Toda Mi Mala Suerte

3

Solo queda una clase más y bueno, si mis días ya eran aburridos ahora lo son más.

Todos se ajustaron muy bien al cambio de secciones, menos yo. Creo que estoy actuando como una niña pequeña llorona pero así me siento ahora. Estoy triste porque pensé que quizás, en esta nueva escuela, durante mi último año las cosas podían cambiar para mí. Quizás finamente tendría amigas, y con mucha suerte, saldría con alguien por primera vez en mi vida.

—Bueno, ahora por favor únanse con alguien para trabajar, pueden ser parejas o grupos de tres como máximo —afirma el profesor de física—. Necesito que hagan los ejercicios de la página quince y lo comparen con el de sus compañeros, luego los calificaremos al final de la clase.

Carmen se gira con Elize. —Tú y yo —dice lo suficientemente alto que logro escucharla.

Los demás comienzan a juntarse con sus amigos, yo miré al frente preguntándome si me dejará trabajar esto sola. Mientras me debatía si es una buena idea pararme e ir a preguntarle al profesor sobre eso, noto que Alex me está viendo.

Junto mis cejas, ¿estará considerando acercarse para que trabajemos en esto?

No debería pensar de esta forma, lo acabo de conocer y no creo que quiera hacerlo realmente. Pero entonces, ¿Por qué me está viendo mientras piensa que yo no lo noto? Mis ojos están en la pizarra pero puedo verlo y su rostro está sin duda, en esta dirección.

Aunque recuerdo que Rodney está a mi lado, quizás solo está pensando en acercarse a él.

Sí, eso debe ser.

— ¿Lo hacemos? —Rodney me habla.

Lo miro con las cejas elevadas. — ¿Qué?

Señala al frente. —Si quieres, sino, iré a unirme con cualquiera.

Me giro de nuevo hacia Alex, quien ahora está acercando su escritorio con Carmen y Elize. —Sí, está bien —respondo.

Él se levanta, toma su escritorio y lo acerca al mío. —No soy el mejor en física —afirma cuando se sienta.

Yo sonrío un poco. —Yo tampoco.

Rodney abre su libro en la pagina que el profesor indicó y al notar todo lo que tenemos que hacer, suelta un quejido. —Genial.

Miro un segundo más a Alex, está riendo por algo y el profesor le pide que haga silencio, él le sonríe y le promete que se detendrá. Las chicas se cubren la boca para evitar reír.

— ¿Cassie? —Rodney me habla.

Bien, tengo que concentrarme en esto. No sé porque sigo fijándome en Alex, no es como si me gustara. No pienso que sea feo pero, no sé, tampoco es como si fuera mi tipo ideal.

Si tuviera un tipo, porque creo que no lo tengo.

Rodney aclara su garganta.

—Lo siento —digo—. Estoy distraída, lo siento.

Rodney se encoje de hombros. —Me pasa a veces —estira sus piernas—. Entonces, hagamos esto por separado y luego comparamos las respuestas.

—Sí —miro los ejercicios en su libro—. O podríamos intentar hacerlos juntos, ¿no? Digo, sería más rápido y fácil.

Rodney empuja su libro hacia mí. —Me parece bien.

No he hablado con muchas personas en esta escuela pero, después de Marcia, Rodney no me desagrada totalmente. Bueno, no lo conozco pero, no sé.

Se comporta como una persona más y ya, no siento que me trate de alguna forma en específico y eso es justo lo que necesito.

Rodney dijo que no era bueno con esta asignatura pero es mucho mejor que yo. Él me ayuda la mayor parte del tiempo, me explica con paciencia qué estoy haciendo mal y me corrige explicando mis errores sin hacerme sentir como una tonta.

Antes de terminar el último ejercicio, Alex se acerca a Rodney. Yo permanezco con la vista en mi cuaderno.

—Ey, ¿tienes la respuesta de la seis? —Pregunta—. No le entendemos.

Rodney suelta una pequeña risa. —Vete de aquí, Larsson, no te daré copia.

—Ay, vamos —pide—. Te compraré algo de comer después si me la das, si no lo haces por mí al menos hazlo por las chicas.

Rodney bufa. —No, vete.

Alex chasquea su lengua. — ¿Y si le pregunto a tu compañera?

Mi estómago sintió algo cuando se refirió indirectamente a mí pero aun así, no volteé a verlo, quería fingir que no estaba en absoluto interesada en lo que estaban hablando.

Rodney dio unos golpecitos al escritorio con su lápiz. —Pregúntale.

Fingí borrar lo último que escribí y lo volvía marcar, esperando que no fuera evidente que no estaba realmente haciendo el ejercicio. Alex no me preguntó nada, solo se dio la vuelta y regresó con las chicas.

Rodney se inclinó hacia mí para verificar algo en el libro, yo seguí con lo mío pero mi corazón no dejaba de latir muy rápido. Me siento tonta por estas reacciones dentro de mi cuerpo, ¿Eso significa que Alex me gusta? ¿Pero porque habría de gustarme si lo acabo de conocer?

Bueno, debo concentrarme antes que Rodney me acuse de hacer todo esto solo.

 

Luego de terminar, las clases finalmente terminaron. Mientras guardaba todo, varias personas que no son de este salón entraron y se reunieron con Carmen, Elize y Alex, parecían emocionados por algún evento. Busqué a Marcia con la mirada pero ella no estaba aquí.

Busco entre mis cosas mis auriculares y los conecto en mi teléfono, presiono la canción que quiero escuchar y dejo que las guitarras de Schools for Fools cubra todo el sonido del exterior.

Me acomodo mi mochila, peino mi cabello con mis dedos y respiro profundo antes de caminar hasta la puerta. Tengo que pasar a un lado de ese grupo y bueno, de nuevo, me siento nerviosa.

Paso la fila de escritorios, notando que la puerta está básicamente bloqueada por todas las personas riendo y hablando. Intento moverme a un lado y pasar por el espacio vacío pero en ese momento, Alex se mueve a la izquierda y su costado empuja al mío.

Él me mira con los ojos abiertos, mueve sus labios pero no puedo escucharlo.

Me arranco un auricular. —Eh, lo siento, voy a pasar —digo.

Alex me mira un segundo más y luego se da la vuelta, dándome la espalda.




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