Toda Mi Mala Suerte

30

Llegamos luego de aproximadamente treinta minutos de camino.

Es un área abierta bastante grande, parece que hay diferentes locales y algunos restaurantes, como un pequeño pueblo. Hay muchos árboles delgados por todas partes. Seguimos avanzando dentro del autobús unos metros más hasta llegar a un estacionamiento.

No puedo ver muchos detalles pero afuera se encuentra una estructura larga y blanca, quizás ahí es donde están las frutas. Nunca he estado en un vivero antes.

Cuando el autobús se detiene, los profesores vuelven a repetirnos todas las reglas. Siguen pidiéndonos que no nos separemos, que no nos escapemos a ninguna parte y que nos comportemos maduramente.

El viaje no fue tan malo como creía. Rodney estuvo haciéndome comentarios de la escuela y Alex habló un rato con las personas del frente. Le daba algunas miradas a Elize, Carmen y Kelly pero al estar separadas, ellas se habían olvidado de nosotros.

Rodney y Alex se desabrochan los cinturones, yo espero a que Rodney se levante para hacerlo. Lo dejo sobre el asiento y me muevo en el pequeño espacio que tengo entre nuestro asiento y el del frente.

Me muevo al pasillo reducido y camino detrás de Rodney, quien básicamente bloquea mi visión con su espalda. Alex sale también y le da unos golpes al techo, algo que yo no podría hacer gracias a mi altura promedio.

Llegamos a las escaleras y Rodney me mira por encima de su hombro. —Te ayudo —dice.

Él baja de un salto la última escalera y extiende su mano hacia mí. Bajo el rostro y la tomo, me ayuda a bajar y le agradezco tímidamente. Espero que nadie haya visto eso.

— ¿A mí no me ayudas? —Alex pregunta, bajando sin problema.

Rodney suspira. —Cuando quieras.

Una de las profesoras coloca sus palmas frente a su boca para “ampliar” su voz cuando explica: —Chicos, vamos a esa área de por allá, nos dejarán entrar al vivero en grupos diez a doce alumnos así que esperemos un rato mientras lo organizamos.

Otro de los profesores, lleva gafas y una gorra azul, le pregunta: — ¿Por qué no dejamos que ellos se organicen con sus amigos?

La profesora entorna los ojos. —Vamos a intentarlo —mueve sus manos—. Chicos, hagan grupos de doce personas por favor.

—Pero con las personas que fueron asignados —señala nuestro profesor.

— ¿Nos unimos? —Jason, Louis y Kelly aparecen de pronto a nuestro lado.

Yo contengo la respiración. Sé que la respuesta de ellos será que sí, porque son sus amigos y yo soy quien estorba aquí.

—Está bien —Alex se encoje de hombros—. Faltan seis más, ¿Con quién está Marcia?

—Por allá —señala Kelly—. Pero ya se unieron con Carmen y Elize, con sus grupos.

—Hola —Nova se aparece saludando al lado de un chico alto de piel oscura y uno con cabello rojizo—. ¿Les faltan personas todavía?

Kelly estira su mano hacia ella. —Sí, vengan.

Nova cuenta con sus dedos. —Faltan tres —avisa.

Rodney levanta la mano. — ¡Michael! —llama.

Fue casi automático la manera en que todos juntaron sus cejas, excepto los chicos que no conozco sus nombres. — ¿Michael? —pregunta Nova.

Rodney suspira. —Ya supérenlo.

—No —Kelly se cruza de brazos—. Estúpido Michael.

Algo está sucediendo aquí que no entiendo, aunque me alivia no ser la única que está aislada de la información.

—Rod, no creo que… —Alex comienza.

Él suspira. —Basta, todos —pide—. Además no solo es él.

— ¿Está con Janne? —Nova pregunta afligida.

No tengo idea quien es Janne.

Otras tres personas se acercan. Asumo que Michael es el único chico aquí y no entiendo porque actúan de esa manera, está sonriendo tranquilamente. Dos chicas están a su lado, una de ellas es de cabello rizado y sus ojos son azules. La otra chica tiene rasgos asiáticos, su cabello le llega por encima de los hombros y cualquier pensaría que es una cantante o modelo.

En realidad, estas tres personas lucen de esa manera. Se ven tan bien, como si despertaran al lado de estilistas y asistentes para arreglarlos. El chico es de cabello rubio, lo lleva peinado a un lado y no parece tener ni un solo cabello fuera de su lugar. Está vestido con unos pantalones grises y un suéter negro, con el borde blanco.

La chica de rizos está usando una falda con botas altas, camisa de botones y un collar de perlas. La otra chica lleva unos pantalones marrones rectos y un top negro con un suéter del mismo color de su pantalón.

Suena raro decirlo de esta manera pero, cuando me imagino a los hijos de los ricos, realmente ricos, lucen de esta manera en mi cabeza.

—Hola —Michael saluda.

Todo cambió entre este grupo, hay una tensión tan pesada que casi podría tocarla. El chico mantiene las cejas juntas cuando ve quienes más están en este grupo, hasta que sus ojos se detienen en mí.

—Ah, tú eres nueva, ¿no? —pregunta.

¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que las personas dejen de llamarme “la chica nueva”?

—Sí —respondo—. Me llamo Cassandra.

La chica de pantalón marrón levanta la mano y se la coloca sobre el pecho. — ¿De verdad? Mi mamá se llama así —extiende su mano hacia mí para estrecharla—. Me llamo Janne.

Ah, ella es Janne. —Hola —estrecho su mano sintiendo los ojos de todos sobre mí.

¿Qué quieren que haga? ¿Ignorarla?

—Yo soy Elizabeth —saluda la otra chica, sonriéndome.

Le devuelvo la sonrisa. —Hola.

Kelly suspira pesadamente. —Sí, sí, muchos saludos —entrelaza su brazo con el de Nova—. Ya tenemos a todos, ¿podemos ir a sentarnos a alguna parte?

Alex no tiene la misma actitud de siempre. —Sí, vamos a preguntarles.

Alex se mueve junto con Kelly, Jason, Louis y Nova. Los veo alejarse y acercarse para hablar entre ellos. Miro a Rodney esperando que se les una pero él permanece de pie, a mi lado, observando las nubes.

Janne se acerca a mí. —Entonces, Cassandra —sonríe y ahora puedo sentir su perfume, huele muy bien—. No te había visto antes, ¿En qué clase estas?




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