— ¿Qué? —preguntan Elize y Carmen al mismo tiempo.
Rodney se encoje de hombros. —Que me gusta Cassandra —me mira un segundo—. Yo no le gusto a ella, pero eso no significa que a mí no me guste.
Los demás ya abrieron los ojos y ahora están murmurando entre ellos.
Yo no me muevo y creo que olvidé respirar. Rodney está frente a todos afirmando que yo le gusto a él.
Elize niega, toma a Carmen del brazo y le dice algo para hacer que salga con ella. Rodney termina de borrar todo con la almohadilla y regresa hasta su escritorio como si nada hubiera pasado.
No sé qué consecuencias tendrá eso que dijo, no sé ni porque lo hizo.
Como el juego acabó, el resto de mis compañeros se mueven y algunos se agrupan para hablar entre ellos, otros salen del salón. Alex permanece en su escritorio, se coloca unos auriculares y mira la pantalla de su teléfono.
Me giro hacia Rodney, él voltea su rostro cuando nota mi mirada sobre él. Se inclina hacia mí, recostando los codos sobre las rodillas. —No te preocupes.
— ¿Por qué? —bajo la voz.
Levanta los hombros. —Porque es la verdad, tú me gustas y yo a ti no.
—Pero, Rodney…
Levanta la mano. —Sé que piensas que fue un error pero no tiene nada que ver contigo, yo hablé por mí —se reincorpora—. Si alguien tiene un problema con que tú me gustes a mí, que me lo diga en la cara.
Realmente espero que esto no haya sido el último cerillo que necesitaban para una gran explosión.
Quizás Rodney no lo entienda completamente pero, aun si él dijo que a mí no me gusta, sé que no tomaran bien que yo le guste a él.
Mi teléfono vibra con una notificación, la reviso y veo que Alex me ha enviado un mensaje por Socials.
Alex sigue siendo el único que tengo agregado ahí y no lo he eliminado porque casi no uso esa cuenta. Abro el mensaje y me está preguntando si podemos hablar afuera.
No creo que sea una buena idea, lo mejor es que me aleje de todo el drama.
Vuelve a enviarme algo más:
“Quiero hablar contigo sobre algo, voy a salir ahora y tú puedes encontrarme cerca de la enfermería. Solo tienes que bajar y cruzar a la derecha, ahí estaré, ¿sí?”
Alex se levanta y sale, yo vuelvo a leer el mensaje.
Mi estómago se siente como esos días donde aplico mucha salsa picante a mis papas fritas. Yo solo quiero que todo esto acabe pero l drama sigue y sigue. La peor parte es como yo no sé decir que “no”
Cuento mentalmente hasta cien y me levanto, camino hasta la salida y tomo el camino que me indicó Alex. Están vacíos los pasillos y por suerte, no hay rastro de Carmen o Elize por aquí.
Me muevo en dirección a la enfermería y ahí está él, recostado en una pared con la pierna frente a la otra. Cuando me nota, se despega y camina hacia mí.
—Pensé que iba a esperarte y nunca llegarías —dice.
— ¿Qué pasa? —le pregunto—. ¿Qué quieres decirme?
Parpadea un par de veces. —Cassie, sobre las fotos… realmente lo siento. Sí, las vi pero, no pensé que fuera tan malo.
—Está bien —nadie piensa que algo es “tan malo” hasta que le sucede a ellos.
—Mira, yo no sé quién fue —afirma—, esa noche en la fiesta todos estábamos ahí, la persona de la cuenta no responde mis mensajes y les he preguntado si uno de ellos la hizo pero me han dicho que no.
Exhalo. —Alex, ya no importa. Pero lo que sí importa es que lo sabías y se suponía que querías ser mi amigo, así que, mejor solo… sigamos con nuestras vidas y piensa que yo no existo.
—No quiero hacer eso —unas delgadas líneas se forman en su frente—. Mira, no sé porque pero, cada día yo… —se detiene—, sé que estás molesta y sé que a veces algunas personas pueden ser complicadas pero yo a ti, ¿te he ofendido? Si lo hice, lo siento.
—Alex —bajo la voz aún más—, no podemos ser amigos, eso lo sabes. Sabes que tu grupo de amigos no me quieren y es gracioso porque tú y Rodney solo me hablan cuando no hay personas alrededor.
— ¿Rodney? —Junta sus cejas—. No, yo te hablé en el viaje y…
—Éramos compañeros —señalo—. No sé qué ganas con esto, no sé s es un truco para que me hagan otra broma o algo así.
—No lo es —contesta—. ¿Cómo es eso que Rodney también te habla? ¿Ustedes hablan también? Digo, sé que sí pero, ¿Cómo?
Se supone que son amigos, ¿no se lo dijo? —Hablábamos —contesto.
Alex respira profundo y entorna sus ojos. — ¿Ustedes hablaban?
—Voy a regresar —respondo.
Levanta la mano. —Espera, espera —se acerca un paso a mí— entonces, eso que dijo sobre qué le gustas, ¿es real? ¿No lo hizo para defenderte?
Me encojo de hombros. —No lo sé.
Parpadea varias veces. —No, no, yo pensé que…
Señalo hacia atrás. —Voy a regresar ahora.
— ¿Qué tengo que hacer para arreglarlo? —Pregunta colocándose más cerca—. Dímelo, lo haré.
—No lo harás —afirmo.
Asiente tres veces. —Sí lo hare, dímelo.
—No lo harás porque soy básicamente una extraña y no querrás dañar a tus amigos —se nota que al igual que Rodney, él sigue pensando que son muy buenas personas.
—Lo haré —repite.
Suspiro. —Olvídalo —retrocedo.
Iba a pedirle que dijera la verdad pero no sobre mí, sino sobre él. Rodney me ha contado que Alex tampoco participó en las bromas entonces puede que él siga aprobando ese comportamiento simplemente porque es lo único que conoce.
Pero quizás sabe que está mal.
—Está bien —se mueve hacia el frente—, voy al baño de todas formas.
Alex camina frente mí, yo dejo que camine unos metros para moverme. Me siento como si estuviera haciendo algo ilegal solo por hablarle, esto es ridículo.
Él cruza para subir las escaleras y yo me muevo cuando escucho la voz de Elize: —Alex, hablemos.
Yo me detengo. Por el muro ella no puede verme pero si sigo avanzando, se dará cuenta que venimos de la misma dirección.