Dedicado a aquellos que tienen muchas cosas que contar a las personas, pero no se atreven, a las que no se animas a entregar esas cartas a su ser querido o amado
Que envidia aquellos tiempos donde se podían mandar cartas, dónde se contaban anécdotas y cuánto se extrañaba a la persona, sus días grises y cálidos, ojalá el correo postal regresara.