparecidos. Me iré a España, con Dominick, su papá dijo que cuidaría de mi algunos días y sinceramente se lo agradezco infinitamente.
Ha sido bueno compartir mi vida con él, creo que todo este tiempo me equivoque pues no ha resultado ser una mala persona. Al contrario. A veces él parece un ángel de la guarda enorme. Es extraño, pero, siempre llega en el momento adecuado, justo cuando lo necesito. Él y yo no estábamos planeados para ser mejores amigos, pero, ahora creo que lo somos y se siente bien.
No sé que tan real fuiste, pero, fuiste lo suficientemente bonito. Tanto como para recordarte en los días malos.
No es un adiós, es un hasta luego.
Atentamente;
Giana Hartley."
— Felicidades Giana en tu día, que la pases son sana alegría, muchos años de paz y armonía. Felicidad, felicidad, felicidad. — Me vuelvo en la cama encontrando a Dominick en la puerta de mi habitación con un pequeño pastelito de chocolate y una vela de cumpleaños.
¿Quien diría que mis dieciocho años no los festejaría en la vieja California pero si en la bella Barcelona?
¿Quien diría que Dominick me cantaría "feliz cumpleaños" y no yo misma?
— Ven, Dom. — Golpeo el lado libre de la cama a mi lado mientras me incorporo para sonreírle.
Las últimas semanas han sido sumamente inexplicables. Aún no comienzo a trabajar, pero, justamente hoy, tengo esa primer cita de trabajo llamada "entrevista".
Estas semanas, Dominick y yo estuvimos decorando un poco el departamento que su papá nos prestó. Lamentablemente él tiene que irse mañana a Londres ya que las clases comienzan pronto. Aunque su ausencia se vuelva extraña para mi, no quiero detenerlo, él no lo merece, suficiente lo he atado a mi durante sus vacaciones.
— Pide un deseo, niña. — Golpeo suavemente su hombro haciéndolo reír de manera fugaz.
Dejo caer mi cabeza contra su hombro mientras suspiro con pesadez.
— ¿Que puedo pedir que pueda cumplirse? — Pregunto en voz baja. — No tengo una familia real, pero, cuento contigo y con tu padre.
— Tal vez puedes pedir un novio. — Reímos juntos. — O bien puedes pedir una motocicleta y salir a correr para evitar extrañarme.
— Si crees que necesito algo para no extrañarte... estás en lo cierto. — Volvemos a reír. — Creo que ya sé que pedir. — Tomo el plato con el pequeño pastelito a la altura de mi barbilla.
Deseo paz y tranquilidad, pero, por sobre eso, deseo que Dominick y su padre, obtengan una buena recompensa por lo mucho que me han ayudado.
Soplo un poco apagado la vela de inmediato y entonces, escucho los aplausos de Dominick que me hacen sonreír.
— Desayunemos, tengo una cita importante de empleo. — Digo cortando el pastelillo por la mitad para ambos.
Estoy deseando realmente que todo termine para recompensarlo por todo esto. Mis hermanos huyeron, pero, él sigue apoyándome como si ellos fueran a aparecer pronto, ¡y no! Según las investigaciones, Stefan al parecer voló a Brasil y de ahí, nadie más pudo localizarlo. Tyler, al parecer ha estado en Londres desde entonces. De Hank Gutenberg y Moisés, absolutamente nada se ha escuchado. El papá de Dominick ha estado trabajando muy duro por eso le sigo estando agradecida igual o más que el primer día. No tengo idea de cuanto es que esto vaya a durar, pero, mi admiración por él y por su hijo, va a estar siempre en mi porque sin darse cuenta estoy confiando en ellos ciegamente.