Hoy es miércoles y el día de ayer me la pasé todo el día volteando para ver si encontraba a Alex cerca.
No lo hice, como dije antes, este lugar es muy grande y encontrar a una persona en específico es muy difícil si no sabes ni siquiera algo más que su nombre.
No sé por qué lo hacía, quizás muy en el fondo quiero creer que este año mi vida será realmente diferente.
Marcia me invitó a comer con ella y sus amigas a la hora del almuerzo y lo agradecí, pero desde que se encontraron en la salida de una de las cafeterías, ellas han comenzado a hablar sobre personas que yo no conozco y recuerdos de los cuales yo no formé parte.
—Señoritas —una voz habla detrás de mí—, ¿Nos dejan unirnos a ustedes?
Trago saliva al ver que la persona moviéndose a un lado de mí, es Alex.
Sí es alto, tal vez unos veinte centímetros más que yo y es delgado pero se ve bien, en especial por esa camiseta verde menta que lleva y los pantalones sueltos marrón claro. Es una combinación interesante, pero le queda bien.
—Hola, Alex —una de las chicas llamada Kelly saluda—. ¿Dónde están los demás?
Alex sigue a mi lado pero no me ha volteado a ver ni por un segundo, nada como ese día en la conferencia. —Están en el baño, ahora vienen.
Elize da un paso al frente y le toma el brazo. — ¿Ahora si fuiste al gimnasio? Siempre dices que lo harás.
Él suelta una carcajada. —Iba a ir pero preferí ir al campamento de música, fue mucho más divertido.
Elize se ríe y lo empuja. —Eres un tonto.
—Hola —otro chico se aparece, también se coloca a mi lado y él es de mi altura—. ¿Qué hacen todos aquí reunidos?
—Los estábamos esperando —Alex informa.
El chico a mi lado me mira con los ojos entrecerrados. — ¿Tu eres nueva, verdad?
Podría jurar haber escuchado a alguien suspirar pero quizás fue mi imaginación. —Ah, sí —contesto.
Él mueve sus labios justo cuando otro chico se aparece, es Louis y se va directo a saludar a Marcia con un abrazo de lado.
Yo tengo hambre y moriría por ir a comprar un poco de pizza pero estas personas no se están moviendo y bueno, no sé cómo escapar de aquí.
Otro chico se asoma. —Hola —se mueve dónde está Kelly—. Oye Kells, ¿Cuándo me vas a invitar a salir?
Ella rueda los ojos. —Ay, vete de aquí, Matt.
Respiro profundo cuando vuelvo a sentirme poco bienvenida, doy un paso hacia atrás esperando lucir natural cuando poco a poco me aleje, pero al dar un paso más hacia atrás, piso a alguien.
—Lo siento —me giro rápido, con ojos abiertos.
Un chico igual de alto que Alex me mira con el ceño fruncido.
Ay, no.
Él es opuesto a Alex, él tiene los hombros anchos, la piel como si se hubiera bronceado, el cabello suficientemente largo para que sus ondas se curven por debajo de sus orejas y un piercing en la oreja derecha.
En mi anterior escuela no dejarían que él tuviera eso, supongo que aquí hay más libertad “de expresión”.
—Lo siento —repito, bajando el rostro y sintiendo las miradas de todos sobre mi espalda.
El chico exhala con molestia y se mueve a un lado. — ¿Vas a pasar?
¿Soy considerada una idiota si ahora mismo tengo ganas de llorar? —Yo, eh, no, lo siento.
—Bueno —Marcia aclara su garganta—, ¿Por qué no vamos por nuestra comida y nos sentamos?
Yo me muevo a un lado esperando que el resto avance sin mí. Lo hacen, se hablan entre ellos y yo miro las opciones que hay para comer.
— ¿No vas a ir? —pregunta el chico al que lastimé, con un tono lineal.
—Ah, eh… —lamo mis labios resecos—, um, sí.
Asiente y señala hacia adelante. — ¿Qué comerás?
Me sorprende que me pregunte eso, mi primera impresión no fu la mejor pero quizás solo lo hace para que no haya un silencio incómodo.
Me encojo de hombros. —Aun no lo sé.
— ¡Rodney! —Alex le habla, con una sonrisa en su rostro—. ¿Me prestas dinero? Dejé todo en mi auto.
Él se mueve hasta la fila donde está Alex, yo miro hacia el techo preguntándome si es mi culpa que todo lo malo que me sucede es por mi estupidez y mi torpeza. Seguro lo es. Estoy aquí, ilusionándome con alguien que solo me estaba viendo por unos segundos en una conferencia escolar y que básicamente me ignora ahora.
Además de eso, lastimé a otro chico.
Voy donde está Marcia, es un puesto simple de comida simple como porciones de papas fritas y sándwiches de jamón y queso. Ella está ocupada hablando con Louis pero al notarme por un segundo, me sonríe.
Marcia es amigable y eso es suficiente, aunque no tengo toda su atención se asegura que me sienta incluida.
—Hola —es el otro chico, aún no se su nombre.
Yo sonrío a medias. —Hola.
—Me llamo Jason —afirma—. No te había visto antes.
Toco mi cabello. —Sí, soy nueva —repito algo que he dicho muchas veces.
Jason es serio, pero continua con la conversación. —Entonces, ¿Cómo te llamas?
—Cassie —digo.
—Cassie —baja la mirada al suelo y luego a su izquierda.
Miro también en esa dirección, ahí están Rodney y Alex hablando sobre algo, mientras que Alex está sonriendo, Rodney solo mueve su boca sin ninguna expresión.
— ¿Y qué tal te parece la escuela? —pregunta, Jason.
—Ah, bien —contesto, avanzando unos pasos cuando la fila se mueve—. Todo bien.
Louis se gira y señala a Jason. — ¿Si vamos a la fiesta, no?
Jason asiente y ahora sí sonríe. —Por supuesto, ya es hora de una buena borrachera.
Marcia ríe. —No otra vez, por favor —me toca el hombro—. Jason se enloquece con el alcohol.
Yo sonrío, él niega: —Claro que no, me gusta divertirme, eso es todo.
Louis me mira. — ¿Tú vas, no?
Marcia asiente por mí. —Claro, ya la invité, vamos todas.
—Genial —Louis da una mirada hacia atrás—. Tú le gustas.
Junto mis cejas, sorprendida de sus palabras. ¿De quién está hablando?
— ¿Quién le gusta a quién? —Carmen se acerca con un batido de algo que lo convirtió en un rosa suave.