—Arruinamos su vida —Rodney afirma.
Respiro profundo. — ¿Cómo?
Él no parece estar cómodo con todo esto pero yo no fui la que quería estar aquí, él fue quien me prometió decirme toda la verdad. —Jason comenzó a hablarle y luego los demás, para que se hiciera nuestro amigo —dice—. Poco a poco se sentía más en confianza.
—Pero no lo era, ¿no? —confronto.
Inclina su rostro. —Yo no puedo decir que no lo era porque hubieron momentos donde nos llevábamos bien aunque, luego cuando él no estaba, se burlaban.
— ¿Tú te burlabas de él? —pregunto.
Niega. —No, me agradaba —responde—. Pero yo estaba ahí escuchando las bromas y burlas.
¿Ha sido de esa manera conmigo? ¿Él ha escuchado cosas malas sobre mí y no me las ha dicho?
—Pero el problema real fue cuando surgió una idea —rasca su cuello—. Una apuesta, fingir que alguien estaba interesada en él y salir con él.
Junto mis cejas. — ¿Quién?
—La apuesta… —Rodney luce como si quiere salir de este auto—, era entre ellas, todas las chicas.
— ¿Marcia también? —pregunto.
Niega. —Ella no estaba muy de acuerdo con la idea al igual que Nova pero, es difícil decirles que no —se detiene frente a un semáforo en rojo—. Entonces todos apostaron con dinero, cien cada uno.
Como la apuesta que dijo Kelly.
— ¿Tu apostaste? —pregunto.
Rodney me mira a los ojos. —Sí.
Mis cejas se elevan. — ¿Por qué, Rodney?
—Porque era un idiota —afirma—. Porque pensé que era un juego y que nada saldría mal, pensé que… que no podía perderlos. No quería hacerlo, si me negaba a participar ya no tendría a las personas con que crecí.
—Esa no es una buena razón —digo, molesta por Morgan, por Sarah, por todos los que molestaron y por mí.
Muerde su labio. —Lo sé.
— ¿Qué pasó? —pregunto para que siga con su historia.
Pasa los dedos entre su cabello y lo despeina un poco. —Fue Carmen quien aceptó hacerlo, le propuso que salieran y él aceptó felizmente.
Pobre Morgan, jugaron con sus sentimientos.
—Y en el baile de primavera ella terminó con él. —Baja la voz—. Frente a todos, le confesó que solo era una apuesta y que jamás saldría con un chico como él.
No tengo palabras.
—Luego todo cambió, ya no tenía amigos —relata—. Y muchas otras personas se burlaban de él.
—Espera —pido—, ahora dime algo, ¿Por qué odian a Michael y a Janne? ¿Qué tienen que ver en esta historia?
—Michael llegó hace unos cuatro años —explica—. Era un amigo de cierta forma, también Janne —explica—. En realidad, Alex y Janne estuvieron saliendo un tiempo.
— ¿Y por eso la odian? —pregunto.
Niega. —No, es por lo que sucedió después —dice—. Morgan se volvió solitario y unas semanas antes que terminara el año escolar, él… bueno, se quitó la vida.
Abro mi boca y me la cubro con una mano. —Rodney —las palabras salen como una exhalación—. ¿Se quitó la vida? ¿Por lo que le hicieron?
—Sí… —susurra.
Ahora yo soy la que se quiere salir de aquí. No puedo creer que lo hayan acosado tanto como para que él quisiera quitarse la vida. No puedo creer que ellos sigan sus vidas como si eso jamás hubiera ocurrido.
Cierro los ojos, mi cabeza ha comenzado a dolerme.
—Me odio por eso —afirma—. Me odio por no haberlo detenido, por no haber ayudado a Morgan o a Sarah, lo hago realmente.
Toda esa información aun la estoy procesando en mi cerebro. —Espera, entonces, ahora dime sobre Michael y Janne, ¿Por qué no se llevan bien?
Rodney aprieta un ojo. —Bueno, ellos sí se llevaban bien con nosotros pero no era que fueran parte de nuestro grupo, solo eran como los demás —señala—. Cuando sucedió es en el baile, ellos no lo tomaron bien y se acercaron a Morgan pero él ya no parecía confiar en nadie.
Asiento, puedo entenderlo.
—Entonces Janne le preguntó a Carmen qué había sucedido, Carmen le contó todo de la apuesta porque pensó que también pensaría que era gracioso — ¿Cómo pueden pensar que algo así es gracioso? —. Pero Janne no lo tomó de esa manera, se lo dijo a Michael y ambos hablaron con el director.
— ¿Entonces? —pregunto—. ¿Qué pasó? ¿Eso fue antes o después que él, pues, lo hiciera?
Mueve su mano. —Antes —responde—. El director les dijo que no había mucho que hacer porque no había pruebas de nada.
¿Por qué siempre dan esas respuestas? ¿Acaso esperan a que suceda lo peor?
—Michael y Janne junto con Elizabeth comenzaron a defenderlo y permanecían cerca de él pero eran más las personas que se reían de él y mis amigos… publicaban muchas cosas en Socials —afirma.
— ¿Tu lo hacías? —pregunto.
Niega. —No, yo no lo hacía, a ese punto me sentía incómodo con lo que hacían.
— ¿Qué pasó después? —pregunto.
—Bueno, Morgan estaba muy mal —afirma—, luego… su mamá murió y um, a veces se burlaban sobre eso.
Siento una presión muy fuerte en mi pecho. —Rodney —intento entender esto—. ¿Se burlaban de su mamá? ¿Qué murió?
Asiente con los labios apretados.
Abro mi boca una vez más, esto es increíble en el peor de los sentidos. —Rodney —paso mi mano por mi cabello—. Lo siento pero, ¿Cómo puedes decir que no son malas personas cuando se burlaron de un chico de esa manera? ¿Qué rayos está mal con todos?
Él exhala lentamente. —No eran todos, solo… un par de comentarios, no todo el tiempo…
—No los justifiques —pido—. Ya no sé qué pensar,
—Pero, yo sé que suena mal pero no es como si sucedía todo el tiempo y…
— ¿Qué le decías? —lo interrumpo.
Lame sus labios. —Una vez, fue… David le dijo que nadie lo quería y que incluso su mamá se murió para no verlo…
De verdad quiero llorar por ese chico y ni siquiera lo conozco. — ¿Cuántos años tenían? —no es una pregunta para que me la responda—. ¿Por qué rayos actuaban como si fueran niños? Peor que niños, mucho peor.