— ¿Es cierto que ayer fuiste a una cita con Rodney? —pregunta Carmen, frente a mi escritorio.
Ni siquiera elevo la mirada a ella. —No.
Carmen suelta una risa molesta. —Claro que no, Rod jamás saldría con alguien como tú —vuelve reír—, es broma, es broma.
No le contesto.
Carmen se inclina para poder ver mi rostro, recostando sus brazos sobre mi escritorio. —Oye Cassie, no quiero ser la mala de la historia, es solo que no me agradan las chicas como tú —arruga su nariz—, te haces la santa y la buena todo el tiempo, es molesto.
Aprieto mis puños.
—Intenté que me agradaras, de verdad —empuja mi brazo, fingiendo un gesto amistoso pero fue un poco brusco—, pero te la pasas quejándote y coqueteando con todos, es molesto.
Asiento levemente, quiero que se vaya.
— ¿Me tienes miedo, Cassie? No te haré nada —sonríe—, soy una buena persona aunque no lo creas.
Aunque le pagues a personas para que me insulten.
—Si quieres podemos ser amigas, no me importa que siempre huelas raro y se te note la doble papada, de verdad. —afirma, sonriendo.
Bajo la mirada y comienzo a mover mi pie, quisiera apartarla de aquí pero no puedo. —Carmen…
Se levanta y toca mi cabeza. —Tranquila, ya me voy —hace un ruido extraño—, uh, ¿no te lavas el cabello? Está muy grasoso.
Toco una punta de mi cabello. Claro que lo lavo, todas las mañanas. Sé que dice estas cosas para molestarme pero aun así, son ofensivas.
Cruzo mis brazos por encima de mi estómago y miro hacia la ventana, deseando convertirme en un canario y salir volando lejos de aquí.
Van entrando más personas, poco a poco. Alex llega, animado como siempre y saludando a todos. Me pregunto que se sentirá ser como él, tener tantos amigos y llevarse bien con la mayoría de las personas. Que cuando te vean se alegran y que siempre hablen bien de ti.
No lo sé.
Luego llega Rodney, con quien ya no hablé desde la sala de cine. Me fui en un taxi hasta mi casa y después de eso, ya no le escribí ni él a mí.
Supongo que es lo normal. Personas como él no se juntan con personas como yo.
Las horas pasaban y se sentía como si de pronto era invisible, lo cual no era tan malo. Prefiero ser ignorada por Carmen y Elize a que estén molestándome continuamente. Es mejor de esta manera.
Es tiempo del receso, ir a comer y todo eso, pero en mi caso permaneceré aquí. Veo como todos salen, mientras conversan y ríen con alguien a su lado. Sonríen siempre, todo el tiempo.
Estaba esperando que Carmen y Elize se fueran también, junto con Alex y Rodney pero ninguno de ellos salía. Alex estaba en su teléfono, Elize y Carmen se levantaron de sus asientos aunque no se movían de esa área y Rodney seguía sentado a mi lado, viendo también su teléfono.
Es raro tenerlos aquí, quiero que se vayan así tendré paz por unos minutos. Cuando están cerca mi cuerpo se tensa, como si estuviera preparado para reaccionar ante cualquier ataque.
Kelly y Nova entran junto con Jason y David. Yo retiro la mirada y aguanto la respiración. No están aquí por mí, están aquí por sus amigos. No me harán nada, me ignorarán.
Aunque quizás, debería salir de aquí.
—Hola —Carmen saluda alegremente—, ¿ya vamos a jugar?
—Sí —Elize se levanta y cierra la puerta, yo tomo mi teléfono y me preparo para salir de mi asiento.
Que ella haya cerrado la puerta no significa que no podré salir, ¿no?
—Muevan esos escritorios —pide David—, así no estamos en la ventana.
Kelly ríe junto con Jason por algo que se dijeron. —Vamos, vamos —más risas.
Carmen se coloca en medio. —Rod, ven a jugar —pide.
Rodney se queja. —No, yo no.
Alex se levanta. —Vamos, será divertido.
Kelly aplaude. —Sí, juguemos —escucho unas voces murmurando, un silencio abrupto y luego ella suelta—: Cassie, ven a jugar.
Levanto mis ojos y noto que están sentados en círculo, con una botella de plástico en medio. No sabía que este juego realmente lo hacían, lo había visto en las películas pero nunca en la vida real.
O quizás nunca fui invitada a jugarlo.
—Sí, ven —David pide, sonriendo.
Rodney se levanta, guardando su teléfono detrás. —Está bien, pero no griten, es demasiado temprano para gritar.
— ¡Vuh! —Carmen grita y luego estalla en risas.
— ¡Cassie! —Elize me habla—, ven, juguemos.
Trago saliva y niego, es mejor que me vaya de aquí.
Carmen levanta aun dedo. —Solo una vez, ¿sí? Luego te puedes ir a donde quieras —sonríe y casi me parece genuino.
— ¡Que juegue! ¡Que juegue! —empieza a decir Kelly y luego, Nova la sigue junto con Jason.
Rodney chasquea sus dedos, se sienta a un lado de Alex y de Nova. —Ya, rápido, empiecen.
Kelly no está satisfecha, se acerca a mi escritorio y me toma del brazo. —Ven, es divertido —sonríe—, si lo haces, te perdono por lo que me dijiste la última vez.
No sé qué se supone que le dije la última vez.
— ¡Ya sé! —Carmen dice, emocionada—, cambiemos las reglas, así Cassie acepta jugar —le da una mirada a Elize—. Que sea beso, verdad o cachetada.
— ¡Si! —Kelly celebra y me mira—. Podrás decirme lo que quieras si te toca conmigo.
Ella sigue tirando de mí y como soy una gran estúpida, me levanto y la sigo. No sé qué está mal en mí, no sé porque no puedo decir que no cuando no quiero algo. No sé porque simplemente no puedo defenderme.
—Siéntate aquí —pide David, a su lado.
—Yo… —aclaro mi garganta—, quiero ir al baño.
Elize sacude su mano. —Sí, yo también pero luego vamos, ¿sí? Te acompaño después, solo unas vueltas y ya.
Kelly me coloca en medio de ella y de David. —Pero para que sea divertido, nos cambiamos de lugar cada ronda, ¿sí?
Todos responden que sí.
Elize levanta la mano. —Yo empiezo. —toma la botella y le da muchas vueltas, finalmente se detiene frente a Jason.