Todas mis razones para estar junto a ti

Capítulo 5

Son


Hoy es el ultimo dia de nuestras vacaciones, no me quiero poner nostálgico porque es no me va a mi.

Ayer aprovechamos la tarde para visitar la universidad que espero que dentro de unos meses vaya Amber. La vimos entera hasta el último escollo.

Después nos vinimos y estuvimos descansando hasta la hora de la cena y después nos fuimos a dormir.


Hoy vamos a visitar la cárcel de Alcatraz, era una de las cosas que quería visitar porque allí he jugado en Whatsdog y quiero verla por dentro en persona.

Después iremos a visitar el puente.

Hoy vamos a andar así que me voy a poner cómodo y me voy a llevar chándal. Ella parece que me ha leído la mente y va hacer lo mismo.

 

Yo me he puesto un pantalón gris pequeño y una camisa. Amber dice que parezco un tornillo pero al menos no voy a pasar calor.

Ella se ha puesto unos leggins cortos negros que le quedan ajustados y una camiseta blanca lisa. Va guapísima.

Debemos coger un ferry para llegar a la isla. Sabía que había gente pero hay mucha más y me agobia bastante. Dentro de la cárcel hace mucho frío y algunas celdas están escritas y da la sensación de que han estado hace poco. Tengo la teoría de que incluso si nos callamos seguro que se escucha a los presos hablar.

Amber está sorprendida, creo que le da mal rollo este sitio porque todavía no ha hecho ninguna foto. Terminamos el recorrido y suspira aliviada, está claro que estaba deseando salir. Volvemos al ferry y vamos a visitar el puente.

Está a escasos metros de donde está la parada del ferry. Ahora si que aprovecha para hacer fotos y tacha la última cosa de la lista.

Terminamos de ver el puente y observo que hay una tienda de tatuajes al principio de la calle.

—¿Hacemos una locura?

—¿El que?

—¿Nos hacemos un tatuaje juntos?

Nunca se me ha pasado por la cabeza hacerme un tatuaje, además no se lo que se siente al hacerse uno.

—Sí que es una locura.

—Nos podríamos hacer ese —digo señalando uno de ellos—. ¿Que piensas?

—Que estás completamente loco pero acepto el reto.

Me ha sorprendido que quiera hacerlo, pensaba que diría que no.

Entramos dentro, el lugar huele a alcohol del barato y a otra cosa que no sabría decir que es. Sale una chica del interior del lugar.

—Hola chicos, decidme ¿que necesitáis? —pregunta la chica que supongo yo que será la tatuadora por que lleva el cuerpo lleno de tatuajes y piercing.

No hay ningún hueco que no tenga tinta.

—Queremos que nos hagas esto en pequeño —dice Amber mientras señala el tatuaje que hemos elegido.

—De acuerdo, ¿Quién quiere ir primero?

Amber da un paso atrás. Creo que está claro quién va a ir primero.

—Yo mismo… —creo que quizás en unos minutos me puedo arrepentir.

Me siento a la silla que me ha señalado y espero a que saque un papel que tiene guardado en el armario.

Es el tatuaje que nos vamos a hacer.

—¿Dónde lo quieres?

Con todo los nervios no he pensado dónde quiero hacerlo.

—¿Donde duele menos?

Nunca me he hecho uno pero me puedo imaginar que duele.

Solo imaginarme las agujas entrando a mi cuerpo me dan escalofríos.

—Detrás del brazo casi no te das cuenta —añade la tatuadora mientras trata de quitarle hierro al asunto.

—Está bien. ¿Cómo me pongo?

—Ponte en ese asiento boca abajo. Amber se sienta a mi lado para cogerme la mano que queda libre. La chica apoya el papel en el brazo y comienza a mojarlo.

Se calca en el brazo y me lo enseña con un espejo. Amber da el visto bueno y me quedo más tranquilo.

Se que va a quedar genial. La tatuadora enciende la máquina y empieza a mojarlo en tinta negra.

—Será un momento, ya veras.

Comienza a pasar la maquina por mi piel, al principio prácticamente no siento nada, no se si es fruto de la adrenalina del momento. Después empiezo a sentir un leve cosquilleo junto a un dolor fuerte.

Es  una mezcla de gusto y una sensación que no se puede aguantar. Noto que la mano donde me estoy haciendo el tatuaje comienza a dormirse.

—¿Cuánto falta? —pregunto con un hilo de voz.

—Ya está —añade.

Me sorprende lo rápido que ha sido.

—Voy a revisarlo a ver si falta alguna línea y ya hemos terminado contigo.


Lo repasa un par de veces y lo termina. Comienza a pasar un papel para quitar la sangre.

Ha quedado muy bien. Hemos decidido hacernos el puente de San Francisco.

Para recordarnos de este viaje para siempre.




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