Amber
Quedan tres días para el baile del instituto. Estoy que no puedo más de la emoción. Llevo prácticamente todo el año esperando este momento. Quiero darle una sorpresa a Son y voy a ir a recogerlo a su trabajo.
Salgo y en apenas diez minutos llego hasta la puerta. Pero mi alegría se desvanece como el aire. La sorpresa me la llevo yo, me quedo blanca. Me quedo perpleja cuando veo a Ana recogiendo las mesas. Tiene que tratarse de alguna cámara oculta.
Son sale y se me queda mirando.
—Te lo iba a explicar.
—¿Cuando?
No me quiero enfadar pero no para de echar la víbora miradas amenazantes, En mi cabeza me estoy imaginando que le arranco los cuatro pelos que tiene.
—Lo siento la contrato ayer mi jefe.
Tomo un respeto porque no es culpa de él. Nunca lo es pero hace que pensar.
No se que hacer, mi cabeza va demasiado rápido y siempre es cuando aparece esta chica.
—No pasa nada —le mento pero no quiero empeorar las cosas.
Decido esperarlo fuera sin quitarle el ojo de encima.
¿Por qué ha tenido que volver ahora? ¿No ha tenido suficiente con lo que hizo?
Lo he mentido, en verdad si que pasa.
Porque no quiero que esa loca se acerque a mi chico. Sale cambiado y nos marchamos a su casa, vamos a ensayar, hoy va a ser el ultimo dia porque mañana tengo que ir a comprar el vestido. Y pasado mañana es la prueba del peinado. Todavía no he elegido cual quiero y no debería de estar ahora.
Al dia siguiente
Voy a ir con mi madre y Mery a Fargo al centro comercial. Allí hay varias tiendas.
La primera que entro no hay un vestido que me guste, Más bien Son antiguos y horrorosos y tienen colores muy fuertes. Demasiado llamativa para mi gusto.
No quiero pretender ser el centro de atención con una bola de discoteca como vestido.
Me dirijo a la segunda tienda, hay un par que me gustan pero tiene algún que otro problema. El primero de ellos es demasiado largo y me arrastra al suelo y el otro no me entra de cintura. No se para quiero esta hecho este vestido pero para mi no. En todo caso no hay tiempo de arreglar los vestidos. Salgo de la tienda completamente desilusionada. Esto va a ser más difícil de lo que podia imaginarme.
No voy a encontrar ningún vestido y quedan cuarenta y ocho horas para el baile. La ansiedad y el agobio me recorren todo el cuerpo.
—No voy a encontrar el vestido —digo cabizbaja,
—No te desanimes, nos queda una última tienda —mi madre muestra algo de positivismo en todo esto.
Avanzamos unos metros hasta que llegamos a una tienda de vestidos de boda.
—Mamá ¿enserio? —pregunto sin dar crédito.
—Seguro que aquí está tu vestido.
Pongo los ojos en blanca y entro asumiendo que voy a ir a la boda con vaquero y camisa blanca lisa.
—Bienvenidas a Bridals N Más. ¿En que puedo ayudaros?
—Mi hija necesita un vestido para el baile del instituto —añade mi madre mientras Mery y yo nos mantenemos expectantes.
—Creo que tengo el vestido ideal.
—Acompañarme —dice mientras me señala con el brazo el interior del establecimiento.
Vamos hasta una sala donde se encuentran multitud de vestidos colgados y me saca uno de ellos. Es azul cielo, lleva mangas y la espalda descubierta. Tiene brillantes prácticamente por todos lados. Es de corte princesa y no es demasiado largo.
Diría yo que me queda por los tobillos. Es el vestido perfecto. Comienzo a probarmelo sin esperar un segundo.
Salgo a fuera donde me esperan Mery y mi madre.
No tienen palabras, les brillan los ojos de la emoción.
—Estas guapísimas —aclara Mery quitándose unas cuantas lágrimas.
Me miro al espejo y yo también lloro de la emoción.
Es este el vestido.
—¿Cuánto cuesta?
Temo que el precio se me vaya del presupuesto de quinientos dólares que me ha puesto mi padre.
—Este vestido son seiscientos cincuenta dólares.
Toda mi ilusión se desmoronan al lado de este precioso vestido. Me quedo con cara de poker y sin articular ninguna palabra.
—Yo te pago el resto —Mery se abalanza sobre mi—. Estas guapisima y es el dia mas importante de tu vida. Que menos que tener este vestido para la ocasión.
—¡Gracias! —no para de llorar de la emoción y de la tensión vivida. Miro el vestido un par de veces antes de quitarmelo.
Son se va a quedar boquiabierto cuando lo vea.
Al dia siguiente
Quedan pocas horas para el gran día. Mañana a estas horas y me estaré preparando para el baile. Hoy me toca ir a la prueba de peluquería. Al fin voy a saber que peinado voy a llevar.
Voy a la misma peluquería que fui cuando me encontre con Ana. Desde entonces no me trae buenos recuerdos.
Después de estar cuarenta y cinco minutos probandome más de cinco tipos de peinados me quedo finalmente con uno rizado y suelto que creo que es el que mejor le va a quedar al vestido.
A mi madre no le agrada mucho, prefiere que me quede con uno recogido. A Mery le gustan todos excepto un moño que dice que le recuerdo a una persona mayor.
Finalmente decido guiarme de mi instituto y me quedo con el suelto.
Ya tengo todo elegido para el día de mañana. Me faltaba los tacones de aguja y una amiga de mi madre me va a dejar lo de su hija. Yo no tengo porque no me gusta. No lo veo cómodo y solo lo utilizo en ocasiones especiales.