Capítulo 8

Son

Termino de colocar los estantes una vez termine tendré el resto del dia libre.

El cretino de mi jefe me ha dicho que ha contratado a una camarera nueva y a partir de ahora voy hacer menos horas cobrando lo mismo. Cosa que agradezco porque voy a tener más tiempo para estar con Amber.

Termino de colocar todo y me meto dentro para cambiarme.

Antes de salir escucho una voz que me resulta familiar pero enseguida todos mis presagios me recorren la espalda.

—¿Qué haces aquí? —salgo como una gacela del cuarto de cambiarnos.

Miro fijamente con los ojos inyectados en sangre a la persona que le acabo de hacer la pregunta pero esta tan solo me mira desafiante.

—Te dije que nos volveríamos a ver.

Aprieto los dientes hasta hacerlos chirriar.

Quiero darle una buena respuesta para que se marche.

Esto no está pasando tiene que tratarse de una pesadilla.

Como llegue Amber y vea a Ana aquí trabajadores le va a dar un ataque. Prefiero de momento no contarle nada porque bastante tiene con el baile de fin de curso.

De hecho y como si me estuviera leyendo la mente me envía un mensaje para quedar y practicar el baile. Con el viaje apenas hemos ensayado.

Salgo de este lugar que se acaba de convertir en una cárcel y me dirijo al lugar que es todo lo contrario. Mi oasis de paz.

Practicamos lo que queda de mañana para el baile. Mientras lo hacemos trato de pisarla el menos número de veces pero no lo consigo porque soy como un pato con dos pies izquierdos.

—Esto no puede salir bien.

Mi pesimismo puede conmigo.

—Claro que va a salir bien cariño- Ya verás…

Se que lo hace con toda su buena intención pero no se sin lo va a conseguir.