Hoy me desperté con una sonrisa.
Sé que ayer no fue mi día pero pasar el rato con Rodney me hizo sentir mucho mejor. Sigo sin entender porque me trata así, pero no me quejo. Espero que vuelva a ocurrir, aunque es probable que hoy no salgamos después de la escuela pues esta noche es la fiesta.
Ni siquiera sé en donde específicamente es el lugar pero, si quiero llevarme bien con todos ellos tengo que ir a los lugares que van.
Hay muchos estudiantes en esta escuela y no puedo afirmar que son los más populares de todos pero he notado que siempre los saludan y casi todos nuestros compañeros les hablan.
Seguía sonriendo en el camino hacia la escuela, en el transporte público y al llegar, mientras caminaba por los pasillos. Mi sonrisa permaneció ahí hasta entrar al salón de clases, donde vi que Elize estaba sentada en mi asiento.
Caminé hasta ahí, sin saber qué hacer. Podría sentarme en otro lugar, ¿no? No es la gran cosa.
—Ah, hola Cassie —sube su mirada y señala hacia abajo—. Um, espero no te moleste que me siente aquí hoy, ¿verdad?
Niego. —No, está bien —miro hacia un lado—. Um, yo…
—Puedes sentarte en mi lugar —ofrece—. Estarás cerca de Alex.
—Está bien —miro las posibles opciones, pero todos ya están ocupados por alguien—. Yo…
— ¡Buenos días! —Carmen entra, entorna sus ojos al vernos y luego sonríe, camina hasta aquí—. Oh, hola chicas —deja sus cosas en el asiento de Rodney—. ¿Cambiaremos de lugar hoy?
Elize levanta un hombro. —Es algo que hacemos, no es la gran cosa y Cassie está de acuerdo.
Carmen sonríe en mi dirección. —Genial, puedes ir a sentarte por allá entonces.
Toco las puntas de mi cabello. —Sí, está bien…
Supongo que esto es algo que realmente les gusta hacer, por el motivo que sea. No creo que esté mal que lo hagan por un día, espero que solo dure un día. No me gusta sentarme al frente.
Voy hasta el asiento de Elize, quien ofreció intercambiar conmigo, me siento e intento no lucir demasiado incomoda en este lugar.
Las cosas solamente empeoraron cuando Alex llegó.
Él entró, mientras hablaba con otro chico de la clase y se detuvo al verme sentada a un lado de su escritorio. Yo bajé la mirada, no quiero que piense que estoy aquí por él. Espero que Elize le aclare que fue su idea.
Alex no se sienta, va hasta el fondo del lugar para saludarlas. —Hola —escucho que dice.
—Hola —Elize y Carmen contestan.
— ¿Y porque están aquí? —pregunta él.
Subo la mirada cuando veo a alguien más entrar, es Rodney.
Nuestros ojos se encuentran y frunce el ceño, luego mira hacia el fondo. — ¡Rod! —Carmen habla elevando la voz—. ¿Te importa si me siento aquí? Elize cambió de lugar por hoy.
— ¡Cassie me lo pidió! —Elize suelta—. Me dijo que quería sentarse ahí por hoy, no sé por qué.
Abro mis ojos al escuchar todo eso, yo jamás le pedí que cambiáramos de asientos.
Rodney me mira con las cejas juntas. —Está bien —murmura, se coloca en el lugar de Carmen, a mi derecha.
Yo lo miro mientras se acomoda y saca su teléfono. —Rodney…
Me da un vistazo rápido. —Hola, Cassandra.
Alex regresa a su lugar y estira la mano frente a mí para saludar a Rodney. —Al menos estás aquí —le dice—. No sé porque te sentaste tan lejos.
Rodney se encoje de hombros. —No me gusta estar al frente.
Alex me mira y sonríe de lado. —Hola, Cassie. Hoy serás mi vecina de escritorio.
Asiento. —Sí —respondo.
Rodney bufa pero no dice nada, yo bajo la mirada hacia mis piernas y me pregunto si debería aclarar que yo no fui quien le pidió a Elize que cambiáramos de lugar.
Unos minutos después, la clase se llena y el profesor de Historia llega. No parece importarle ver que algunos alumnos se cambiaron de lugar, quizás ni siquiera se ha fijado en eso.
—Bueno días —saluda y todos le respondemos—, por favor saquen su libro, vamos a leer en voz alta todos y quiero que presten atención a la lectura porque al final les haré preguntas a todos, ¿está bien?
—Sí —respondemos.
Yo busco mi libro entre mis cosas y lo coloco en el escritorio. Alex se inclina su mochila y suspira, luego me mira. — ¿Puedo leer contigo?
Supongo que lo olvidó. —Uh, sí —después de todo, solo quiere leer.
Él acerca el escritorio y se coloca tan cerca que su codo toca el mío, me muevo unos centímetros para apartarme de él. Alex se inclina a la derecha, yo acerco el libro hacia él pero sigue cerca de mí.
Intenté concentrarme en todo lo que leían pero no podía, Alex se inclinó tanto que su hombro y el mío se chocó varias veces. Él no parecía afectado por eso, simplemente leía y no me miraba.
Cuando todos terminaron de leer, incluyéndome a pesar que fue Alex quien me señaló por dónde íbamos, el profesor comenzó a hacer preguntas sobre la primera Guerra Mundial.
Me mira y me señala con su dedo índice. —Señorita, ¿Puede explicarme qué países fueron los involucrados en la Guerra al comienzo de ella?
Historia no es mi fuerte, aunque sé algo de la segunda Guerra Mundial, de la primera no sé casi nada. Es una pregunta relativamente fácil, así que bajo la mirada al libro. —Eh, Alemania, Francia, Gran Bretaña…
Escucho unas risas pero estoy segura que estoy respondiendo bien.
—Siga —me pide.
Trago saliva. —Eh, Italia, Japón, Estados Unidos, también Turquía y eh, era…
De nuevo las risas, dejo de hablar.
—Austria-Hungría —completa el profesor—, aunque al ser una guerra mundial, hubieron más naciones involucradas —mira a Alex— ¿Qué países permanecieron en una postura neutra?
Alex sonríe, recostándose hacia atrás. —Bueno, estoy seguro que Canadá, ellos jamás se meten con nadie.
Las personas ríen pero esta vez, no suena como si fuera de él sino con él. El profesor lo mira sin sonreír.
—Petterson —mira a Rodney—. Deme una respuesta mejor que la de Larsson.